La visita de Alberto Fernández desde adentro
El Presidente y varios de sus Ministros junto a los Gobernadores Valdés y Herrera Ahuad visitaron uno de los principales centros logísticos de la lucha contra los incendios en la provincia. Los detalles de la jornada donde el Gobierno por fin logró mostrar unidad en el combate de catástrofe
El viernes amaneció lluvioso en la zona de San Miguel, uno de los territorios más afectados por los incendios en Corrientes y que hoy alberga una de las cabeceras de logística desde la que se coordinan las acciones de las distintas fuerzas que combaten los incendios. La lluvia llegó con fuerza el jueves por la tarde y trajo un alivio pasajero pero no menos importante en la antesala de la visita que el Presidente, varios miembros de su gabinete y los Gobernadores de Corrientes y Misiones realizarían al día siguiente. El escenario sería la Escuela de la Familia Agrícola Ñande Roga, un establecimiento educativo que está albergando unas 250 personas, helicópteros, camiones del ejército y el Sistema Nacional del Manejo del Fuego y coches bomba entre que todos los días se distribuyen por el territorio para atacar los focos de incendio.
El jueves por la tarde nadie estaba seguro de los funcionarios descenderían en el lugar o solo sobrevolarían las zonas afectadas. El viernes por la mañana la preocupación tenía que ver con si las condiciones climáticas permitirían el arribo, pero lentamente la lluvia mañanera dio paso nuevamente al sol abrasador que viene castigando la zona y comenzaron los operativos.
Cerca del mediodía una escena se repetía: la seguridad privada presidencial, el Director del Sistema Nacional de Manejo del Fuego, la Secretaria de Coordinación Militar en Emergencias del Ministerio de Defensa y los mandos a cargo del Ejército Argentino recorrían el mismo camino desde el punto donde podría aterrizar el helicóptero hasta el lugar donde la comitiva se detendría para dar los discursos de ocasión. En un principio la intención era que los funcionarios ingresaran al comedor y la cocina para presenciar el trabajo cotidiano del Ejército, que luego pasaran por el pabellón donde se alojan los 70 brigadistas que vinieron desde Bolivia a colaborar y luego terminaran en el centro del predio. Más tarde los planes cambiarían por una cuestión de tiempos.
A las 11:30 el calor era agobiante, pero la noticia de que Alberto Fernández había despegado hacia Posadas llevó cierta calma a la incertidumbre de quienes estaban en el predio y quienes comenzaban a llegar, solo había que esperar unas horas más del horario inicialmente pautado para las 12:30. Allí el día entró en una meseta y todo el mundo sin una tarea asignada se refugió como pudo del sol. Los despegues y aterrizajes de helicópteros y las partidas constantes de camiones y coches bomba no se sucedían con el ritmo frenético de días anteriores, quizás a raíz del alivio de las lluvias, y toda la expectativa estaba depositada en la llegada de la comitiva y cómo sería ver juntos por primera vez desde el inicio de la catástrofe a los principales actores políticos implicados.
Alrededor de las 14:30 llegó la confirmación de que habían despegado hacia el lugar, y para ese momento las tropas bolivianas y argentinas ya comenzaban a formarse en las posiciones que habían practicado horas antes frente al mástil donde se instaló un equipo de sonido para los discursos. Una media hora después el ruido de los helicópteros empezó a escucharse a lo lejos y minutos más tarde los primeros funcionarios en llegar descendían al crujiente suelo seco correntino. El ministro de Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, el de Agricultura Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, y el de Seguridad, Aníbal Fernández fueron el primer contingente.
Tras un par de aterrizajes que trajeron a otros funcionarios y personal de protocolo, aterrizó finalmente el vuelo de la concordia. Del mismo helicóptero bajaron el Gobernador correntino Gustavo Valdés, el Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible Juan Cabandié, y el Presidente Alberto Fernández. Si bien Valdés y Cabandié ya se habían mostrado juntos tras la polémica desatada por las declaraciones cruzadas entre ambos, esta fue la primera foto de los dos junto a Alberto Fernández, en lo que se podría catalogar como el más contundente mensaje de unidad y trabajo conjunto para enfrentar la catástrofe de parte de los principales actores políticos intervinientes desde que comenzaron los incendios. Un mensaje que se hizo esperar, que tardó más de la cuenta y que sin dudas toda la sociedad argentina esperaba y necesitaba. Un mensaje que finalmente llegó.
Los funcionarios caminaron unos pocos metros hasta donde los esperaban unos efectivos de la fuerza aérea, las primeras manos estrechadas por el Presidente en su visita. De ahí, y siguiendo el protocolo antes diseñado por las autoridades del comando de la EFA Ñande Roga, se trasladaron hasta la entrada de la escuela donde los esperaba su Rector, Marcelo Guzmán, para que firmaran el libro de visitas que, en palabras de trabajadores del establecimiento, será todo un orgullo a futuro. Tras esa parada el recorrido siguió hacia la zona preparada para los discursos, con una escala en la que el Presidente y toda la comitiva saludaron y agradecieron a las autoridades del Parque Nacional Iberá y de la Represa Yacyretá.
Finalmente los funcionarios llegaron a mástil donde la bandera argentina flameaba al compás de las ráfagas de viento caliente que azotaban la siesta correntina, y comenzó uno de los momentos más particulares de la tarde. Antes de comenzar los discursos, Alberto Fernández recorrió las filas de las tropas formadas de frente al mástil y saludó uno por uno a unos 50 efectivos del Ejército argentino y boliviano agradeciendo en cada estrechón de manos la tarea que están desarrollando. Cuando terminaba con la última fila llegó una brigada de combatir alguno de los focos de incendios que aún seguían activos en la zona y los agradecimientos se extendieron. Mientras todos los ojos y los flashes se posaban en esa escena, uno de los altos mandos del Ejército conversaba con Cabandié a unos metros de las tropas y le hacía saber que aún faltaba equipo para que todo pudiese terminar.
