El peronismo bonaerense está en estado de ebullición. El reacomodo tras la derrota nacional con Milei y el inicio del segundo mandato de Kicillof viene generando intensos debates en los que el rumbo y la conducción del movimiento se ponen en juego. De un lado, una heterogénea tropa que se pliega al gobernador reclamando revisar los equilibrios internos y sacudir el status quo en la toma de decisiones y el uso de la lapicera electoral, hasta el año pasado en manos de Máximo Kirchner como una extensión del liderazgo de CFK. Del otro, La Cámpora y otros sectores  que la orbitan como satélites, cuyo planteo es no discutir por ahora las jerarquías existentes sino centrarse solamente en la cercanía con los problemas que atraviesa la sociedad, planteo respaldado por la propia CFK.

Las últimas semanas entregaron distintos capítulos de esa discusión, luego de que Andrés Larroque prendiera la mecha con unas declaraciones que sacudieron el universo K, en las que pedía terminar con la conducción de “tres ñatos por WhatsApp” y en las que señaló que “el que conspira contra Axel en una joda extraña está”. El “cuervo” pidió aquella vez una conducción de CFK “con movimiento popular, cuadros auxiliares de conducción, mesas de discusión, con debate, con programa, con método y movilización”.

La respuesta de La Cámpora no se hizo esperar y llegó a través de Mariano Recalde, quien expresó que “no es momento de discutir liderazgos” y que, en todo caso, “las discusiones internas son más saludables que salir a dar un discurso”. El senador nacional y presidente del PJ porteño dijo que nunca vio a “un compañero del kirchnerismo cuestionando a Axel”, y retrucó: “el que cuestiona a Cristina anda en algo rarísimo”.

Tal fue el ruido de aquellos cruces, en los que se implicaron también otros actores como Jorge Ferraresi, Mario Secco, Hugo Yasky o Mayra Mendoza, que la propia CFK tuvo que salir a poner paños fríos. Pero eligió hacerlo de una forma y en un escenario bastante particulares. El sábado 27 de abril, en el aniversario del triunfo electoral de Néstor Kirchner en 2003, la ex presidenta reunió a casi todo el peronismo bonaerense en Quilmes, con Mayra como anfitriona, y en paralelo a despacharse en críticas contra Milei pidió a los propios “dejar de discutir pelotudeces” y concentrarse en la oposición a las políticas del Gobierno nacional.

Como datos no tan de color de aquella jornada quedaron el hecho de que Kicillof no fuera nombrado en ninguno de los dos discursos ni invitado a subir al escenario, ni durante el acto principal, ni durante una segunda salida de CFK en las afueras del microestadio Néstor Kirchner. El gobernador tampoco estuvo en la foto con intendentes y referentes camporistas de CFK que la organización del acto difundió luego como imagen principal.

EL TURNO DEL KICILLOFISMO

Luego de aquella jornada los decibeles de la discusión bajaron, pero el fondo está lejos de resolverse. CFK tuvo una nueva aparición ayer en el Instituto Patria, pero esquivó totalmente la cuestión. Kicillof, por su parte, mantuvo una agitada agenda de articulación con sectores políticos como el movimiento obrero y la CGT, intendentes, movimientos sociales, y hasta se lanzó el primer frente 100% kicillofista, el Frente Popular Patria y Futuro, encabezado por Carlos Bianco.

En esa clave hay que interpretar el “Plenario de la militancia: La Patria no se vende”, que Bianco ya promociona y que se realizará el sábado 18 en la Universidad Nacional Arturo Jauretche, en Florencio Varela. El encuentro se plantea como una instancia multisectorial de discusión sobre el rumbo del peronismo, en la que habrá discusión en comisiones y tendrá como cierre el discurso de Kicillof. Los armadores políticos del gobernador trabajan para que sea un acto multitudinario que dé muestras de la proyección de ese espacio de cara a la renovación peronista.

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X de Carli Bianco

El escenario elegido no es un dato menor. Andrés Watson es uno de los jefes comunales que junto a Ferraresi, Mario Secco, Juan José Mussi y Fernando Espinoza más cerca se mueven del gobernador. Este martes, por caso, Watson encabezó el lanzamiento de del Programa REACTIVA en la cooperativa de trabajo Galaxia en Florencio Varela, acompañado por el presidente del IPAC, Gildo Onorato, dirigente del Movimiento Evita recientemente incorporado a la gestión provincial por decisión de Kicillof. Las articulaciones del gobernador crecen y el bastón de mariscal va echando raíces.

