De las cenizas de Macri, nace el “Larretismo”
“Buscó quitarle centralidad a Horacio, pero nadie le dio pelota” dicen en el ala “dialoguista” sobre la carta abierta de Macri, un caído en desgracia. Sobre el Jefe de Gobierno, ahora sí, se construye el proyecto de poder de la oposición
A río revuelto, ganan los que saben qué quieren y conocen sus límites. Rodríguez Larreta es uno de ellos, el cerebro de la cuna del PRO. Es por eso que bajo su paraguas reaparecen dirigentes dentro y fuera de Juntos por el Cambio (JxC) con expectativas electorales. Hablar de candidaturas suena un tanto lejano, pero sí es posible aproximarse a los principales actores que componen la nueva corriente que suma poder político dentro la oposición: el larretismo. Lejos de la quinta Los Abrojos o de la mesa “nacional” de todos los lunes vía zoom, el larretismo tiene sede en Parque Patricios. Tapa toda disidencia con encuestas; y sobre cimientos sólidos, levanta una nueva construcción política. Apunta bien alto, a base de pilotes de hormigón, porque el terreno está bastante arenoso. “Con el pelado tenés premio asegurado”, bromea un importante dirigente de la ciudad de Buenos Aires.
El nuevo armado del jefe de Gobierno porteño se mostró públicamente a mediados de junio, cuando en la sede gubernamental porteña de Uspallata al 3100, Larreta acercó a los cuatro fantásticos: Emilio Monzó, María Eugenia Vidal, Martín Lousteau, y aunque Rogelio Frigerio también había sido invitado, no logró llegar.
Este quinteto transversal expresa dos armados diferentes dentro de JxC, pero tiene algunas coincidencias e intereses comunes que los acerca cada vez más: mide electoralmente, posee experiencia de gobierno, y no cree en el liderazgo de Mauricio Macri. De un lado, el histórico PRO amarillo patito de Larreta y Vidal, y del otro una mezcla de transversalidad y promesa de nuevos aliados. Lejos del ala dura expresada por Patricia Bullirch (PRO), Alfredo Cornejo (UCR) o el propio ex Presidente, este espacio avanza y está en plena conformación. Plantea un nuevo liderazgo político desde el centro, el de Horacio Rodríguez Larreta. La nacionalización de su imagen junto a Alberto Fernández y su crecimiento especular, respecto a éste, desde el consenso y el diálogo, son un trampolín muy potente. Un golpe en el hígado de Mauricio Macri.
En este marco, Macri se encuentra atado de pies y manos. Tiene que pedir permiso antes de actuar, y ya no es el jefe indiscutido del equipo. Diagonales conversó con una fuente muy importante cercana a Horacio Rodríguez Larreta, y confirmó el rumor: Macri le envió la carta por mail, antes de que saliera -entre el viernes y el sábado, a los principales dirigentes de JxC. Larreta (PRO), María Eugenia Vidal (PRO), Alfredo Cornejo (UCR), Patricia Bullrich (PRO) y Lilita Carrió (CC) recibieron un mail inesperado, por lo que su publicación del día domingo no fue una sorpresa. Una fuente muy importante, que trabaja a la par de la ex gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, espetó: “igual, nadie le dio pelota a la carta. Estamos pensando otra cosa”.
En este mismo sentido, cerca de Cristian Ritondo, actual jefe del bloque PRO en la Cámara de Diputados, confirmaron a Diagonales dicha versión: “Macri tenía ganas de salir y lo hizo, pero el espacio con más peso dentro de JxC no le dio mucha importancia”. “No se bancó la centralidad de Horacio, y salió con una carta desubicada”, reforzaron cerca de Vidal. Un nuevo tiro en el pie del ex mandatario.
Además del equipo duro del PRO, la carta fue minimizada por este segundo proto-bloque de dirigentes mencionado más arriba, entre los que se encuentran Emilio Monzó, Rogelio Frigerio, Nicolás Massot, Sebastián García de Luca, y se les acerca Martín Lousteau y Gustavo Posse. Dos dirigentes cercanos a este nuevo espacio, en pleno reacomodamiento, coincidieron con el diagnóstico y le sostuvieron a Diagonales: “la carta tiene el mismo pensamiento del 2015 y del 2019. No hay ni autocrítica ni una necesidad de ampliar la oposición. Es un mensaje que expresa más de lo mismo”. Y agregaron: “Hay que hacer una autocrítica muy profunda del gobierno de Mauricio Macri. Es necesario realizar una nueva convocatoria a actores políticos”.
