Puede pensarse que la “Liga de gobernadores”, que 16 mandatarios provinciales peronistas lanzaron formalmente a principios de junio para terciar en la agenda del Gobierno, algo tuvo que ver con la elección de Silvina Batakis en reemplazo a Martín Guzmán al frente de Economía. La flamante ministra viene de tejer una fuerte relación con todos ellos durante los dos años y medio que ejerció hasta este domingo como funcionaria al frente de la Secretaría de Provincias del Ministerio de Interior.

Desde esa área y bajo el ala del ministro Eduardo “Wado” De Pedro, Batakis fue la encargada de firmar múltiples convenios y de asignar recursos para varias de las obras públicas que están en marcha en buena parte del país. La última licitación que firmó antes de dar el salto fue para la pavimentación de 18 km de la Ruta Provincial N° 3, una obra de 1600 millones de pesos que mejorará la conexión entre Santa Fe y Chaco. Fue el sábado, 24 horas antes de la designación. 

“Recibí la noticia emocionado, por su carácter federal. Silvina conoce las provincias y garantizó una distribución equitativa de los recursos. Estoy seguro que hará una gran gestión en Economía”, la elogió el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela. Batakis estuvo en esa provincia por última vez hace menos de una semana, el 28 de junio, para firmar el convenio con el gobernador para levantar un hospital público en Chilecito, por unos 2000 millones. 

Desde que asumió en interior, además, implementó más de 700 millones de dólares en préstamos del BID y la CAF en distintas obras de infraestructura en Mendoza, Formosa, Neuquén, Río Negro, San Juan, Entre Ríos y Corrientes, entre otras, gracias al Fondo Fiduciario Federal de Infraestructura Regional, cuya aplicación pasaba por su lapicera. 

“La designación de Batakis al frente del Ministerio de Economía de la Nación es una buena noticia, por sus antecedentes, experiencia y capacidad reconocidas”, dijo más temprano Gerardo Zamora, gobernador de Santiago del Estero, el primero de los integrantes de “La liga” en desearle “el mejor de los éxitos” a la nueva ministra. 

“Es una mujer que conoce los problemas que tiene el país”, siguió más tarde el gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo. “Viene trabajando con el Gobierno nacional pero fundamentalmente con las provincias del país, es una gran colaboradora de todos los distritos. Cuenta con el apoyo de todos los gobernadores”, la elogió. 

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Batakis fue la encargada, también, de la letra chica del pacto fiscal, apoyada por todos ellos. Además, tuvo a su cargo los números finos que Nación presentó ante la Corte Suprema para justificar la quita de coparticipación federal a la Ciudad de Buenos Aires. En el informe que presentó ante el Senado cuando se debatió aquella ley para reasignar esos recursos, a fines de 2020, sostenía que la administración de Rodríguez Larreta se quedó con al menos 88 mil millones de pesos de más por el traspaso de la Federal a la Ciudad durante el paso de Mauricio Macri por la Rosada, y que incluso ese monto podía ser reclamado por los gobernadores como una deuda de la Ciudad con las provincias. 

Antes de convertirse en la segunda mujer en ocupar la silla de Economía, Batakis fue la primera ministra mujer en ponerse al frente del mismo ministerio en la Provincia de Buenos Aires, cargo que ejerció entre 2011 y 2015, bajo la gobernación de Daniel Scioli. “Destaco la decisión del Presidente de convocar a la Doctora Batakis como Ministra de Economía de la Nación. Una persona de gran calidad humana y amplia formación profesional. Una trabajadora incansable con gran sentido de la responsabilidad y destacada experiencia”, publicó Scioli este domingo en sus redes sociales. 

Desde la lejana gobernación de Scioli la calificaban como una funcionaria "hipersolvente", dado que tuvo que administrar con puño de hierro a la Provincia en un delicado contexto fiscal y en medio del enfrentamiento del ex gobernador con Cristina Kirchner, que le valió a Batakis algún roce indeseado con la ahora vicepresidenta. 

Aquél desafío, que logró superar y que forma parte de los laureles con que llega a Economía, más un amplio conocimiento de la gestión pública, puede contrastar cierta “falta de volumen político” propio como ya le achaca la oposición, quizás como una forma de marcarle, de antemano, la mirada económica de la flamante ministra, favorable a subir las retenciones y a los controles cambiarios.