Escala la conflictividad social
Este martes confluyeron en la calle estatales y organizaciones sociales. Varios gremios se suman a medidas de fuerza, en un contexto de conflictividad que tiene al sindicato de los neumáticos como punta del iceberg. La CGT, al borde de la fractura.
La última semana de septiembre amenaza con convertirse en el primer escalón de una conflictividad social creciente. Empezó ayer con el fracaso de las negociaciones entre el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (Sutna) y las patronales del sector (Bridgestone, Pirelli y Fate), y trepó otro peldaño este martes con otros tres paros de 24 horas, convocados por un sector de los aeronáuticos, los trabajadores de los hospitales públicos porteños y los estatales de ATE Nación, quienes además se movilizaron al Obelisco.
Al panorama de conflictos gremiales se sumó, además, el sector piquetero: el bloque que conforman MST Teresa Vive, Libres del Sur y el Polo Obrero desembarcó sobre la 9 de julio, y esta vez cumplió con la amenaza de acampar frente al Ministerio de Desarrollo Social al menos hasta mañana, cuando vuelvan a discutir la medida de fuerza en asamblea.
La última reunión entre “Unidad Piquetera” y los funcionarios del ministerio fue este viernes pasado: allí las organizaciones lanzaron la última advertencia, pero no hubo caso. Durante toda la jornada, los teléfonos de los dirigentes del sector fueron inundados por llamados de las segundas líneas de la cartera, donde hacen pie intendentes, La Cámpora y el Movimiento Evita, aunque no hubo un ofrecimiento concreto.
“Nos reunimos diez veces este año con Juanchi Zabaleta. Debe ser el ministro que más nos recibió de todos con los que hubo conflicto, pero el problema es que no cumplió lo que prometió. Volvieron a patearnos la ayuda alimentaria para noviembre, cuando debió llegar en agosto. La situación es insostenible: en los barrios la gente pone de su bolsillo para armar las ollas populares”, describió el panorama Silvia Saravia, referente de Libres del Sur, en diálogo con Diagonales.
Para Saravia, “la inflación está pegando muy duro, pero el Gobierno sigue adelante con el ajuste, esta vez de la mano de Massa, y es mucho más profundo que el de Guzmán”. En ese contexto, explicó la dirigente, “hay cada vez más sectores que auspiciosamente salen a la calle, hay una reacción popular por abajo, frente a una situación de deterioro cada vez mayor”.
La movilización de las organizaciones piqueteras casi coincidió en tiempo y espacio con los estatales de ATE Nación, que conduce Hugo “Cachorro” Godoy, que partió del centro porteño hacia el Ministerio de Economía, en Plaza de Mayo. “Los salarios de la mayoría de los trabajadores municipales y provinciales a nivel país están por debajo de la línea de pobreza”, explicó a Diagonales sobre las razones de la medida de fuerza.
El secretario general de ATE apuntó que “la situación de los estatales no escapa a la situación de los trabajadores en general”. “En la escala salarial estamos por debajo incluso de los trabajadores formales del mercado interno, y solo por encima del sector informal”, agregó.
El gremio tiene pautada una reunión paritaria para este viernes. “La inflación no da para más, y con el ajuste que lleva adelante el Gobierno, forma un cóctel explosivo que explica el por qué de tantas movilizaciones”, advirtió. Pedirán un aumento del 95 por ciento.
Que la movilización haya sido hacia las oficinas del área que conduce Sergio Massa no fue una causalidad. “La falta de medidas para los sectores populares contrasta con el dólar soja, con los beneficios para los sectores concentrados de la economía”, dijo “Cachorro”. Y dejó un dardo, también, para Alberto Fernández, quien compartió este lunes una cena en Olivos con la cúpula de la CGT (con excepción de Pablo Moyano): “El Presidente debería pensar en que puedan comer asado los 20 millones de trabajadores a quienes se lo prometió en campaña”.
Pablo Moyano fue excluido de la cena presidencial con el resto de la conducción de la CGT, donde se habló de un posible “bono” de aumento por decreto a expensas de las paritarias, en un clima donde son varios sindicatos los que están inquietos frente a la estampida inflacionaria, que según todas las proyecciones rondará a fin de año entre un 90 por ciento y el temido índice de tres cifras.
El “bono” generaba controversias al interior de la central obrera, pero la posición de los gremios menos blandos sigue siendo no rechazarlo, pero sí seguir empujando por paritarias adelantadas y a la altura de la situación. Tampoco es la posición de gremios como UOM retirarse de la CGT, ni mucho menos. La tensión que ya se había expresado en la calle el mes pasado continúa, mientras Moyano invita al resto de los gremios de su armado a salir de la conducción.
El conflicto encabezado por el gremio Sutna, de los neumáticos, empujó la agenda de la conflictividad. La semana pasada tomaron uno de los pisos de la sede en Congreso del Ministerio de Trabajo, y acamparon en la puerta. Hasta la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, expresó la “preocupación del Gobierno” frente a un posible desabastecimiento.
Así las cosas, también los trabajadores de los Hospitales públicos pararon este martes. Las declaraciones del delegado del Hospital Durand y dirigente de ATE, Héctor Ortiz, sirven para graficar la situación que pasan los asalariados en este contexto: "En octubre vamos a cobrar un 4 por ciento y el otro mes el 4 restante, es vergonzoso. Un trabajador del escalafón general está cobrando de 60 a 70 mil pesos, están por debajo de la línea de pobreza", dijo.