Una construcción inteligente, de diálogo y consenso
Claridad hacia afuera, reordenamiento y disputa al interior. Por ahí pasa el tiempo en el que se encuentra Juntos por el Cambio, que como fuerza nacional no posee en su interior grandes diferencias respecto a la política del gobierno de Alberto Fernández. Primacía por el cuidado de las formas democráticas, crítica a toda medida económica -siempre por derecha- y señalada como populista, y mucha endogamia política. Es decir, la salida a toda situación crítica proviene de un triunfo electoral de JxC.
Como fuerza nacional, JxC expresa una gama con muchos colores. En su interior conviven voces radicalizadas, movilizadas en plena pandemia, moderados y dialoguistas, y también quienes reivindican la necesidad de una República con instituciones “a la altura de las circunstancias”. La posibilidad de que ganen los moderados y dialoguistas, va a estar en función de los errores de Alberto Fernández, y las demandas que marque la sociedad a través de las encuestas y la formación de la opinión pública. Funcionalidad pura. En este sentido, si bien su posición antiperonista es la que ocupa un lugar prioritario en el armado, su elasticidad y pragmatismo les permite vociferar, a través de algunos de sus principales dirigentes, la necesidad de incorporar nuevos dirigentes y partidos que provengan de diversas tradiciones políticas.
En este sentido, el domingo pasado, la entrevista de Jorge Fonteveccia a Emilio Monzó, ex presidente de la Cámara de Diputados, sorprendió e hirió a más de uno. Su mensaje fue cordura, diálogo, centro, y un claro apoyo al liderazgo de Horacio Rodríguez Larreta. Además de lanzarse formalmente a la carrera por la gobernación. Diagonales intercambió opiniones con un dirigente que lo conoce muy de cerca a Monzó, y éste sostuvo: “Emilio habla constantemente con Horacio, y está armando un espacio de centro dentro de Juntos por el Cambio”. Así también, agregó: “Habrá que ver qué decisión toma la mesa nacional, porque es necesario convocar a otros dirigentes. El espacio que lideran Rogelio y Emilio puede terminar en un nuevo partido”.
Si bien cerca de la ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires le bajan mucho el precio a Emilio Monzó: “No lo conoce nadie, no va a encabezar. Está adentro, pero en un lugar secundario”, repiten; el ex presidente de la Cámara de Diputados es una figura que molesta a varios. En la Cámara de diputados tiene representantes dentro del interbloque de JxC, y en la legislatura bonaerense viene trabajando en bloque con el intendente de San Isidro, Gustavo Posse. Éste, se encuentra contra el sector del radicalismo más cercano al macrismo, entre los que figuran Maximiliano Abad y el ex vicegobernador Daniel Salvador.
Otro de los dirigentes que salió con los tapones de punta frente a los dichos de Emilio Monzó fue el intendente de Vicente López, Jorge Macri. Éste sostuvo: “Busca generar conflicto”. Aparentemente todos quieren expresar el centro y la cordura, como si fuera la fórmula perfecta de llegar a un cargo ejecutivo. En este sentido, un dirigente de la primera sección electoral, cercano a Jorge Macri, convertido hoy en el vocero de los intendentes y también alistado en la carrera a la gobernación, sostuvo: “Monzó habla desde adentro desde adentro de JxC, pero tiene los pies más afuera que otra cosa”. A esos Off the record se sumó una fuente cercana a María Eugenia Vidal, que agregó: “Monzó tiene mucho que demostrar todavía, el año que viene nos daremos cuenta de qué lado va a jugar”.
Al otro lado de la General Paz aparece el vicejefe de Gobierno Diego Santilli como otros de los que quieren llegar a la Gobernación de la provincia de Buenos Aires. Hace algunas semanas que pasea por todos los canales de comunicación, pero antes de que llegara la pandemia, tenía otro interés. Recorrer la provincia y armar fuerza propia. En 2019, al continuar como vicejefe de Gobierno porteño resignó su aspiración en la Ciudad en 2023, y su ambición pasó al territorio bonaerense. Esa es su ambición política por estos momentos, pero pasó la pandemia. Esta estrategia había contado con el aval de Larreta y Vidal.
En el marco de las especulaciones que correrían a María Eugenia Vidal de la provincia de Buenos Aires a disputar la ciudad de Buenos Aires, aparecen para ocupar su cargo Jorge Macri, Emilio Monzó y un furtivo Diego Santilli. Obligados a jugar en algo en el 2021. De atrás corre el exministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, que hoy funciona más como un soldado de los "dialoguistas" y un contenedor en la Cámara de Diputados de lo que pretendan los halcones. Su amistad con Sergio Massa, lo obliga a mantener la cordura.