El lanzamiento de una alternativa
Kicillof se paró con potencia como el antagonista de Milei. Enorme convocatoria que el gobernador estimó en 35 mil personas. Músculo político propio y un llamado a los gobernadores con el federalismo como bandera de unidad. La Cámpora pegó el faltazo, pero la interna no fue protagonista.
Una tarde K, pero una nueva K. Una en la que el apellido Kirchner apenas sobrevoló en comentarios sin mucha trascendencia, y en algunas menciones en el discurso de cierre del portador de la K protagonista. La K de Kicillof plantó bandera y sembró la semilla de una alternativa política al Gobierno nacional, respaldada por decenas de miles de militantes, funcionarios e intendentes bonaerenses, dirigentes sociales y sindicales. Los movimientos que el gobernador viene mostrando en cuanto a su apertura política con diferentes sectores y en su articulación con pares de otras provincias, tuvieron esta tarde una coronación con una jornada de construcción política que dejó en claro el objetivo de plantar batalla al Gobierno nacional desde el armado de algo nuevo que le dispute la representación de la sociedad.
Desde el mediodía el polideportivo Thevenet de Florencio Varela comenzó a recibir a las miles de personas que podían inscribirse libremente para participar del evento. El predio tenía desplegadas 10 carpas para discutir un eje temático en cada una de ellas: Producción y Trabajo; Desarrollo Social y de la Comunidad; Economía y Finanzas Públicas; Universidad, Ciencia y Tecnología; Hábitat y Vivienda; Obras y Servicios Públicos; Ruralidad y Arraigo; Mujeres y Diversidad; Salud y Cuidados; y Educación y Cultura.
Durante un par de horas los militantes y el resto de los asistentes discutieron junto a los funcionarios bonaerenses en cada uno de esos temas. En un formato de actividad prácticamente idéntico al plenario “Luche y Vuelve” que organizara La Patria es el Otro a principios de 2023, varios de los funcionarios y ministros bonaerenses asistieron a las carpas para acompañar los debates. Por nombrar algunos casos, Andrés Larroque y Victoria Tolosa Paz encabezaban la mesa de Desarrollo Social y de la Comunidad, Augusto Costa y Gildo Onorato la de Producción y Trabajo, o Carlos Bianco en la de Universidad Ciencia y Técnica. La definición política del Gobierno bonaerense fue la de acercar a los funcionarios y las bases para enriquecer las discusiones.
Allí pudo verse uno de los rasgos salientes de la tarde, que el propio núcleo político del gobernador se encargó de minimizar. La Cámpora, que cuenta con importantes cargos dentro de la gestión provincial, no asistió a la jornada a la que fue invitada por Kicillof, marcando lo profundo de las tensiones que atraviesan a ambos espacios. Daniela Vilar, ministra de Ambiente, y Florencia Saintout, Presidenta del Instituto Cultural de la PBA, participaron de una jornada en contra de la Ley Bases en Lomas de Zamora y La Plata respectivamente, armadas por la organización que conduce Máximo Kirchner. Sin embargo, ni el faltazo ni las tensiones fueron parte de la agenda del acto kicillofista, y las principales espadas del gobernador se encargaron de bajarle el tono a la cuestión, como cuando Larroque dijo en diálogo con los medios “yo no veo ninguna interna”.
Mientras se sucedían las discusiones en las carpas en el predio del polideportivo, Kicillof almorzaba con intendentes y dirigentes del peronismo en el PJ de Florencio Varela. De allí surgió una foto que parece espejada a la que se sacó CFK en Quilmes con la tropa camporista. En este caso, los jefes y jefas comunales de La Cámpora tampoco asistieron al convite, que estuvo encabezado por los más cercanos al gobernador: el anfitrión Andrés Watson, Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mario Secco (Ensenada), Fernando Espinoza (La Matanza), Juan José Mussi (Berazategui), Fabián Cagliardi (Berisso), Fernando Moreira (San Martín). Verónica Magario, Carlos Bianco, Cristina Álvarez Rodríguez, Gastón Granados, Daniel Gollán, Julio Pereyra son algunos de los que también formaron parte de ese encuentro más íntimo con el gobernador.
