Dos petroleras aumentaron un 12% promedio el precio de sus combustibles
A diferencia de otras oportunidades, no fue YPF quien actualizó los precios sino dos petroleras privadas
Dos de las principales petroleras que operan en la Argentina aplicaron desde las primeras horas de este domingo un aumento en el precio de sus combustibles que fue de hasta el 12 por ciento en promedio en todo el país.
Se trata de las empresas Axion y Raízen (que opera las estaciones de servicio Shell), las cuales durante la madrugada ya habrían empezado a atender al público con los valores actualizados.
En Axion la nafta Súper ya se comercializaba con un incremento de alrededor del 11%, al igual que el Gasoil Grado 2, mientras que las versiones Premium, es decir, Quantium y V-Power, respectivamente, subieron un 12 por ciento.
Según informaron, el nuevo ajuste se debe a la evolución de las principales variables que conforman el precio de venta al público de los combustibles, sobre todo de la cotización internacional del petróleo, además de los niveles de demanda que son superiores a los que había antes de la pandemia del coronavirus.
Cabe señalar que luego de varios meses de congelamiento, las diferentes cadenas de estaciones de servicio aumentaron por primera vez en el año en febrero pasado, un 9% en promedio para los combustibles regulares y un 2% adicional para los premium.
Tan solo unas semanas más tarde, YPF anunció un nuevo incremento que se aplicó a partir del 14 de marzo último y fue del 9,5% en promedio para sus productos básicos y un 11,5% en promedio para los de categoría premium, lo cual impactó en el resto de las empresas del sector, que siguieron el mismo camino.
A diferencia de lo que ocurre habitualmente, la petrolera estatal no anunció próximos ajustes hasta el momento y fue la compañía privada Axion la primera en confirmar una suba de los valores de venta al consumidor en sus surtidores desde este domingo.
De este modo, se trata del tercer aumento del año, aunque resta ver qué acción tomará YPF. A principios de marzo, los precios internacionales de la energía se dispararon como consecuencia de la invasión de Rusia a Ucrania y de las sanciones impuestas al primero de esos países, uno de los principales productores globales de petróleo y gas.