Llegó el turno de los discursos. El primero fue el del Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible quien destacó que desde que el Servicio Nacional de Manejo del Fuego volvió a su cartera (el macrismo lo había movido a Seguridad) se aumentó el presupuesto en un 3300%, anunció la próxima instalación de torres con cámaras que detectan calor en el parque Iberá para la rápida detección de focos ígneos y también que “el Presidente tiene la voluntad de aumentar en 12 mil millones de pesos los fondos de la Ley de bosques”. Después de los anuncios, Cabandié pidió que la Justicia se hiciera cargo de juzgar a los responsables de iniciar incendios.
Lo siguió Julián Domínguez, quien expresó que por indicación del Presidente se centraron en la ganadería y comentó las diferentes líneas de financiamiento para productores que se entregarán desde el Banco Nación y en articulación con la provincia. Wado De Pedro continuó esas declaraciones haciendo eje en que Alberto Fernández indicó “desde el primer día la articulación entre Nación provincia y municipios” y remarcó un refuerzo de la asistencia financiera por $500 millones y el programa “municipios de pie”. El Ministro terminó sus palabras recordando el natalicio de Néstor Kirchner y la vocación del ex presidente por la articulación política. “Primero Argentina, esa es la voluntad del Presidente y de todo el Gabinete nacional” cerró.
La cuestión de la articulación entre los diferentes estamentos del Estado estuvo en el centro de la polémica las últimas semanas, y al respecto, luego del acto, De Pedro le expresó a Diagonales que “no me dejo llevar mucho por los títulos de los medios y las redes. El diálogo entre el Gobierno nacional y el Gobernador es un diálogo responsable priorizando la salud, la economía de la provincia, el ambiente y los problemas de la gente. Cuando se mediatiza todo parece que parece que hay demasiado ruido pero la verdad que siempre puede existir algún punto donde no haya coincidencia pero el espíritu sigue siendo de focalizarnos en resolver los problemas que hoy son los incendios, no hay otro interés que no sea ese”.
Después de De Pedro le tocó el turno a Valdés quien agradeció las presencias de los funcionarios nacionales, provinciales y municipales, a las fuerzas y personal de Parques Nacionales y provinciales, a las fuerzas bolivianas y a “todos los que colaboraron con Corrientes”. El Gobernador recordó el día de natalicio de San Martín e hizo mucho énfasis en el proceso de reconstrucción en el que deberá entrar la provincia cuando el fuego cese, proceso que calificó como “lo mayor de las dificultades”. “Presidente, para eso necesitamos tener una colaboración y una ayuda porque este es un pueblo de trabajo” expresó, para luego subir la temperatura de su discurso: “necesitamos ayudas que sean directas, concretas, que no se hagan esperar, que no se envuelva con la burocracia la ayuda que necesitamos para salir adelante”.
Luego de las palabras de la Secretaria de Coordinación Militar en Emergencias del Ministerio de Defensa y del Ministro Aníbal Fernández, se dio otro de los momentos picantes de la tarde. El Gobernador de Misiones Herrera Ahuad inició su discurso con lo que pareció un misil teledirigido a Cabandié, que se encontraba a su lado: “es muy fácil hablar desde una computadora o desde las redes. Hay que estar en el Corrientes profundo, en la Misiones profunda”. El Ministro, a quien desde la provincia litoraleña se acusó, entre otras cosas, de haber tardado mucho en ir al territorio y mandar a sus segundas líneas, ni se inmutó antes las palabras de Herrera Ahuad.
Finalmente llegó el turno de un Alberto Fernández que en el tono de sus palabras sonaba cansado. El Presidente agradeció nuevamente y remarcó que desde el minuto cero el Gobierno nacional se preocupó por la situación en Corrientes. Expresó que “somos un país” para referirse a que lo que le pasa a los correntinos le pasa a toda la sociedad argentina, y recordó en sus palabras a Néstor Kirchner y a San Martín. Fernández remarcó la gravedad del cambio climático y manifestó que los argentinos “somos acreedores” en materia de ambiente, “no somos los responsables del cambio climático, somos víctimas”. “Estemos más juntos que nunca, porque juntos somos invencibles” concluyó el Presidente.
El acto terminó con las fotos de rigor y los funcionarios se dirigieron nuevamente hacia los helicópteros. El mensaje de unidad y trabajo conjunto estaba dado, pero quedó tiempo para una definición en exclusiva del gobernador Valdés a Diagonales. “Hoy diálogo es normal. Ojalá hubiésemos tenido este diálogo al principio, porque tal vez hubiésemos tenido mucha mejor coordinación y hubiésemos podido trabajar articuladamente y ahorrar mucho tiempo” manifestó el mandatario provincial ante la consulta sobre el estado de la relación con el Gobierno nacional.
Es claro que era necesaria una muestra desde la política hacia la sociedad de articulación, de trabajo serio y de terminar con las chicanas inconducentes que marcaron el inicio de los incendios. Así como también queda claro que, más allá de los avances que se puedan haber conseguido, la relación entre ambos gobiernos es tensa y está lejos de haberse aflojado. Por suerte para Corrientes y la Argentina, quienes combaten el fuego todos los días tiene un espíritu completamente distinto.