CFK afuera, Macri afuera: el “reseteo Milei” en el debate presidencial
El bombazo libertario en las PASO reordenó todo el mapa político. Expresiones de ello, ni la vicepresidenta ni el líder del PRO fueron cartas a jugar en el debate. La irrupción de lo que se presenta como nuevo resignifica la discusión sobre el pasado y plantea una nueva grieta.
Entre los datos políticos que dejó el primer round de debate presidencial hay uno que destaca por su novedad histórica. Al menos en este primer turno, ni CFK ni Mauricio Macri fueron grandes protagonistas, ni por las críticas de sus detractores ni por las referencias positivas de sus candidatos. Las dos figuras que organizaron el sistema político desde hace más de una década, quedaron totalmente en segundo plano frente al reseteo que significó la irrupción de Javier Milei y su triunfo en las PASO.
Los candidatos que realmente se jugaban algo ayer eran los que quedaron en un empate técnico en agosto. Javier Milei debía consolidar su posición en la cima de la tabla y como opción más concreta del antiperonismo llegar a la presidencia. Massa tenía que soportar los misiles que vendrían de todos los flancos y no retroceder, para fortificar la sensación de que los tres tercios quedarán en octubre simplificados en una nueva polarización entre Unión por la Patria y La Libertad Avanza. Bullrich debía buscar un resquicio para meterse en esa discusión, a la vez que intentar retener los votos de su coalición tras la feroz interna que los marcó. En ese ajedrez, ni el “ah pero Macri” ni el “Cristina, Cristina, Cristina” fueron argumentos elegidos, a diferencia de lo que venía sucediendo en la discusión general de la campaña.
Por la razón que fuera, los candidatos prefirieron polarizar entre ellos y no con el legado de lo que fueron los gobiernos y los procesos políticos encabezados por Macri y CFK. El reflejo ante lo dictado por las urnas parece haber sido la comprensión de que la sociedad se cansó definitivamente de la polarización improductiva entre kirchnerismo y macrismo, y que sin subirse a la demanda por algo nuevo y diferente ninguno de los candidatos podrá erigirse en ganador. Milei lleva esa novedad en el ADN de su propuesta. Massa y Bullrich debieron intentar esfuerzos por construirla.
La principal curiosidad del debate es que no hubo menciones a CFK. La vicepresidenta, eje gravitacional de todo el sistema político argentino al menos en los últimos 16 años, no apareció como una de las responsables del estado de situación que los candidatos detractores al Gobierno fustigaron permanentemente. Con Milei hablando de “la casta” en general, lo más llamativo es que Patricia Bullrich no hiciera referencia a la líder del kirchnerismo, referencia que viene siendo eje de su campaña.
PATO RENGO
Basta recordar uno de los últimos spots de la candidata de Juntos por el Cambio, en el que se observa una maqueta de una cárcel que estaría destinada a condenados por narcotráfico y corrupción, y que llevaría el nombre “Unidad Penal Dra. Cristina Fernández de Kirchner”. Inesperadamente, Bullrich eligió a Massa como su blanco principal en el debate pero en ningún momento le enrostró su vínculo con la vicepresidenta. Paradójicamente, la referencia a la idea de “cárcel a los corruptos” la enarboló anoche el propio Massa, con su propuesta de elevar las penas en materia penal cambiaria y tributaria. “Cárcel a evasores, cárcel a los que fugan, para que los que pagan impuestos no sean los tontos de la película” disparó el candidato de UP, corriendo el eje de la corrupción hacia un sector más asociado con el macrismo y comiéndole el perfil de defensor de los contribuyentes a Bullrich.
La candidata que quedó en tercer lugar en cantidad de votos propios en agosto comenzó varias de sus intervenciones nombrando al ministro. “Massa”, arrancaba Bullrich para hablarle en primera persona al candidato de UP en una especie de simulación de un diálogo que podría plantearle un ciudadano de a pie. Si la estrategia fue efectiva o no, es materia de interpretación. Lo cierto es que de las 15 menciones a otros candidatos que Bullrich enunció durante el debate, 11 fueron para Massa y sólo 4 a Milei.
Aún más. La candidata eligió polarizar con el ministro de Economía por la inflación, pero no se metió para nada con la idea de corrupción, eje central en el discurso histórico de JxC. Las 5 palabras más usadas por Bullrich fueron Argentina (23 veces), País (20), Inflación (13), Massa (11) y Tipo de Cambio (9). Si bien Economía era uno de los ejes del primer turno del debate, conociendo que ese tema es justamente su mayor debilidad d la hora de explicarlo, algo que quedó muy expuesto anoche, Bullrich podría haber llevado su discurso hacia la idea de corrupción, un concepto que le resulta mucho más propio a ella que a Milei, con quien compite por el voto anti K. Sin embargo, así como CFK, la palabra corrupción estuvo prácticamente ausente del debate. Sólo hubo una mención, lanzada por Myriam Bregman.
EN EL CENTRO
Por su parte, Sergio Massa también eligió correrse de la polarización que hegemonizó la política nacional en los últimos años y prácticamente ni mencionó a Mauricio Macri. El candidato de UP apenas lo nombró al recordar que “la deuda con el FMI la trajo Macri a la Argentina y fue la deuda más criminal de la historia Argentina”. Por fuera de esa mención, cada vez que Massa chicaneó a Bullrich con los resultados del gobierno de Cambiemos, como por ejemplo la pobreza que dejó, o incluso cuando planteó que no habían hecho una autocrítica de su gobierno como sí la estaba haciendo él mismo, el ministro siempre habló en general incluyendo a la candidata de JxC en un conjunto al que no tuvo la necesidad de referenciar con el ex presidente.
