El otro nefasto 2 de abril: el día que Martínez de Hoz anunció el plan Económico de la Dictadura
“Al sector productivo nos hizo pelota”, recuerda Marcelo Fernández, presidente de CGERA, la entidad empresaria más perseguida durante el terrorismo de Estado.
El aniversario por los 40 años de Malvinas coincide con otro de no menos actualidad y que también dejó heridas duraderas: el 2 de abril, pero de 1976, el entonces ministro de Economía de la dictadura, José Alfredo Martínez de Hoz, habló durante dos horas por cadena nacional para anunciar por primera vez el plan económico de la junta.
Fiel al estilo castrense de la época, el ministro de facto sostuvo que se iban a “eliminar de raíz” las políticas económicas vigentes hasta entonces, a las que definió como “intervencionismo estatizante”, término que más tarde sería replicado por la Sociedad Rural Argentina en su “saludo” a Jorge Rafael Videla por su primer año en el poder. Y así lo hizo: abrió las importaciones industriales, redujo salarios, privatizó empresas estatales y apostó a la timba financiera, entre otras medidas que modificaron para mal la estructura económica del país.
“El resultado de esa política fue un fracaso total y golpeó a la industria y al mercado interno como nunca. Nos hizo pomada. Por eso creemos que hay que hacer memoria un día como hoy”, resume en diálogo con Diagonales Marcelo Fernández, titular de la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA), entidad que en los últimos años viene realizando campañas con el lema “Hay otro 2 de Abril: El Nunca Más de las PYMES”, en referencia a la fecha en cuestión.
La CGERA, de hecho, fue la única entidad empresaria intervenida por la última dictadura, y tuvo desaparecidos, presos, torturados y exiliados entre sus filas, en un capítulo pocas veces revisado sobre los crímenes del terrorismo de Estado. “Nos persiguieron por defender un modelo basado en el mercado interno y el trabajo”, dice Fernández.
El dirigente Pyme comparte la idea que quedó expresada por primera vez y para la historia en la carta abierta de Rodolfo Walsh a la dictadura, respecto de que la explicación de los crímenes hay que buscarla en el modelo económico. “Fue necesario callar a muchas voces que se hubieran opuesto al plan de Martínez de Hoz”, explica.
“Argentina no fue el único país donde se impuso ese mismo modelo especulador. Pero tenemos cerca el modelo de Brasil, que a pesar de haber tenido una dictadura, profundizó su industrialización en los 70s y 80s y hoy tiene una industria fuerte”, agrega.
Hubo otro 2 de abril, otra coincidencia histórica: esa misma fecha, pero en 1991, entró en vigencia la convertibilidad impulsada por Domingo Cavallo, ministro de Economía de Carlos Menem y ex presidente del Banco Central en el tramo final de la dictadura. “Todos los gobiernos liberales han utilizado las mismas recetas, que han fracasado. Así como dicen todo el tiempo que los acuerdos de precios no funcionan, estaría bueno que también admitan que cada vez que aplicaron ese modelo económico aperturista y financiero en la argentina las cosas terminaron mal, como en el 2001”.
“Esa política volvió con Macri”, dice Fernández. “Pero por suerte hay una reactivación con este Gobierno, se está bajando el desempleo y la pobreza, y tiene un programa productivo interesante como el Argentina 20230, aunque todavía quedan muchos problemas estructurales por resolver”.
Fernández tiene, además, un hermano ex combatiente, Daniel, que falleció en 2011. “Recuerdo que lo fuimos a despedir con mi papá un 5 de abril. La guerra pasó por casa”, cuenta.
“Lo que nos importa es que se vea la verdadera cara de la dictadura militar: destruir la industria nacional, el mercado interno, el trabajo. Necesitamos hacer memoria sobre eso”, cierra.