Cómo y dónde puede crecer Massa de cara al balotaje
El candidato de UP tuvo una remontada formidable entre las PASO y las generales que impone la pregunta por cuál es su techo. Raúl Timerman analiza para Diagonales los territorios, los ejes de campaña y las posibilidades de crecimiento de Massa frente al doble comando Macri-Milei.
La euforia comenzó a adueñarse del búnker de campaña de Unión por la Patria un buen rato antes de que llegaran los primeros resultados oficiales el pasado 22 de octubre. Los datos parciales que llovían desde los distritos bonaerenses y muchas provincias del interior iban prefigurando un triunfo de Sergio Massa, que igualmente sorprendería por su magnitud. Los casi siete puntos de diferencia entre el candidato de Unión por la Patria y Javier Milei en las generales extendieron el triunfalismo a los primeros días después de los comicios, en los cuales el espectáculo de circo que montó buena parte de la oposición aportó argumentos a quienes desde ese domingo comenzaron a ver un Massa presidente.
Sin embargo, con el correr de los días la nueva alianza de ultraderecha encabezada por Mauricio Macri comenzó a asentar su línea discursiva. El ex presidente tomó el control total de la campaña, domesticó al león para sus apariciones mediáticas y se encargó él mismo de poner todos sus fierros del poder al servicio de su sueño mojado de transformarse en el gran líder de una nueva derecha, desprendida de moderaciones innecesarias. En esa clave, la discusión viró en la agenda pública hacia el histórico eje macrista de kirchnerismo-anti kirchnerismo, reforzada por el insólito error del gobierno de quedarse sin combustibles a tres semanas de un balotaje.
El nuevo clima sembró una sensación de paridad en la cual los dos polos que disputarán la segunda vuelta electoral aparecen con chances concretas de imponerse, cada uno con sus armas discursivas y sus líneas de campaña propias. Las preguntas que surgen tras la reconfiguración del mapa político apuntan a las posibilidades de crecimiento de ambos candidatos.
El consultor y cotitular junto a Juan Malagoli de la agencia La Sastrería, Raúl Timerman, encaró una primera respuesta ante Diagonales focalizando en el proceso que se inició entre la primera y la segunda vuelta electoral. “Hay que mirar diferente un balotaje del resto de las elecciones. La toma de decisión del voto tiene la particularidad de que hay sólo algunas categorías. Por la positiva, elegir a Massa o Milei por deseo de que sean presidente. Por la negativa, elegir a Massa o Milei para que el otro no sea presidente. Y también aquellos que les da lo mismo o no quieran que ninguno de los dos sea presidente, que pueden votar en blanco, impugnar o no ir a votar” describe Timerman.
En ese sentido, el analista político agregó que “al principio, cuando empieza el proceso, si uno hace una encuesta la mayoría de las respuestas suelen ser por la positiva hacia uno de los dos candidatos. A medida que avanza el proceso y especialmente en los últimos días, empiezan a aparecer en forma masiva los que no quieren que alguno de los dos sean presidente y votan al otro”. Para Timerman, “posiblemente hoy debe estar Milei arriba, porque si se hace la suma bruta de los números de sus votos y los de Bullrich tiene un empujón fuertísimo que Massa no tiene. Pero mi hipótesis es que la negativa por Milei va a hacer que crezca más Sergio Massa y finalmente termine siendo presidente”.
En ese in crescendo del rechazo a Milei, dirigentes de JxC que ya manifestaron su negativa ante la jugada de Macri, como Vidal, Larreta o los radicales, podrían terminar inclinándose hacia Massa desde la mirada del consultor. “Son demócratas y no quieren que un extremista con las ideas de Milei sea presidente” comenta a este medio Raul Timerman, quien considera que el candidato de UP “necesita que avance la decantación del proceso de toma de decisiones”.