En la estrategia del candidato de UP esto tuvo un correlato más claro con el objetivo central de la noche: polarizar con Milei, despegarse del pasado y plantear una dicotomía entre lo nuevo pero ruinoso que ofrece el libertario, y lo nuevo pero virtuoso que vendría a proponer él mismo. En esa línea, la primera movida de Massa fue distanciarse del Gobierno: “tengo claro que los errores de este Gobierno lastimaron a la gente y por ellos, aunque no era parte hasta asumir como Ministro de Economía, pido disculpas” lanzó. Sin nombrarla a ella ni a Alberto Fernández, Massa puso distancias con CFK y el Presidente, siempre desde la idea de pararse en un lugar diferente al de ellos.
La otra jugada muy clara del ministro candidato tuvo que ver con reforzar el mano a mano con Milei, asumiendo la centralidad de todo el dispositivo que estaría enfrentándose a la posibilidad de un gobierno negacionista en términos de derechos humanos y neoliberal en términos económicos. Massa mencionó a Milei en 12 oportunidades y a Bullrich tan sólo una vez. A la inversa, Milei nombró 5 veces a Massa y sólo 3 a Bullrich. El juego en tándem entre ambos se reforzó cuando los dos repreguntaron a la candidata de JxC por su plan económico, que no habían entendido, y la expusieron a respuestas que no pudo dar con claridad.
Massa también buscó ser propositivo, saliendo del “ah pero Macri” que siempre se le critica al peronismo y que sigue formando parte del libreto de campaña, fundamentalmente para marcar el impacto de tener al FMI condicionando la economía del país. En ese sentido, sus palabras más usadas fueron Argentina (13), País (13), Plantear (12), Milei (12) y Desarrollo (10). En esos conceptos se resume la estrategia del candidato de UP: mostrarse como otra novedad posible, basada en el desarrollo, y en polarización con Milei y sus posturas. No hubo mucho lugar en eso ni para CFK ni para Macri, ni por la positiva ni por la negativa.
El ministro candidato se anotó un poroto a favor en esa clave, para nada desdeñable en la difícil situación en la que estaba de enfrentar un debate con la onda expansiva de la bomba Insaurralde en plena ebullición, y una situación económica trágica con indicadores como el 40% de pobreza o la inflación en 120%. El punto fue haber sido el centro del debate y haber manejado esa centralidad sin perder posiciones ni patinar en las respuestas, mostrando la mayor solidez posible en ese contexto adverso.
Massa fue el candidato con el que más eligieron polarizar los demás, contabilizando un total de 48 menciones. Esas menciones las encabezaron los dos candidatos menos competitivos, Bregman, que se refirió al ministro 18 veces, y Juan Schiaretti, que lo hizo en 15 oportunidades. Por su parte, Bullrich lo confrontó directamente 10 veces y Milei 5.
El segundo candidato más mencionado fue Milei, con 32 menciones totales. De ellas, 16 provinieron de Bregman, 12 de Massa y 4 de Bullrich. En la lógica de tres tercios, la candidata de JxC quedó muy lejos de la polarización entre Massa y Milei, contabilizando solamente 14 menciones, de las cuales 9 fueron de Bregman, 3 de Milei y tan sólo una de Massa y Schiaretti.
EL “RESETEO MILEI”
El escenario político argentino cambió brutalmente tras las PASO, y ese cambio se ratificó al menos parcialmente en el debate de este domingo. Milei y su prédica anti casta coparon el centro de la escena, desplazando de allí a la polarización entre CFK y Macri que venía siendo el principal ordenador desde hace años. Frente a eso, el peronismo busca reordenarse ajustando el perfil hacia posiciones más aperturistas en lo político a lo que representa la figura de la vicepresidenta. Allí hay que leer los reiterados llamados de Massa a un gobierno de unidad nacional, que ayer se repitieron incluso planteando convocar a “los mejores”, independientemente de que provengan de “sectores liberales, radicales o del PRO”. Una fórmula totalmente impensada apenas un año atrás.
Bullrich, por su parte, tuvo más dificultades en desprenderse del ADN macrista que, tras el rotundo fracaso en su gestión de gobierno, poco tiene para ofrecer más que su identidad anti K. Con ese espacio copado por Milei, la candidata de JxC ensayó piruetas para polarizar con Massa a partir de la inflación y la economía pero su performance resultó pobre en ese sentido, y habrá que ver cómo reajusta sus posiciones de cara a los ejes del segundo debate. La buena noticia para ella es Seguridad será uno de los temas, campo en el cual debería repuntar si aspira a meterse en la disputa.
Sin las cartas CFK y Macri en el centro de la mesa, se va configurando un nuevo escenario que tendrá la primera parada el 22-O. El “reseteo Milei” en agosto movió las placas tectónicas obligando a reacomodos a todos los actores del sistema. Con el debate de este domingo como una primera foto de esa nueva dinámica, el clivaje que parece instalarse es el de una Argentina liberal, en todos los sentidos que Milei le atribuye al término, u otra Argentina con la producción y el trabajo como ordenadores sociales y el Estado como garante de derechos. Una nueva grieta que estaría dejando afuera a JxC tal como existe hoy, y que proyecta un balotaje entre Massa y Milei en el que las fuerzas políticas vuelvan a reubicarse en alguna de esas dos orillas. El domingo 8 vendrá una nueva oportunidad para observar cómo se sigue reacomodando el sistema político tras el terremoto libertario de las PASO.