Desesperados por recaudar dólares frescos, en un contexto de reservas en rojo en el Banco Central (BCRA), explicado por la sangría para contener los tipos de cambio, el Poder Ejecutivo se juega por todo para acumular reservas y despejar un futuro escenario de default que pone en jaque los compromisos de pago de deuda de los próximos meses.

Mientras siguen saliendo lingotes de oro del país, que ya suman 1020 en tres viajes y equivalen a más de 1000 millones de dólares, que sirven de empeño para garantizar el préstamo del banco de Basilea, Milei y su ministro de Economía Luis “Toto” Caputo apuntan a otras “joyas de la abuela” para asegurarse dólares contantes y sonantes.

En esa maniobra se incluyen casi 400 inmuebles sobre las más de 40.000 propiedades con los que el Estado nacional cuenta, tomando en cuenta ministerios, organismos descentralizados y fuerzas de Defensa y Seguridad. Las instituciones que mayor cantidad de terrenos estatales reportan son las Fuerzas Armadas, las universidades nacionales y las administradoras de los ferrocarriles.   

La punta de lanza de la avanzada de Milei sobre los bienes inmuebles estatales en uso, concesionados o desafectados, se produjo con la publicación del decreto 636/2024, en el que se empoderó a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) para fiscalizar la documentación de quien utilice esos terrenos y de poder ingresar a las propiedades para inspeccionarlas, pudiendo incluso recurrir a la fuerza pública.  

En los anexos del texto está el corazón de lo que busca el Gobierno: regular las condiciones de compra y venta de esos inmuebles, facilitándole a la AABE su potestad para la enajenación, concesión y toda forma de venta de las tierras públicas.

En particular, se busca, por un lado, intimar a los jefes de los organismos a declarar cuáles son los terrenos “innecesarios” bajo su jurisdicción o las propiedades que no se utilicen, y, por el otro, establecer los criterios para la presunción de esa innecesariedad. La imperiosa necesidad de recaudar como sea, está por detrás. Algunas de las voces más optimistas en el elenco gobernante suenan con juntar hasta 1.000 millones de dólares.  

TERRENOS QUE APETECEN…

Dentro de la nómina más jugosa por la que el Tesoro busca hacerse de su porcentaje del 30 por ciento (el 70 por ciento restante queda para la AABE) se encuentran varios complejos turísticos más que atractivos.

Uno está en Chapadmalal, que tiene un centro icónico de las vacaciones populares en la Costa Atlántica. Otro, es el complejo de 900 hectáreas Embalse, en Córdoba, que se encuentra en el valle de Calamuchita y cuenta con siete hoteles que podrían ser gerenciados. También está el terreno de 15 mil hectáreas en Potreros de la Cordillera en Malargüe, Mendoza, donde funciona un exclusivo centro de esquí que pertenece a la AABE.

Además se incluyen inmuebles de valor en la Ciudad de Buenos Aires: uno ubicado en la zona de Congreso, en Avenida Rivadavia al 1700; y, otro en Avenida del Libertador al 3800. Por otra parte, se buscará subastar de acá a fin de año un terreno de la estación Villa Crespo, del ferrocarril San Martín.

…VICEPRESIDENTA EN ALERTA

Los bienes que mayor ruido generan en la interna “libertaria” son los administrados por las FF.AA, por la preponderancia de la vicepresidenta Victoria Villarruel en el ámbito castrense.

La ABBE tiene posesión de varios terrenos militares a lo largo y ancho de la Argentina. Uno de ellos, de los más codiciados para los principales actores inmobiliarios es el del Regimiento de Patricios, ubicado a metros de la avenida Libertador y los bosques de Palermo, de las zonas más caras de la Ciudad de Buenos Aires.  

De acuerdo a lo planteado por La Política Online, el gobierno, para no enojar a los militares, planea desprenderse únicamente de las parcelas ocupadas por Easy y Jumbo, dejando al regimiento con su configuración actual. Esa misma situación podría ocurrir con el predio de ciberdefensa en Puerto Madero.

Uno de los terrenos que deambula entre los vaivenes de las distintas administraciones políticas con el correr de los años es el Campo General Paz, ubicado en la Ruta Provincial 6, en la localidad de Ordoñez, Córdoba. Se trata de uno de los principales campos productivos de la Dirección de Remonta y Veterinaria del Ejército.

Durante el gobierno de Mauricio Macri se habían vendido 8300 hectáreas del predio, más de las dos terceras partes del lote total, por 90 millones de dólares. Esta parcela fue explotada por Cresud, una empresa que pertenece al magnate inmobiliario Eduardo Elsztain. En la gestión del Frente de Todos se recuperaron 3.800 hectáreas de esas tierras, e indicaron que la venta durante el gobierno anterior había sido “por un valor por debajo del cotizado a valor de mercado”.  Ahora pueden volver a ser vendidas.

Lo mismo sucede con el terreno productivo del Ejército, La Remonta, en Campo de los Andes, en Mendoza, una aclamada zona viñadera. Se trata de un lugar ubicado en la zona de Tunuyan, lindante con el Arroyo Yaucha, campos muy grandes y con mucha riqueza natural, de tierras y agua.

Ademñas, las FF.AA tienen en otras provincias de la Patagonia, como Rio Negro y Neuquén, una buena cantidad de terrenos que recorren numerosos kilómetros cuadrados de superficie. Cuentan con campos en zonas de terrenos muy solicitados en Bariloche y San Martín de los Andes. La alerta es total.

“AABE DE PRESA”

Quien está al frente de la agencia de bienes estatales es Nicolás Pakgojz, de tan solo 29 años. Se trata de un exfuncionario porteño, durante la gestión de Horacio Rodríguez Larreta, que está vinculado a Eduardo Elsztain, el principal desarrollador inmobiliario del país, dueño de las compañías de real estate IRSA e IRSA Propiedades Comerciales, que presta atención al remate de los inmuebles del Estado nacional.

El llamado “señor de los ladrillos” también es titular del Banco Hipotecario, y de las agropecuarias Cresud y BrasilAgro. Ocupa el cargo de Presidente de la compañía Austral Gold, de la Fundación IRSA, y es cofundador de Endeavor Argentina.

Los rumores de la relación espuria entre el Presidente Milei y Elsztain comenzaron en la campaña. Durante esos cuatro meses que catapultaron al economista de la Escuela Austriaca a la jefatura de Estado, se hospedó en el Hotel Libertador de la calle Córdoba 690, perteneciente al magnate, y usó las instalaciones como su búnker de campaña. Incluso se quedó varias semanas más, una vez que ganó el balotaje.

Milei no pudo justificar cómo pagó esa estadía, lo que alimentó las sospechas de dádivas, teniendo en cuenta su posición como funcionario público, siendo diputado nacional, y los negocios de Elsztain con el Estado, por ejemplo desde el Banco Hipotecario. Hasta ahora ningún juez o fiscal federal comenzó a investigar este posible conflicto de intereses.

Pakgojz, ni bien asumió en el gobierno de La Libertad Avanza (LLA), ordenó una auditoría de los bienes del Estado. Sobrevivió al despido de Nicolás Posse de la jefatura de Gabinete. Ahora se entrega a la tarea de servir tanto a la búsqueda recaudatoria de Milei, como a los nuevos negocios de Elsztain.