En cualquier caso y contexto, que el gobierno de un país celebre tener un registro del 49,9% de su población en la pobreza debería ser un escándalo en sí mismo. Mucho más aún si se trata de un gobierno en su primer año de gestión, y que tomó las riendas del país cuando la pobreza era del 41,7% según la estadística oficial. Pero Javier Milei ha logrado normalizar lo inconcebible en muchísimos aspectos en una Argentina fracturada, y ya no sólo no escandaliza que el Gobierno nacional haya festejado con bombos y platillos el durísimo informe que el Observatorio de la Deuda Social de la UCA publicó esta semana, sino que buena parte del sistema político y mediático se sube a la ola de celebrar la Argentina del hambre.

La operación de sentido responde a la misma fórmula aplicada a la inflación. Luego de hacer explotar todo entre diciembre y los primeros meses del 2024, llevando los precios a niveles que hoy sorprenden por lo elevado a cada extranjero que visita el país, hoy el oficialismo vende el resultado de haber estabilizado el IPC mensual en niveles similares a los del inicio del gobierno del FdT, obviando la catástrofe de los meses con inflación arriba del 20% que generaron sus decisiones políticas.

Uno de los resultados de esas decisiones, junto al desplome de la actividad económica, fue el aumento brutal de la pobreza. El Indec, que había marcado un 41,7% para fines del 2023, porcentaje que incluyó el impacto de la bestial devaluación de diciembre y su inflación del 25,5% ya bajo el mandato de Milei, arrojó un 52,9% de pobreza para el primer semestre del año. La UCA, por su parte, que tenía a fines del año pasado un registro del 44,7%, ubicó la pobreza en el primer trimestre del 2024 en el 54,9% de la población argentina.

El relato del oficialismo, difundido a mansalva en los últimos días por redes sociales y medios de comunicación, es que el Gobierno está bajando la pobreza. ¿Cómo llegan a esa posición? Tomando informes posteriores de la UCA que marcaron que en el segundo trimestre del año ese indicador se ubicó en el 51%, y en el tercer trimestre en el 49,9%. ¿Tiene alguna lógica, o algún sentido de dignidad y empatía para con la sociedad, que el Gobierno festeje ese dato con la pomposidad que lo hizo? ¿No resultaría más atinado un tono más solemne y comprometido con la situación, menos eufórico y festivo, para comunicar una realidad que sigue siendo trágica para más de la mitad del país? Las respuestas quedan a criterio de lector. 

Lo cierto es que, como con la inflación, el Gobierno nacional disparó brutalmente la pobreza a partir de sus decisiones de política económica y hoy celebra una mínima reducción desde el pico al que la llevó, que ni siquiera se acerca a los niveles que recibió de la gestión anterior. Sin embargo, el tono triunfalista, soberbio y arrollador con el que Milei, Pettovello y múltiples referentes libertarios salieron a hacer una campaña de marketing más a partir del último dato de la UCA esconde un elemento central y determinante.

LA ARGENTINA DEL HAMBRE

De todo lo expresado en el informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA hay un dato que resalta por lo terrible y lo impactante. El estudio reveló que el 28% de los argentinos sufre inseguridad alimentaria, definida como “la reducción involuntaria de la porción de comida y/o la percepción de experiencias de hambre por problemas económicos”. 

En otras palabras, un 28% de los argentinos saltea comidas, come menos y pasa hambre. En contraste con la mínima reducción del indicador de pobreza, este nivel de inseguridad alimentaria es el más alto registrado por la UCA en casi dos décadas, y para encontrar un registro superior hay que remontarse al 2005, cuando el porcentaje llegó al 30,3%. En los últimos 10 años, el registro más bajo de este indicador se dio en 2015, hacia el fin del segundo mandato de CFK, cuando la inseguridad alimentaria alcanzó al 14,4% de los hogares, prácticamente la mitad de los que la sufren hoy.

A su vez, el 12,6% de los hogares argentinos sufre de inseguridad alimentaria severa, según el estudio de la universidad. Este registro subió casi dos puntos desde el 2023, y el de la inseguridad alimentaria aumentó 3,3% en el gobierno de Milei. Otros datos preocupantes del informe de la UCA son, por ejemplo, el hecho de que el 41,6% de la población se encuentra en una situación de pobreza multidimensional, que se define como “hogares pobres por ingresos y que al mismo tiempo presentan al menos una carencia en dimensiones de derechos: alimentación y salud, servicios básicos, vivienda digna, medio ambiente saludable, educación, empleo y seguridad social”.

Este empobrecimiento de los hogares se explica, en buena medida, por las decisiones del Gobierno nacional en torno a los aumentos de tarifas de servicios públicos y la disparada general de los precios. En 2023, el 35% de los hogares de estratos económicos más bajos dejaron de pagar servicios por motivos económicos. En 2024 ese porcentaje creció 10 puntos, llegando al 45%. Lo mismo sucedió con el pago de impuestos: en 2023 el 34,4% no pudo afrontar algún pago por los aumentos, mientras que en 2024 ese universo creció al 51,4%.

