Desfile de tribus en la mesaza del FdT
Kirchnerismo, albertismo y massismo fueron llegando en bloque a la sede del PJ. La sorpresa de Máximo. Intendentes y gobernadores dieron el presente. El Presidente, junto a toda su tropa. Tras la entrada de Massa, el último en llegar, se cerró el portón y comenzó la rosca.
Minutos antes de las 19, las paredes aledañas a Matheu 130 todavía se embebían en engrudo para recibir nuevos carteles con la leyenda “¡Proscripción un carajo! Cristina 2023”. Los afiches se contaban de a decenas por cada pared de las manzanas que rodean la sede del PJ. La pegatina, que comenzó días atrás en distintos puntos del AMBA, estuvo a cargo de “La Patria es Otro”, la organización con la que Andrés “el cuervo” Larroque busca aglutinar a organizaciones y referentes que bancan a CFK pero no se sienten contenidos por La Cámpora. La mesa empezaba a servirse.
Con vallas sobre las dos esquinas de esa cuadra de Matheu, un importante operativo esperaba a los referentes de las distintas facciones del FdT para la gran cita de este jueves. De a poco, los invitados al encuentro que la presión del kirchnerismo y el massismo le obligó a convocar al Presidente, fueron llegando en tandas, casi como agrupados por espacio político.
Los sindicalistas Pablo Moyano y Hugo Yasky fueron de los primeros en llegar y de los pocos en dar declaraciones afuera de la sede del PJ. Un poco antes, el Gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, llegó junto a su ministro de Desarrollo de la Comunidad, el camporista Andrés Larroque. El auto los depositó dentro del edificio, gesto que sólo repetirían más tarde los referentes del albertismo.
Mientras Yasky hablaba con los periodistas que habían logrado sortear las vallas dispuestas sobre la vereda derecha de Matheu, llegó la primera y la gran sorpresa de la jornada. En vehículos contiguos arribaron los otros dos grandes referentes de La Cámpora: el ministro de interior y posible candidato a presidente del kirchnerismo, Eduardo “Wado” de Pedro, y el diputado nacional Máximo Kirchner. La presencia de De Pedro era una fija y se conocía desde días atrás. El ministro fue el delegado K en las negociaciones para el armado de la mesa, en las que confluyó con Sergio Massa y el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos.
Pero el de Máximo sí que fue un presente inesperado. El hijo de la Vicepresidenta había dejado trascender que no participaría del encuentro, algo que en la previo fue leído como un intento de bajarle el precio a la convocatoria del Presidente en tanto y en cuanto no se trataran los temas que el kirchnerismo quería imponer: la proscripción de CFK por parte de la justicia y el rumbo del Gobierno de Fernández. Sin certezas sobre el segundo punto, la confirmación de que de la reunión saldría un comunicado con un fuerte posicionamiento contra el fallo judicial que condenó a CFK a seis años de prisión e inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos pudo haber cambiado la decisión de Máximo.
Junto a ellos, un intendente de la provincia entre a la sede del PJ de la Capital. Fue Mario Secco, jefe comunal de Ensenada, quien en la previa tampoco figuraba en la lista de confirmados. En lo que va del año, Secco recibió dos veces en su distrito a Alberto Fernández así como también fue anfitrión de un par de reuniones del peronismo bonaerense encabezadas por Máximo Kirchner y Axel Kicillof. La entrada conjunta de esta tarde y el abrazo en público con Kirchner resaltan el lugar que viene teniendo Secco en las negociaciones del peronismo. Otros jefes comunales que llegaron al encuentro fueron Mayra Mendoza, Fernando Espinoza, Mariel Fernández, Alberto Descalzo y Lucas Ghi.
Luego de la tanda K, fue el turno para la llegada del representante del Movimiento Evita, Fernando “el Chino” Navarro. La organización que conduce Emilio Pérsico, hasta ayer nomás defensores a ultranza de Alberto Fernández, hoy se encuentra reacomodándose en el escenario político antes las evidentes fricciones con la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz. En el Evita el único apoyo que hoy aparece sin cuestionamientos en términos electorales es para la reelección de Axel Kicillof.
