En medio de la tensión con los movimientos sociales, Pettovello también visita al Papa
La ministra del megaministerio de Capital Humano llega al Vaticano junto con la comitiva presidencial de Javier Milei para entrevistarse con Francisco. Su participación activa en favor de las iglesias evangélicas y el retaceo de alimentos a las organizaciones populares, en el foco de la disputa con la Iglesia católica, que pide que no se corte la provisión de alimentos.
Sandra Pettovello vivió los últimos diez días una exposición a la que no está acostumbrada. Adoptando una postura de perfil bajo, la ministra de Capital Humano se mantuvo siempre en silencio desde que fue designada en el cargo por el presidente de Javier Milei. Pero la urgencia la obliga a subir ese perfil.
Casi como en una actitud desafiante, Pettovello será parte del equipo que se reunirá con el Papa Francisco, mientras que los escasos fondos para paliar la crisis alimentaria se concentran en las iglesias evangélicas, brindándoles $177.500.000, y retaceando la ayuda social a las organizaciones populares.
Estos “intermediarios” beneficiados por la ministra, nucleados en la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la Argentina (ACIERA) no alcanzan, ni por asomo, el despliegue que tienen los comedores comunitarios de las organizaciones sociales, a las que el Ministerio de Capital Humano desoye. Un poco más de 36mil beneficiarios por el sector evangélico contra las más de 10 millones en todo el país a los que llegan las organizaciones populares.
“Es relevante destacar que el trabajo social realizado por las iglesias cristianas evangélicas a menudo pasa desapercibido. Este reconocimiento por parte del ministerio es un paso significativo para visibilizar y valorar la labor constante de estas instituciones en beneficio de la comunidad”, expresaron desde ACIERA luego del acuerdo.
La Libertad Avanza cuenta con tres representantes en la Cámara de Diputados por el evangelismo, sector decisivo para el voto popular hacia Javier Milei en las elecciones. Santiago Pauli, de Tierra del Fuego; Lourdes Arrieta, de Mendoza; y, Nadia Márquez, de Neuquén. Esta última es hija del pastor Hugo Márquez, vicepresidente de ACIERA.
A esta medida que encaró Pettovello se le sumó su foto con su foto con el médico antiabortista del Opus Dei Abel Albino, titular de la Fundación Cooperadora Nutrición Infantil (Conin), con quien firmó un acuerdo en el que ambas partes “se comprometen a trabajar en la lucha contra la desnutrición infantil”. Albino ya había cobrado cifras millonarias durante el gobierno de Mauricio Macri, en convenios con los ministerios de Desarrollo Social, Salud, Educación y la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia.
Cabe destacar que el Opus Dei tiene representación en la Cámara de Diputados por el oficialismo. El santafesino Nicolás Mayoraz es allí el presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Los dos acuerdos con los sectores evangélicos se contrastan con la nula respuesta a los reclamos de las organizaciones sociales y la preocupación se extiende hasta el máximo organismo de la Iglesia Católica argentina. “La comida no puede ser una variable de ajuste. Es necesario anticiparse para que esta situación no profundice la crisis alimentaria”, resaltaron desde la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), que conduce el monseñor Oscar Ojea, en un durísimo comunicado.
“Para eso se debe facilitar a las personas, las comunidades y al pueblo, aquello que se necesite para ayudar a los más frágiles, especialmente a niños, niñas, adolescentes y adultos mayores. Ante una crisis no son suficientes los paradigmas tecnocráticos, sean estadocéntricos, sean mercadocéntricos, es necesaria la comunidad”, sentenciaron.
Previo al viaje hacia Roma, Pettovello había dado un guiño para el Sumo Pontífice y acordó un giro a Caritas por más 300 millones de pesos . Los planteos distantes de la entidad marcan que la relación entre la Iglesia católica y el Gobierno lejos está de su mejor momento, a pesar de esta renovación del convenio de meriendas.
“Se ha malinterpretado dicho compromiso entendiéndolo como un acuerdo exclusivo entre la Iglesia y el Estado para ser los interlocutores únicos o principales validados en la ayuda a los sectores más vulnerables. También expresamos que en el transcurso de los últimos años y a medida que los niveles de pobreza han crecido en la Argentina, hemos aprendido a trabajar con un gran número de movimientos, asociaciones, centros vecinales, sindicatos, etc.”.
La inclusión de todos estos actores sociales por parte de la Iglesia Católica argentina choca con la directiva oficial de modificar la dinámica de trabajo con las organizaciones sociales, y eliminar las mediaciones de dirigentes y coordinadores, para asistir “cara a cara” a las personas beneficiarias. Pettovello se desdijo de esta medida cuando miles de personas enrolados en los movimientos sociales fueron personalmente a ser recibidos por la ministra.
Consultados por Diagonales y para buscar destensar el conflicto, desde el ministerio de Capital Humano informaron que se está en “conversaciones todo el tiempo” con las organizaciones sociales. También plantearon que no faltarán alimentos ni en los comedores sociales ni en los escolares. “Las entregas se está realizando”, aseguraron a este medio desde la cartera de Pettovello.
Pero la contienda con los movimientos sociales sigue al rojo vivo. Este sector aduce que sigue en cero la ejecución del presupuesto para asistencia alimentaria en 2024. “La crisis apenas pueda abordarse con el esfuerzo mancomunado de los 41.253 mil comedores y merenderos formalmente inscriptos en el RENACOM y distribuidos más allá de los límites estrechos que el pensamiento unitario permite reconocer a la Ministra”, sostuvo Juan Grabois, líder de la CTEP- Patria Grande.
“La ministra Pettovello entregará alimentos para 36.000 personas a través de las iglesias evangelistas en José C. Paz, un 0,36% de las 10.000.000 de personas que hoy necesitan asistencia alimentaria ¡Vamos Ministra! Solo le falta el 99,64%”, ironizaron desde la organización barrial La Poderosa en la red social X Twitter.