EL FOCO TERRITORIAL

La Tercera Sección Electoral fue siempre el corazón del peronismo en la PBA, sede de los distritos que elección tras elección más votos reportan. En ese sentido, el plenario del sábado 18 también hay que leerlo como un contrapeso en el equilibrio interno del peronismo bonaerense, frente al crecimiento de La Cámpora en la sección. Con Mayra Mendoza consolidada en su segundo mandato, la organización de Máximo Kirchner recuperó otro distrito central en las elecciones del año pasado. Julián Álvares reconquistó Lanús de las manos del macrismo y afirmó el núcleo K en la Tercera, donde La Cámpora también ganó el distrito de Bransen con Daniel Cappelletti. La elección geográfica de CFK para su vuelta al ruedo hace dos semanas responde a consolidar este polo.

Pero justamente en la Tercera se dan las mayores rispideces con importantes actores que juegan en el ecosistema del gobernador. El principal caso es el de Jorge Ferraresi, abiertamente enfrentado con La Cámpora por su tensión con Emmanuel González Santalla, senador provincial  y dirigente camporista que construye la organización en Avellaneda, uno de los “tres ñatos” señalados por Larroque. La tensión se replica a su vez en Lanús, donde Ferraresi rompió el bloque de concejales de UP.

En un anticipo de lo que puede esperarse para el plenario kicillofista, Ferraresi soltó una potente frase este martes, en un encuentro organizado por Juan José Mussi para debatir sobre la reorganización peronista. “Una cosa es conducir y otra, liderar. Se puede tener un líder, Cristina es una líder natural para gran parte de la sociedad, pero necesitamos a alguien que conduzca el movimiento y eso hay que construirlo”, sentenció el jefe comunal de Avellaneda, previo a criticar el punto central en discusión hacia el año que viene: la lógica en la toma de decisiones y el uso de la lapicera a la hora de construir las listas electorales.

LA NUEVA GALAXIA K

Casi como una ironía política, la inicial del apellido que hegemonizó el peronismo y el campo nacional y popular en las últimas décadas es la misma que la del apellido que se postula para renovar esa conducción. Una nueva K como centro gravitacional y con sus propios planetas orbitando esa galaxia.

Bianco y Ferraresi fueron los dos primeros dirigentes en compartir la convocatoria al plenario del sábado 18 en Florencio Varela. El ministro de Gobierno bonaerense es el comandante histórico del núcleo político del gobernador, y con el lanzamiento del fin de semana de Patria y Futuro dio un paso más en su rol de armador del espacio que lo respalda. El intendente de Avellaneda tiene todas sus fichas jugadas en su disputa con La Cámpora y viene siendo una de las principales apoyaturas para Kicillof.

A ese primer anillo hay que sumar a Larroque y Mario Secco, otro ministro y otro intendente centrales en el núcleo de la nueva K. A los jefes comunales antes mencionados hay que sumar también a Fabián Cagliardi, de Berisso, y a Julio Alak, la gran apuesta del gobernador que recuperó La Plata de las manos del macrista Julio Garro el año pasado, y que hoy alinea la capital bonaerense con la gobernación.

Un peronismo bonaerense no kirchnerista también se arrima a la nueva construcción que busca rediscutir el rumbo del movimiento y del partido. Exponentes de ello son la diputada nacional Victoria Tolosa Paz, o el actual ministro de Infraestructura bonaerense, Gabriel Katopodis. El caso de Katopodis refleja los movimientos aperturistas de Kicillof con los que también, por caso, acercó a movimientos sociales como el Evita a la gestión bonaerense. Con la inclusión del ex ministro albertista el gobernador arrimó también otro distrito importante, como el San Martín gobernado por Fernando Moreira.

A todo ese entramado heterogéneo, al que hay que agregar a importantes dirigentes sindicales como el ministro Walter Correa, Roberto Baradel y la CTA, o la cercanía con Pablo Moyano y la cúpula de la CGT, el gobernador convoca a discutir el rumbo del peronismo dentro de 10 días en Florencio Varela. Restará ver si La Cámpora dice presente en el evento con algunos de sus importantes funcionarios del Gobierno provincial, sus intendentes o dirigentes bonaerenses. Lo que queda claro es que Kicillof se lanzó con todo a construir y que avanza sin necesitar autorizaciones ni aceptar reparos en su camino.