Julio Bárbaro: “Hoy el peronismo no tiene dirigentes, tiene empleados”
En diálogo con Diagonales, Julio Bárbaro sostuvo que el peronismo está “en decadencia” y que Milei es la “negación del liberalismo”, con un proyecto “destinado al fracaso”.
Julio Bárbaro, histórico militante peronista, fue diputado nacional entre 1973 y 1976. Una vez terminada la dictadura, en 1983, volvió a ser electo como diputado, cargo que ejerció hasta 1985. Posteriormente, entre 1989 y 1991 estuvo a cargo de la Secretaría de Cultura de la Nación en el Gobierno de Carlos Saúl Menem, y durante el mandato de Néstor Kirchner ocupó la presidencia del Comité Federal de Radiodifusión.
Fiel defensor del pensamiento original de Juan Domingo Perón, Bárbaro ha sido una voz crítica tanto de los gobiernos peronistas contemporáneos como de las nuevas corrientes políticas que emergen en Argentina, que lo ha convertido en una voz destacada en el ámbito político nacional.
¿Cómo ves al peronismo? ¿Creés que puede haber un proceso de renovación?
-El peronismo como pensamiento tiene vitalidad, pero está en su peor momento de la historia, sin dudas, porque no hay quien lo represente. No tiene dirigentes, tiene empleados. Y los empleados saben obedecer pero no saben pensar. Perón convocaba a los disidentes. Néstor, por el contrario, convocó a los obedientes. Cristina no sólo convocó a los obedientes, también los volvió decadentes.
¿Qué experiencia rescatás entre los últimos gobierno peronistas?
-Ni Menem, ni Néstor, ni Cristina llegaron a ser peronistas. Ellos fueron dos variables del pensamiento de Perón que era, por sobre todas las cosas, patriótico, y luego armonizador de los conflictos. Menem fue antipatriótico y Néstor y Cristina fueron reivindicadores de la guerrilla que Perón había cuestionado y enfrentado.
¿Ves algún liderazgo surgiendo con posibilidades de recuperar la representación política de las mayorías populares?
-Veo que no hay partidos, sólo gobernadores. Yo reivindico el intento de Axel Kicillof, de Martín Llaryora, de Maximiliano Pullaro y del Gobernador de Santa Cruz, Vidal. Están centrados en cuestionar el poder central de Milei y puede que de ese cuestionamiento logren convocar mayorías.
¿Cómo ves a Milei en su rol de presidente?
-Perón decía: “no hay que ser ni sectario ni excluyente”. Milei es un individuo que reivindica a la economía por encima de la política. En ningún país del mundo los economistas dirigen la política. No entienden nada. Que haya ricos no implica que una sociedad sea rica. Una sociedad es rica cuando integra a sus miembros, no cuando tiene un par de vivos enriquecidos.
¿Y qué balance hacés de La Libertad Avanza como espacio político?
-La Libertad Avanza es una degradación del sistema conservador. Los conservadores fueron siempre lúcidos y talentosos. Milei es la negación del liberalismo que dice representar. Es de un anarquismo económico que no sirvió en ningún lugar del mundo. El Estado es hoy lo que se ha impuesto en la totalidad de la humanidad: el Estado es Europa, es Rusia, es Estados Unidos, es China, es India. Hoy los Estados son los que se han consolidado. Hacer antiestatismo es ir en contra de la historia.
¿Creés que la economía argentina, en el corto plazo, se va a recuperar tal como anunció el Presidente?
-No hay ninguna posibilidad. Lo que hace está a la vista: achica los gastos de los ricos y degrada el poder de los salarios y de las jubilaciones. Lo que va a hacer Milei es dejar un país profundamente desigual, con pobres muy pobres, y ricos muy ricos. El proyecto de Milei es inviable y no puede lograr estabilidad, nunca. El discurso del domingo pasado fue realmente un Presupuesto sin futuro. Una mera agresion al resto. Una incapacidad absoluta de comprender la coyuntura histórica.
¿Cómo ves al oficialismo en la elección del año que viene?
-Yo creo que no van a volver a ganar ningún proceso electoral. Pensemos que las elecciones intermedias son todas de dispersión. Entonces vamos a tener al oficialismo, al PRO, los radicales y dos peronismos. En esa dispersión, Milei va a estar lejos de consolidar su poder, va a estar más cerca de desparecer de la historia.