En un interesante estudio que el consultor de La Sastrería realizó junto Shila Vilker y su consultora Trespuntozero, se analizaron los niveles de aceptación de las principales consignas de campaña enarboladas por los tres candidatos presidenciales antes de las generales. Sin mencionar a qué candidato correspondían, los consultores pusieron a consideración de los encuestados una serie de enunciados y los porcentajes de adhesiones a cada uno abren pistas para pensar el devenir de la campaña.
“Impulsemos la producción y generemos trabajo”, enunciada por Sergio Massa, fue la frase con mayor aceptación, un 94%. La segunda, perteneciente a Patricia Bullrich, fue “hay que reestablecer el orden en nuestro país”, que tuvo una aceptación del 77,9%. Tercera quedó “terminemos con el kirchnerismo”, también de Bullrich, que obtuvo un 64% de adhesión, y cuarta “defendamos los derechos adquiridos” de Massa, con 60%. Las dos frases de Milei estudiadas, “terminemos con la casta” y “hay que dolarizar la economía” quedaron últimas, con 57,4% y 317% de aprobación respectivamente.
Una lectura rápida de esos puntos podría inclinarse tanto por resaltar que los postulados centrales de Massa parecen tener una mucho mayor pregnancia en la sociedad que los de Milei, pero también que el 64% de aceptación de “terminar con el kirchnerismo” puede significar electoralmente un crecimiento importante para el libertario a partir de la apropiación de ese discurso del macrismo y el pacto sellado entre ambos. “Milei tomó ese postulado de Bullrich, pero también Massa incorporó la idea de poner orden en el país” agrega Timerman para insistir en lo abierto del escenario, aún en disputa.
“Desde el punto de vista electoral el anti kirchnerismo es el 30% del electorado. Esa base ya estaba repartida entre Bullrich y Milei. Indudablemente Milei comienza en una posición de ventaja si se hace una suma en bruto, pero el tema es cuando surge la pregunta: ¿está capacitado Javier Milei para ser presidente durante cuatro años de un país en crisis como Argentina? Yo creo que la respuesta a esa pregunta es no. Y ante eso creo que va a haber gente que va a votar a Massa aunque no le guste, pero para evitar que Milei sea presidente” sintetiza Timerman volviendo a la idea del proceso que se va desplegando entre las generales y el balotaje.
En ese sentido, el analista resalta que con el paso de los días se irá desarrollando más una idea de Massa que está presente pero aún no del todo profundizada, que es la de un gobierno de unidad nacional. “La consigna “la Argentina necesita un gobierno de unidad nacional” tiene una aprobación del 62%. Eso es un cambio importante para la política argentina, porque no hubo ningún candidato presidente desde la ley Saenz Peña hasta ahora que en su campaña dijera esto” afirma Timerman.
Esa idea de la unidad nacional funciona como puente para abordar otro de los aspectos relevantes: el territorio y sus dirigentes. La primera parada obligatoria es la provincia de Buenos Aires. La Sastrería publicó recientemente una interesante comparación entre los resultados de las PASO y las generales en la PBA para las categorías intendente, gobernador y presidente. A contramano de lo que indicaría el sentido común y la tradición política, aquello de que en los distritos siempre los intendentes sacan más votos que las demás categorías, en comparación con agosto, la boleta presidencial fue la que más creció el último 22 de octubre.
En las PASO, UP ganó 61 distritos en la elección a intendente, 46 para gobernador y 44 para presidente. En las generales esos números fueron de 83, 89 y 90 distritos respectivamente. El interrogante ineludible es, entonces, cuánto más tiene por crecer Massa en PBA y si no habrá tocado su techo el pasado 22 de octubre. Timerman cree que no. “La categoría a presidente fue la que más creció en la PBA, pero también la más baja en las PASO. La suma de votos de Grindetti y Píparo es mayor a los de Kicillof, pero en un balotaje creo que Massa va a sacar más votos que Milei y aún tiene terreno para crecer en la provincia” responde. A su vez, el consultor agrega que “la CABA va a estar peleada, no estoy seguro que Milei le gane a Massa, por el peso de las estructuras de Larreta y Lousteau”.
