En la semana posterior a la primera vuelta, cuando parecía que Javier Milei se desmoronaba tras el categórico triunfo de Massa, Mauricio Macri apareció en escena como el gran rescatista del proyecto libertario. El ex presidente terminó de quebrar Juntos por el Cambio, se deshizo de la UCR, la Coalición Cívica, el peronismo republicano de Pichetto y todo resabio de moderación y centrismo, y se abalanzó sobre su sueño mojado de un eje ultraderechista en el que pudiera liberar su verdadero ADN. Hasta allí, las interpretaciones discurrían por ese carril, un Macri suelto de las ataduras de sus ex aliados moderados y conformando un espacio político mucho más acorde a sus intereses reales.

Sin embargo, la desesperada movida de Macri tuvo en realidad un carácter defensivo más que ofensivo. Y es que, ante la inminencia de un posible triunfo de Massa, el fundador del PRO vio peligrar su ya de por sí complicada situación judicial en lo que sería un gobierno de su principal enemigo en la política argentina.

Massa no es CFK ni Alberto Fernández, y Macri lo sabe. El ex presidente transitó sus últimos años como Jefe de Gobierno con una causa abierta por espionaje ilegal que el dispositivo kirchnerista no supo o no puedo empujar en la justicia, y que se terminó cerrando a pocos días de su asunción como presidente. Más cerca en el tiempo las distintas causas surgidas de sus años en la presidencia, nuevos espionajes, la prórroga de la concesión de los peajes, los parques eólicos y la que sigue abierta por el Correo Argentino, tampoco avanzaron con fuerza durante la gestión del Frente de Todos. La permanente demarcación de Fernández con respecto a las presiones a la justicia que enmarcó en los “sótanos de la democracia”, y las propias internas del oficialismo, dejaron la situación judicial de Macri en un completo segundo plano todos estos años.

Pero el ex presidente es consciente de que, si llega al sillón de Rivadavia, Massa ejercerá otro tipo de liderazgo y no tendrá los pruritos que puedan haber tenido los anteriores presidentes peronistas en tocar todas las terminales con las que cuenta en la justicia para acorralarlo y sacarlo del mapa político. La enemistad entre ambos viene desde hace tiempo y es profunda, y Macri preferiría mil veces una nueva presidencia de CFK a una del líder del Frente Renovador, a quien considera más cercano a su propio estilo en el juego de la política.

PARQUES EÓLICOS: MOVIMIENTOS DE ÚLTIMO MOMENTO QUE PREOCUPAN A MACRI

En su primer año como presidente, Mauricio Macri realizó un fabuloso negocio de unos 70 millones de dólares de ganancia, asociado con el entonces jugador de Boca, Carlos Tévez, y el entrenador Xeneize, Guillermo Barros Schelotto. La movida fue la compra de proyectos para la construcción de seis parque eólicos y dos solares por parte de la empresa SIDEL S.A., controlada por SIDECO AMERICAN S.A., del grupo SOCMA, a la quebrada compañía española Isolux. La familia Macri adquirió los proyectos, ubicados en Miramar y Loma Blanca, por un monto de unos 25 millones de dólares, con aportes de casi 17 millones por parte de Tévez y US$ 800.000 por parte de Barros Schelotto.

En menos de un año, los compradores vendieron el proyecto Loma Blanca IV a una compañía llamada Geneia, y el resto de los parques eólicos a la empresa china Goldwind por un total de US$ 95 millones, obteniendo una ganancia de 70 millones de dólares en un pasamanos de un año. Isolux había licitados los proyectos con el Estado, y si bien la compraventa entre privados está permitida en el negocio de la energía eólica, aquí la polémica tiene que ver con que estuvo involucrada en el negocio la familia del entonces presidente, que compró a un precio muy bajo a una compañía quebrada y obtuvo una ganancia de casi el 200% en un año.

Además, el ex presidente jugó otra carta para hacer que el negocio también fuera rentable para los compradores. La china Goldwind es fabricante de molinos de viento para los parques, y pudo entrar al país sus propios molinos sin pagar ningún impuesto, a partir de que Macri declarara como “crítico” al proyecto de los parques eólicos, permitiendo de esa forma sacar toda traba arancelaria.

El escándalo estalló en 2018 cuando el diputado kirchnerista Rodolfo Tailhade hizo la denuncia pública y judicial. Sin embargo, tras avances en la fase probatoria, la causa cayó en un estancamiento que iba directo a que el juez Marcelo Martínez de Giorgi la cerrara a partir de considerar la operación un negocio entre privados. Pero el escenario cambió rotundamente este lunes.

La Auditoría General de la Nación, controlada por la oposición y en manos de Miguel Ángel Pichetto, publicó un duro informe en el que estableció que las operatorias comerciales y las concesiones en materias de tarifas y tipo de cambio reconocido le generaron un perjuicio económico al Estado. A partir de eso, Martínez de Giorgi deberá retomar el caso con otro enfoque y se complica la situación de Macri.

El informe destaca que las compañías que ingresaron al negocio de la energía eólica de la mano de la familia Macri, obtuvieron tarifas diferenciales “sin participar del procedimiento licitatorio. En consecuencia, se generaron situaciones inequitativas con los participantes del Renovar ronda 1 y los de las rondas siguientes”. En un momento en el que los precios de la producción de energía eléctrica estaban a la baja, el Estado aumentó el valor del Mw/h producido de 41 dólares a 76,23 dólares.

“Es decir, se presentó una situación inequitativa entre las empresas que compitieron en la ronda 1del Renovar y aquellas que se incorporaron a sus regulaciones a través de la Resolución exMINEM 202/16” establece el informe, diferenciando entre las compañías que compitieron en una primera licitación y las que ingresaron de la mano de Macri tras el fabuloso negocio del pasamanos de los proyectos Loma Blanca y Miramar.

Además, la AGN constató un perjuicio para el Estado: “El esquema de distribución de riesgos del Programa se inclinó de manera favorable hacia las empresas, en desmedro del Estado. El Estado Nacional, incluso, se constituyó en garante de obligaciones de terceros, comprometiendo de manera contingente sus propios recursos mediante la asunción de compromisos con organismos internacionales” señaló el organismo controlado por Pichetto.

Por otro lado, el informe señala que los objetivos del programa de fomento no se alcanzaron en materia de producción energética. “El 37% de la potencia adjudicada por el programa no logró instalarse reduciendo el beneficio espera doy desacelerando la expansión de la generación renovable. El Renovar no logró instalar los proyectos que comprometían contractualmente energía a valores más competitivos, impactando negativamente en el precio promedio de la energía renovable” explica el comunicado de la AGN.

Por último, “se detectó la aplicación de un tipo de cambio erróneo en el cálculo de los beneficios fiscales delas Rondas 1 y 1.5, tanto al momento de su adjudicación, cuanto al de su otorgamiento, lo cual implicó un reconocimiento en exceso 4,6 millones de USD”, monto perdido por el Estado en favor de las concesionarias.

La llegada de este informe a tan sólo unos días del balotaje marca el clima de preocupación en el que se mueve por estas horas Mauricio Macri. Su movida política de ir a todo o nada con Milei tuvo una respuesta que complica su situación judicial en apenas unas semanas, permitiendo imaginar una dureza por parte de un eventual gobierno de Massa en cuanto al avance de esas causas que el ex presidente no sufrió ni por asomo con CFK o Alberto Fernández. El verdadero terror de Macri es un Massa presidente que sea implacable con sus palancas judiciales, tal como él jugó contra sus adversarios cuando estuvo en el poder. En sólo unos días, ese terror podrá convertirse en una realidad para el ex presidente.