Alrededor de las 16:30 toda la asistencia ya se había desplazado al predio central y esperaba por la llegada de Kicillof. Dos tipos de pecheras organizaban a las miles de personas que se agolpaban por un lugar: unas verdes, que decían “organización”, y unas celestes con la inscripción “Frente Popular Patria y Futuro”, la organización que Carlos Bianco presentó en sociedad hace unas semanas, que se encargó del armado del acto y que empieza a funcionar como la primera pata política 100% kicillofista.
Movimientos sociales como Barrios de Pie o el Movimiento Evita pusieron un importante despliegue militante para nutrir las filas del evento. La agrupación Eva Perón, que responde a Ferraresi, puso la banda de sonido con bombos y trompetas ubicados en una de las tribunas laterales del predio. En la de enfrente, una enorme bandera de La Matanza coronaba las gradas y marcaba el apoyo del principal distrito de la provincia para con el gobernador. La Patria es el Otro, la organización del Cuervo Larroque, y la militancia de Mario Secco, copaban la primera línea junto al vallado. Distintos sindicatos también plantaron sus estandartes entre la multitud que, vista desde el dron que sobrevolaba la escena, dejó imágenes por demás potentes.
Minutos antes de la llegada de Kicillof, se leyeron los 10 puntos del documento titulado “El pacto es con el pueblo”, y la presentadora del acto llamó a votarlo a mano alzada. Poco después y tras una entrada a toda orquesta, acompañado por Magario y Watson, el gobernador le pondría una cifra a la jornada al expresar que la votación “fue por unanimidad, por todos los presentes, 35 mil votos”.
Kicillof arrancó agradeciendo a la militancia y la concurrencia, a los intendentes, funcionarios, al movimiento obrero y movimientos sociales, y de entrada dejó en claro cuál sería el tono de su discurso: “Vinimos a discutir lo que pasa pero fundamentalmente qué vamos a hacer para adelante. Estamos acá para poner en marcha la imaginación política que piense el futuro de la provincia, que piense el futuro del país”, sentenció el gobernador y arrancó el primer “presidente, Axel presidente” de la multitud.
Desde un primer momento, Kicillof polarizó a fondo con Milei y sus políticas de gobierno. Siguiendo lo que viene siendo su praxis política, y también la línea planteada por CFK en sus últimas apariciones públicas, el gobernador bonaerense concentró sus palabras en fustigar los resultados de las decisiones tomadas por el Gobierno nacional, trazando una línea divisoria con el libertario de un lado y todos los sectores sociales agredidos del otro.
Kicillof disparó una y otra vez con la idea de que el presidente mintió en campaña. “La acción del Gobierno nacional no hay que mirarla en Tik Tok o en Twitter, hay que mirarla en la calle y en los barrios de la provincia: cuando ganó, Javier Milei era un enigma. Cinco meses después ya sabemos que estamos ante una formidable estafa electoral”, sentenció. El gobernador resaltó que el ajuste “lo están pagando los trabajadores, los jubilados y la industria nacional”, y que “el resultado de sus políticas es una caída de los ingresos como pocas veces hemos visto en la historia”.
Más adelante el gobernador comparó la inacción del Gobierno nacional con la resolución de problemáticas encarada por la gestión bonaerense. “Milei cortó obras en todo el país, el Gobierno de la Provincia hizo todo lo contrario, con inteligencia y esfuerzo las obras siguen”, expresó antes de pedir el traspaso de la Autopista General Perón para que el Gobierno bonaerense pueda sacarla de la parálisis actual y finalizarla. La polarización siguió con la liberalización de los precios vs. la cuenta DNI, el ataque a las escuelas públicas vs. la apertura del aula número 1000 esta semana en Malvinas Argentinas, y la suspensión del federalismo por parte del presidente vs. la distribución de fondos a los 135 municipios que este lunes se concretó en el Teatro Argentino de La Plata.