Los recortes en los hogares de los sectores sociales más vulnerables no fueron sólo en cuanto al pago de servicios u obligaciones impositivas. Un 53,9% manifestó haber tenido problemas para acceder a medicamentos que necesitaba, y un 55,5% recortó gastos en atención médica. 

LA ARGENTINA DE LA CRUELDAD 

Este brutal cuadro socioeconómico no se explica sin las decisiones políticas y económicas de la nueva Argentina que Milei pretende fundar. La inseguridad alimentaria en buena medida podría abordarse a partir de los entramados construidos a lo largo de décadas por las organizaciones sociales, que poblaron de comedores populares un país acostumbrado a las crisis. Sin embargo, el Gobierno nacional a través de la ministra Sandra Pettovello decidió dejar pudrirse toneladas de alimentos acopiados en galpones por compras realizadas en la gestión anterior en lugar de entregarlos a los comedores, que hoy explotan de gente ante el incremento de la demanda. 

Recién esta semana, y luego de casi una decena de fallos judiciales en su contra, el Ministerio de Capital Humano aceptó la definición de la justicia que lo intima a entregar esos alimentos. No existe otra explicación para la postura que el oficialismo sostuvo durante un año que la definición por la crueldad y el sometimiento de la sociedad.

El mismo eje de comportamiento se refleja en el tema de los medicamentos y los jubilados, uno de los sectores sociales más afectados según refleja el informe de la UCA. La reciente eliminación de los subsidios del PAMI a una cartera de medicamentos para jubilados que cobren una jubilación mínima y media, sumada a la dispara de los precios de los medicamentos, que crecieron muy por encima de la inflación este año, y el ajuste en las jubilaciones que permite explicar alrededor de un 30% de todo el recorte del gasto público, suman un cuadro donde no queda otra mirada posible que la del desprecio por parte del Gobierno nacional para con la gran mayoría de los adultos mayores del país. A quienes, por otro lado y con impunidad, se les repite periódicamente en los discursos oficiales que sus jubilaciones “volaron en dólares”.

LA ARGENTINA DEL RELATO

Esta es la Argentina del hambre y la exclusión que el Gobierno intenta tapar. La construcción del relato estuvo a pleno en los últimos días en los que también, vale remarcarlo, el oficialismo necesitaba buenas noticias para tapar situaciones como la del senador aliado Edgardo Kueider, detenido en la frontera con Paraguay por contrabandear unos 210 mil dólares en una mochila.

“El Ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello, a través del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, informa que la pobreza en Argentina se encuentra atravesando un fuerte proceso de descenso sostenido, gracias a las políticas económicas que han contribuido a reducir la inflación y estabilizar la economía”, expresa un comunicado oficial de la cartera publicado luego de conocerse el informe de la UCA. 

Resaltando los datos del estudio, pero sin mencionar el 28% de inseguridad alimentaria récord en 20 años, Capital Humano atribuye ese descenso a “dos factores clave: la política de desintermediación”, que “permitió que los recursos lleguen de manera más eficiente a los sectores más vulnerables”, y las “decisiones macroeconómicas del Gobierno que ayudaron a reducir los índices de pobreza”. Resulta de mínima insultante para cualquier ciudadano con honestidad intelectual que el mismo Ministerio que se guardó alimentos hasta que se pudrieran en galpones con tal de no entregarlo a comedores populares hoy diga, para festejar una pobreza del 49,9% de la población, que ese éxito es producto de haber hecho llegar recursos de manera más eficiente a quienes más los necesitaban.

No sólo el Gobierno nacional no se hace cargo de la pobreza y el hambre que generó, sino que continúa vendiendo expectativas falaces en la construcción de su relato. El mismo comunicado de Capital Humano afirma que el oficialismo espera terminar el año con una pobreza inferior a la que recibió. “Los indicios nos permiten ser optimistas. Las proyecciones indican que esta tendencia se mantendrá, en un contexto de estabilidad macroeconómica y crecimiento genuino de la economía, consolidando la nueva Argentina”, expresaron.

En las mismas líneas, la carteta de Pettovello refuerza otra de las mentiras del oficialismo: “El Presidente Javier Milei advirtió en campaña acerca de los efectos inmediatos del necesario ajuste”. Vendría bien aquí que la ministra y el oficialismo en general recordara al Milei candidato afirmando, por ejemplo, que no aumentaría las tarifas hasta tanto no hubiera una recuperación económica que hiciera sostenible esos aumentos, o que el ajuste no lo pagaría la “gente de bien” sino la casta. Quizás los más de cinco millones de nuevos pobres generados en este 2024 por el gobierno libertario hayan redefinido el concepto de casta que tienen Milei y Pettovello.

El presidente mostró una fuerte banca a su ministra, subiéndose él también a la fiesta de la Argentina del 50% de pobreza y del 28% de hambre. Sus redes se llenaron de publicaciones alusivas al dato de la UCA, y una foto de un sentido abrazo entre ambos se publicó desde distintas cuentas como la de la ministra y la institucional de Capital Humano. El Gobierno nacional, Milei y Pettovello, festejan una Argentina hambreada y empobrecida. Para ellos, la realidad de millones y millones de argentinos resulta insignificante. El relato sigue firme y eso es todo lo que importa.