Después de Navarro, comenzó a llegar el Massismo. El intendente de San Fernando, Juan Andreotti, fue el primero. Detrás suyo, otro vehículo arrimó hasta la puerta del edificio a la Presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau. Minutos después llegó la titular de AySA, Malena Galmarini. Para ver llegar al líder del Frente Renovador habría que esperar un buen rato más.
Cerca de las 19:30 comenzaron a llegar los gobernadores. El primero fue Jorge “Coqui” Capitanich, el único después de Yaski y Palazzo que atinó a dar unas breves declaraciones antes de entrar al edificio. Si bien había un plotter del Frente de Todos dispuesto con parlantes e iluminación como para que los asistentes dialogaran con la prensa, quedó claro que hubo algún tipo de acuerdo en no hacer declaraciones previas. Tras Capitanich llegaron Gustavo Bordet y Gerardo Zamora. Mariano Arcioni ya se encontraba en el edificio desde más temprano.
Terminada la tanda de gobernadores se produjo un parate en las llegadas, y hubo tiempo para que las autoridades del PJ repartieran café y medias lunas a los trabajadores de prensa. La seguridad tuvo que correr las vallas para permitir el paso de un camión de gran porte que no pudo doblar por la esquina de Yrigoyen, y no faltaron los chistes sobre la posible llegada de Hugo Moyano.
En la esquina, tras las vallas, dos vecinas que no quisieron dar su nombre a Diagonales sostenían carteles con leyendas contra la proscripción de CFK. “Venimos aprovechando que van a estar todos acá para que hagan más fuerza contra la proscripción de Cristina. Cantamos que si la tocan se va a armar un quilombo, pero la tocaron y no pasó nada” expresó una de ellas. Ante la consulta sobre qué otras cosas habían ido a plantear, la respuesta fue tajante: “el tema de los precios, no se puede vivir así”.
Tras un breve lapso que pareció calculado, el albertismo llegó todo junto como en un intento de marcar la cancha. El auto que llevaba al Presidente y al flamante Jefe de Gabinete, Agustín Rossi, fue el único que entró al estacionamiento del edificio. Afuera quedaron otros dos vehículos, de uno de ellos bajaron Victoria Tolosa Paz y Santiago Cafiero, y del otro Juan Manuel Olmos, hoy por hoy uno de los hombres con más peso en el armado del Presidente. Todos ingresaron sin decir una palabra a la prensa.
Con la llegada del Presidente y los suyos todo hacía pensar que la mesa estaba servida. Sin embargo, casi como si lo estuvieran midiendo, minutos después del desembarco del albertismo a la sede del PJ el equipo de prensa de Sergio Massa difundió la noticia de que el ministro estaba en camino a Matheu 130.
La presencia de Massa era otra de las incógnitas de la tarde, y con un anuncio de relevancia como la ampliación de asignaciones familiares para trabajadores no registrados programado para las 18:45, todo hacía pensar que el titular de Economía llegaría tarde y casi que para saludar, en caso que fuera. Pero, al igual que en la reunión del PJ bonaerense de hace unas semanas en Merlo, el ministro llegó último pero a tiempo para ser parte de la discusión. Massa se bajó de la ya característica camioneta que lo traslada a todos lados y que resaltó entre los vehículos del resto de los asistentes, entró al edificio, y detrás suyo se cerró el portón casi como en un gesto simbólico de que ahora sí comenzaba la mesaza.
Con la agenda marcada por el planteo del kirchnerismo en relación a la proscripción de la Vicepresidenta, la reunión en la sede del PJ comenzó pasadas las 20 horas. Se espera un comunicado con mucha carga contra la justicia por fallo que condenó a CFK, pero las cuestiones de fondo sobre el funcionamiento del frente, las medidas de gobierno y las candidaturas difícilmente puedan resolverse en un encuentro que contó con 33 asistentes. Sin embargo, la alta concurrencia y el peso de las figuras presentes también son un signo de que el oficialismo da al menos un paso en rediscutir su dinámica de cara las elecciones que se acercan. Cuán profundo será el impacto de esta primera mesaza en el funcionamiento de un frente que se mostró disfuncional como pocos en los últimos tiempos, es un interrogante abierto al que habrá que estar atento en las próximas semanas.