Allí estuvo otro de los puntos fuertes del discurso de Kicillof. En una semana en la que hizo gala de su incipiente construcción de articulaciones nacionales con la visita a Chubut y Santa Fe, para la firma de convenios y ayuda con recursos a los gobernadores Ignacio Torres y Maximiliano Pullaro, Kicillof hizo eje en el federalismo como una bandera a ser reivindicada por las provincias en oposición a la retracción del Estado nacional de muchas de sus responsabilidades en los territorios.
Luego de afirmar que Milei “no está cumpliendo lo que juró, no está cumpliendo la Constitución”, el gobernador bonaerense lanzó la proyección de su política al plano nacional: “Estamos ante un Estado desertor. Escuchen bien, porque este es el sentimiento de la provincia de Buenos Aires. A las provincias argentinas les vamos a ofrecer la solidaridad, no vamos a aceptar la disolución nacional ni el sálvese quien pueda, el pueblo bonaerense no se salva solo”, remató, dejando en claro su voluntad por profundizar las articulaciones y los lazos que viene tejiendo con otros mandatarios provinciales en vías de la construcción de una alternativa política a Milei.
Kicillof resaltó que ve a una sociedad argentina que en su mayoría “no quiere bajar los brazos”. Materializó esa mirada con la enumeración de las acciones políticas con las que la sociedad y la militancia organizada viene plantándole oposición al Gobierno nacional desde principios de año: el paro general del 24 de enero, la marcha de los feminismos del 8M, el 24 de marzo, la marcha universitaria del 23 de abril y el reciente paro general del 9 de mayo. Desde esa plataforma opositora el gobernador criticó a fondo la Ley Bases, el RIGI y el Pacto de Mayo, y afirmó que “se ha resuelto en esta jornada oponerse hasta que se caiga la ley, y manifestarnos cuando se trate en el Congreso”. Con el llamamiento a la movilización ya sobre la mesa, Kicillof fue tajante: “que lo entiendan bien, el único pacto de la PBA es con su pueblo”.
En el cierre de sus palabras, el gobernador enfatizó en el corazón de lo que fue su discurso de esta tarde y lo que vienen mostrando sus movimientos en los últimos meses. Kicillof habló de “construir una alternativa del campo popular a esta política de hambre, de persecución, de vaciamiento y de entrega”. Con la voz casi quebrada, Kicillof agradeció a toda la concurrencia y finalizó diciendo “gracias por venir, muchas gracias por estar, por acompañar, por el esfuerzo, por la militancia, por el trabajo, y muchas gracias por la confianza militante. Me voy lleno de fuerza y de esperanza”.
Los abrazos se multiplicaron luego del discurso con el que Kicillof lanzó abiertamente su voluntad por construir una alternativa política a Milei, partiendo del federalismo como bandera, la cooperación entre provincias y la defensa de los derechos de los bonaerenses. En el escenario lo acompañaban intendentes, funcionarios y dirigentes de peso. A los previamente mencionados se sumaban Pablo Moyano, Roberto Baradel, Mariel Fernández y Emilio Pérsico, Julio Alak, entre otros.
Con el gobernador totalmente lanzado a la construcción de esa alternativa, restará ver qué lugar tiene en esa construcción La Cámpora y la propia CFK. Frente al vacío que la organización de Máximo Kirchner parece haberle hecho al acto de Kicillof, el gobernador se paró por encima de la interna y no le dio lugar a las tensiones en la jornada. De hecho, citó tres veces a CFK en su discurso, utilizando ideas de las ex presidenta para criticar a Milei, y nombrándola junto a Perón, Evita y Néstor Kirchner como los estandartes del legado que hoy pretende continuar.
Kicillof mostró su músculo político, juntó a decenas de miles de personas, abrió la discusión, congregó a múltiples sectores de la militancia y se paró con firmeza como el antagonista de Milei, en una disputa para la cual se embanderó de federalismo y a la que convocó a sus pares de las demás provincias. Si el presidente lo eligió como su rival, el gobernador recogió el guante y se paró definitivamente dentro del ring para discutir mano a mano. Con siglos por delante para las próximas elecciones, los tiempos se aceleran hasta el infinito en la Argentina libertaria y ya no parecen quedar espacios para la especulación. Hoy Kicillof lanzó su alternativa.