Mientras el presidente Javier Milei confía que el Congreso le otorgue superpoderes para gobernar con facultades ampliadas, en el marco de la declaración de “emergencia pública” que podría regir hasta el final de su mandato, hay voces dentro de su equipo que se demarcan y no ocultan sus diferencias sobre las “formas” en las que La Libertad Avanza (LLA) debe encarar este comienzo de su administración.  

Una de ellas es Victoria Villarruel. La vicepresidenta no oculta sus divergencias sobre cómo debería ser la manera en la que el Gobierno encare el extensísimo paquete de reformas y modificaciones de un sinfín de leyes que consideran indispensables, pero que también pueden significar un revés inconmensurable si los diputados y senadores no aprueban la iniciativa oficial.

A pesar de no compartir cómo se avanzó con el plan de reformas, la titular de la Cámara alta digita su propia estrategia dentro del recinto y sabe que tiene un nombre de peso dentro del armado oficialista. Es de las pocas dirigentes de la primera plana que contiene a diferentes partidos de derecha dentro de LLA. “La idea es fortalecer la figura presidencial y la del Poder Ejecutivo”, afirman a Diagonales desde su entorno.

Por estas horas, afronta su primer desafío legislativo: el tratamiento de la Ley de Boleta Única. Empiezan los debates en el plenario de Comisiones y este proyecto que propone condensar la oferta electoral para cargos nacionales en una única planilla de papel, dividida en filas horizontales por cada agrupación, puede convertirse en la primera ley de la “Era Milei”.

Villarruel apuesta a obtener dictamen y que se debata en el recinto la semana que viene. En su equipo lejos están de afirmar que la confianza que hay para la aprobación de este proyecto signifique un apoyo ilimitado hacia el oficialismo en debates futuros, sobre todo de cara al tratamiento del megaDNU y la Ley Ómnibus. “Es imposible saber eso porque es una relación que se va a ir dando”, aseguraron a Diagonales.   

Pero más allá de la necesidad imperante para el Gobierno de comenzar a hilvanar triunfos legislativos, la vicepresidenta busca mostrar una faceta más política de “rosca”, y evitando el estilo de confrontación que Milei se encarga de potenciar en cada aparición oficial.

Tiene a su cargo la disposición de los números finos y la negociación con los sectores políticos de la oposición no kirchnerista, aliados fundamentales para las aspiraciones libertarias, ya que el oficialismo cuanta en el Senado con tan solo 8 integrantes.

“Cayó muy bien en el bloque”, planteó a Diagonales la senadora nacional de la UCR por Santa Fe, Carolina Losada, que destacó los primeros días de Villarruel al frente de la Cámara, en reemplazo de la exvicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. En su primera maniobra logró conseguir cuórum para imponer al senador de San Luis Bartolomé Abdala como presidente provisional de la Cámara, una figura de buena relación con el peronismo de las provincias, y que estuvo en las filas del PRO.

La vicepresidenta logró imponer un número acorde a las pretensiones de LLA para la conformación de la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo, que tratará el megaDNU presidencial que busca derogar más de 300 leyes. Junto con el presidente de la Cámara de Diputados Martin Menem, pudieron cercar a Unión por la Patria, que tendrá tan solo 6 bancas de las 16 en juego. Quedó a un lado las 8 que el peronismo reclamaba para su sector, con cuatro por recinto.

Además Villarruel se encargó de que algunos nombres propios de las fuerzas que integran la Bicameral por el Senado sean figuras “de dialogo” o dispuestos a colaborar con el Gobierno: el cordobés Luis Juez (PRO), el salteño Juan Carlos Romero (Cambio Federal) y el correntino Carlos Espínola, de Unidad Federal.

Todo esto, fiel a su estilo propio de conducción. Villarruel optó por no mostrarse públicamente con Milei y el equipo de Gabinete cuando por cadena nacional fueron lanzados el mega DNU y el paquete de leyes extra large, digitadas por Federico Sturzenegger y sus equipos técnicos. En el entorno de Milei no niegan las discrepancias de miradas, pero se impuso la visión del extitular del Banco Central durante el macrismo.

Aliada del ministro de Interior Guillermo Francos, siguiendo esa misma disciplina para moverse entre los intersticios de poder, Villarruel mantiene su estrategia al pie de la letra desde que asumió la vicepresidencia.

Mucha planificación, pleno enfoque en su labor legislativa, y silencio total ante la opinión pública. “Siempre fue esta su idea, cuando terminó el balotaje definimos esta estrategia”, remarcan a este medio desde su equipo.

Por ahora, en estas primeras semanas del nuevo gobierno "libertario" parece ser la receta menos dañina para el oficialismo.