Yendo al interior del país, Timerman abre la pregunta por cómo jugarán los gobernadores radicales e incluso los del PRO, que ya eligieron manifestarse neutrales ante la presión de Macri por lograr un apoyo a Milei. Para enmarcar el análisis cita un ejemplo y una cuestión política. El ejemplo es Chaco, donde el radicalismo ganó la provincia pero JxC quedó tercero en las presidenciales. El elemento político es la iniciativa de Milei de terminar con la coparticipación a las provincias, algo vital para los gobernadores.
“En las provincias peronistas los gobernadores van a hacer campaña a favor de Massa como hicieron en las generales, en la que subieron la cantidad de votos del candidato presidencial a pesar de que ellos ya habían sido elegidos” sostiene Timerman, no sin antes recordar también el elemento de que en balotaje no se ponen en juego bancas para Diputados ni para el Senado, algo que también puede haber motivado la movilización en las provincias en el 22-O.
Córdoba es otro de los factores que viene apareciendo en la discusión. Allí Macri aspira a trasladarle a Milei el 70% que obtuvo en el 2015 en el balotaje contra Daniel Scioli, algo que algunos primeros sondeos comenzaron al reflejar. Timerman cree que es un objetivo muy difícil de lograr para el tándem Macri-Milei, y que paulatinamente “se va a reducir el impulso del antikirchnerismo” para el libertario. A su vez, el consultor destaca que “una parte importe importante de los votos de Schiaretti, que subió en mucho otros lugares más de lo que subió en Córdoba, los sumó luego del debate y creo que ese voto es en parte peronista”.
En la perspectiva de Timerman la llegada de Macri a la campaña de Milei representa un rescate sin el cual el libertario estaba perdido. “Milei sólo con su equipo contra Sergio Massa no tendría chances, lo que le suma el apoyo de Macri es una profesionalización de la campaña”. El consultor retoma una frase de Eduardo Fidanza que dice “la derecha profesional se hace cargo de la derecha amateur” como forma de graficar lo que gana Milei con el Pacto de Acassuso.
Sin embargo, a pesar de que se esté viendo a un Milei más medido producto de esa profesionalización, Timerman considera muy difícil que la campaña de la derecha logre por completo erradicar el espanto que el verdadero perfil del libertario despierta, y que los voceros de La Libertad Avanza se encargan de confirmar cada vez que salen a opinar. Para ejemplo cita a Diana Mondino volviendo a insistir con el tema de la venta de órganos justo en el momento que Macri parecía ordenar el descalabro libertario.
Por otro lado, una línea que puede restarle a Milei es la idea de un gobierno de doble comando sustentada en el protagonismo que adquirió Macri de un día para el otro en la propuesta de LLA. “Creo que la memoria del gobierno de Macri y la posibilidad de un doble comando juega en el electorado” afirma Timerman, pero inmediatamente agrega “de la misma manera que la memoria del gobierno de Alberto y la posibilidad de desacuerdos en un eventual gobierno de Massa con CFK pueden jugarle en contra a UP”. Sin embargo, Timerman resalta que el propio Massa “se está encargando de mostrar que él no tiene jefe, que él es su propio jefe, y la mejor imagen de eso es cuando sube solo al escenario en la noche del 22, y no nombra a nadie en su discurso”.
Transcurridos unos diez días desde las elecciones, el panorama se va a ordenando y el clima se calienta de cara a un balotaje que está a la vuelta de la esquina y para el cual, a la vez, todavía falta mucha campaña. Habrá que ver qué capacidad pueda mostrar el dispositivo de UP para reforzar el espanto ante la figura de Milei, y cuánto crecimiento puedan ofrecerla las estructuras provinciales y municipales a un Sergio Massa que deberá hacer lo propio en la discusión con su contrincante y con Macri. La sociedad de los tercios vuelve a un escenario de polarización, en el nada está cerrado y muchísimo está en juego.