Finalmente llegó el día de la definición de un año electoral interminable y las últimas horas no podían ser otra cosa que un cúmulo de tensiones. Ese es el clima que se respira, a minutos del cierre de los comicios, en el búnker de Unión por la Patria.

Nuevamente en el barrio porteño de Chacarita, una costumbre que comenzó en 2019 y se mantuvo durante los actos electorales en los años del Frente de Todos, el búnker se montó dentro del centro cultural C, con una carpa en el exterior para la prensa y un escenario en la esquina de Corrientes y Dorrego para eventuales festejos. 

Tal como sucediera en las generales de octubre, apenas pasadas las 17 horas comenzaron a sonar bombos y redoblantes  de la militancia, que una hora antes del cierre de las urnas ya se da cita en la esquina en la que festejó el pasado 22 de octubre. Con un calor veraniego y un sol a todo trapo, adherentes a UP ya le ponen color y música a la tarde noche en la que el peronismo espera dar lo que sería uno de los grandes batazacos de su historia: ganar una elección en un contexto económico durísimo, producto de su propia gestión.

Como en cada jornada electoral, las versiones de último momento sobrevuelan todas las conversaciones. Numerosos bocas de urna en los que nadie cree pueblan las conversaciones y alimentan la tensión y la ansiedad que cortan el aire. Desde el equipo oficialista piden cautela: “estamos bien, pero hay que esperar y ser prudentes. Por algo se llegó hasta acá como se llegó” comentan en la carpa desde el aparato de prensa oficialista. 

A las 18:30 llegarían las primeras palabras oficiales. Los encargados serían la senadora Juliana Di Tullio y el ministro de Turismo y Deportes de la Nación, Matías Lammens. Los primeros resultados podrían llegar cerca de las 20, siempre y cuando la diferencia entre los candidatos permita establecer una tendencia consolidada. Si el resultado  es muy ajustado, habrá que esperar al menos hasta las 21 horas.