Del gol en contra de Alberto Fernández a la respuesta de Massa a los especuladores
“Como el orto”, resumen cerca del ministro candidato cómo cayó la jugada individual y sin consulta del Presidente de denunciar penalmente a Milei. La respuesta efectiva del equipo económico que frenó, por ahora, la corrida. Ahora: Alberto a China hasta que empiece la veda, Massa a las provincias a ganarse un balotaje.
En Unión por la Patria parecen coexistir dos tendencias contrapuestas. Una, encabezada por el candidato presidencial Sergio Massa, que saca agua de las piedras para mantener competitivo electoralmente al peronismo en un escenario económico que sería el cementerio de cualquier otra fuerza política. Otra que parece, de mínima, esos jugadores que se distraen en una final y cometen errores lapidarios para su equipo o que, de máxima, directamente se meten los goles en contra para perder. En esa lista puede anotarse el “error” que cometió Martín Insaurralde, tal como calificaron con benevolencia sus compañeros de frente, con sus fastuosas vacaciones en plena campaña. Allí también, y para no ser menos, rubricó su nombre ayer Alberto Fernández, el Presidente que no venía tocando la pelota y apareció en los últimos minutos del partido decisivo para hacer la jugada más provechosa posible para el rival.
Fernández denunció penalmente a Javier Milei, Ramiro Marra y al candidato a diputado provincial por la provincia de Buenos Aires, Agustín Romo, por el delito de intimidación pública al haber atemorizado a la población con sus declaraciones en relación a no renovar los plazos fijos y abandonar el peso como moneda de ahorro. El efecto de la decisión del Presidente fue inmediato en La Libertad Avanza, que salió a denunciar un intento de proscripción por parte del Gobierno.
“Se la dejó servida”, interpretaron en el equipo de campaña de Massa en torno a la victimización que el candidato libertario sobreactuó en una conferencia de prensa este miércoles por la tarde, y que se replicó casi como una cadena nacional por redes y medios de comunicación.
Justo cuando el oficialismo parecía dejar atrás el escándalo Insaurralde, tras dos buenas performance de Massa en los debates y el sostenimiento del ministro candidato en el centro de la agenda a partir de medidas positivas, llega un nuevo pifie de Alberto Fernández que cuesta decodificar en cuanto a su intencionalidad. ¿Qué buscó el Presidente con su denuncia? ¿Qué impacto suponía que iba a tener en la campaña y el clima preelectoral?. Preguntas abiertas de difícil respuesta.
Lo concreto es que, en el momento en que el libertario era criticado por todo el arco político y sectores tan diversos como las asociaciones de bancos o la CGT por la irresponsabilidad de sus declaraciones, la denuncia de Fernández le facilitó la excusa perfecta para correr el eje, salir del lugar de incendiario en el que lo estaban colocando tanto UP como JxC, y ponerse en un lugar de víctima. Flaco favor a una semana y media de las urnas.
Lo incompresible pasa, también, por el hecho de que el Presidente se mandó sólo y sin consultar con el resto del frente. En un momento en que la campaña está totalmente conducida por los equipos de Massa y en articulación con el kirchnerismo, Alberto Fernández reaparece con una decisión tan pesada como intespestiva, tomada unilateralmente y totalmente desacoplada de la estrategia de UP.
Justamente, la decisión del equipo del ministro candidato pasaba por no atacar tan directamente a Milei, esperando a una segunda vuelta para encarar esa maniobra. Si se presta atención, Massa evita nombrarlo directamente en sus intervenciones públicas y sus declaraciones son siempre medidas, entendiendo que un ataque demasiado frontal puede terminar levantando la figura del libertario. Exactamente eso es lo que hizo el Presidente.
“Como el orto”. Así, cortito y al pie, definieron a Diagonales el cómo cayó la jugada de Alberto Fernández en el equipo de campaña. El entorno de Massa venía enfocando sus misiles a los sectores especuladores, a quienes sí el candidato de UP apuntó directamente y prometió “no parar hasta meter presos”. Esos “4 o 5 vivos”, para quienes Malena Galmarini también pidió “aplicar la ley penal económica y el art. del Código Penal de Traición a la Patria” en su cuenta de X, no implicaban una denuncia directa contra el candidato más votado en las PASO, algo a todas luces inconducente en medio de una campaña y a días de las elecciones.
La respuesta en la agenda pública pasó por responsabilizar a Milei de la corrida, algo que UP llevó a las redes instalando el hastag #TerrorismoEconomicoMilei. La respuesta política y de gestión pasó por la conformación de un equipo económico, encabezado por Guillermo Michel, Ricardo Casal y Carlos Castagnetto, para intentar desbaratar las operaciones que este martes llevaron el dólar blue por encima de los mil pesos. Esto se concretó en operativos en la City que llegaron a la detención de dos ciudadanos chinos con más de 700 mil dólares adosados con fajas a sus cuerpos, y la caída de Ivo Esteban Rojnica, “el croata” que estaba detrás de Nimbus, la principal operadora del dólar ilegal en el centro porteño.
Al menos al cierre de estas líneas, cerca del mediodía del jueves, la respuesta de Massa lograba el efecto de aplacar la corrida y hasta hacer bajar el dólar blue casi un 4%, hasta los $970, prácticamente unificándolo con el Contado con Liqui que se ubicaba en los $963. En un escenario tan volátil como el de estos días habrá que ver cuánto dura este nuevo clima. Pero lo cierto es que la medida de autoridad desplegada por el equipo económico de Massa fue efectiva y logró poner un freno a la sensación de que todo estallaría por los aires.
A esto, el ministro de Economía le sumó la noticia del inminente desembolso de unos US$ 1000 millones por la licitación del 5G, y la activación de la ampliación del SWAP con China por unos US$ 5000 para reemplazar los dólares por yuanes en las importaciones provenientes del país oriental. Rienda corta para los especuladores y fondos frescos para sostener los tipos de cambio conforman el combo para aguantar la embestida del mercado en el último tramo de la campaña.
Luego de haber suspendido la campaña en los últimos días frente al riesgo que implicaba la corrida, Massa continuará con su agenda este fin de semana buscando en provincias clave los votos que le permitan llegar al balotaje. Entre Ríos será la primera parada, una provincia donde UP busca retener la gobernación y JxC se ilusiona con un nuevo triunfo a partir de la candidatura de Rogelio Frigerio. Luego, el ministro candidato viajará a Cuyo, con visitas a Mendoza y San Juan, para intentar apuntalar dos territorios donde Milei se impuso en las PASO y UP necesita levantar.
Alberto Fernández, por su parte, partirá hoy por la noche rumbo a China para participar de III Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional. El Presidente mantendrá además una reunión con Dilma Rousseff, titular del Banco de los Brics. Este será el último viaje oficial del mandato de Alberto Fernández, que retornará al país cuando ya esté rigiendo la veda electoral, por lo que se supone que no tendrá ninguna otra participación en lo que queda de la campaña.
La cumbre, de la que participarán autoridades de unos 110 países, comenzará el martes 17, fecha simbólica para el peronismo en la que UP tendrá su acto fuerte de cierre de campaña en el estadio de Arsenal de Sarandí, en Avellaneda. El intendente local, Jorge Ferraresi, el gobernador Axel Kicillof y Sergio Massa serán los oradores del acto en el que el peronismo se juega sus últimas cartas, y que el Presidente de la nación y del Partido Justicialista seguirá desde unos 19.259 kilómetros de distancia. A buen entendedor pocas palabras.