Los alimentos suben un 11 por ciento en julio por las internas del Gobierno
El mes de Batakis al frente de Economía cerró con récord de inflación en la canasta básica según el relevamiento en comercios de cercanía del ISEPCi. El índice supera los guarismos de abril y mayo, los primeros coletazos por la guerra en Ucrania y las serias diferencias en el oficialismo.
La inflación durante el mes de Julio en los productos de la canasta básica de alimentos trepó al 11 por ciento, una cifra récord que incluso supera al subidón abrupto de abril y mayo, cuando empezaban a sentirse los primeros coletazos de la guerra en Ucrania y de las internas del oficialismo sobre la economía.
Así lo indica el último “Índice barrial de precios” del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCi), que todos los meses mide los aumentos en los 57 productos de la Canasta Básica de Alimentos (CBA) en 900 comercios de cercanía del conurbano bonaerense.
De acuerdo al informe de ISEPCi, julio fue el mes con mayor inflación en alimentos en lo que va del año, incluso por encima de marzo y abril, que habían registrado subas inéditas hasta entonces del 8 por ciento, como coletazo del aumento de las commodities en todo el mundo producto de la guerra en Ucrania.
Este mes que pasó superó todos los pronósticos de los especialistas, incluso del propio ISEPCi, que vaticinaban que la inflación en el rubro tendía a estabilizarse en un 4 por ciento anual. No es julio precisamente uno de los meses en que según la media histórica se registran fuertes aumentos en el rubro, por eso el 11 por ciento de aumento toma un relieve distinto y pone de manifiesto el tamaño de la crisis que afrontará en este punto el flamante ministro de Economía, Sergio Massa.
Los desajustes políticos al interior del Gobierno, con la salida intempestiva de Martín Guzmán y el interinato de Silvina Batakis, y la escalada sobre el dólar pesaron mucho más durante julio que otros factores. Según Isaak Rudnik, director del estudio, el principal problema detrás de la inflación sigue siendo el traslado de ganancias a precios de los principales actores del sector alimentario.
“Hay que detener el impulso inflacionario (que es motivado por múltiples causas difíciles de abordar simultáneamente); pero no puede buscarse ese objetivo frenando la actividad económica y achicando el déficit fiscal mediante la reducción del gasto del Estado. Por el contrario, el déficit en las cuentas públicas hay que reducirlo mediante el incremento de la recaudación imponiendo más contribuciones tributarias a los sectores económicos que vienen incrementando sus ya enormes ganancias”, reflexionó Rudnik.
El investigador, que suele trabajar a la par de los movimientos sociales, se refirió en duros términos al paso de Batakis por el ministerio de Economía. “La medida más importante que tomó significó una fuerte concesión a los exportadores de cereales que implica un importante incremento de sus ya enormes ganancias. Sin embargo, no fue eyectada de su silla porque ejerció su cargo con una perspectiva sin matices para sostener y profundizar las inequidades en la distribución de los ingresos nacionales, sino porque los grandes grupos económicos de este país consideraron que las concesiones obtenidas eran demasiado pocas. Entonces ejercieron más presiones mediante corridas contra el peso para impulsar una devaluación, mientras fueron –y siguen siendo- protagonistas de los injustificados incrementos de precios”, señaló.
Otro estudio, de la consultora LCG, demuestra que la aceleración de los precios de alimentos y bebidas se produjo especialmente durante los primeros quince días del mes, en pleno torbellino interno del Ejecutivo y ya bajo la conducción económica de Batakis.
Se trata de un estudio más amplio, que abarcó en su momento no sólo la canasta de alimentos cino otros productos como telefonía e internet, que ya registraban entonces aumentos de un 9,5 por ciento, un 15 por ciento en la cuota de colegios privados y otro 6,9 en “comidas para llevar”.
A ese combo se le suman los aumentos en colectivos en el AMBA que ya fueron anunciados, a la espera del número final que publique el INDEC en los próximos días.
Mientras tanto, la canasta básica de alimentos, según el informe del ISEPCi, alcanzó en julio un valor de $50.411,85 para una familia de dos personas adultas y dos hijos pequeños. Ese valor podría tomarse como el índice informal de indigencia: por debajo de ese número mensual, una familia tipo ni siquiera es pobre, sino que pasa a ser indigente. Según el último dato disponible de la Encuesta Permanente de Hogares, del mes de marzo de este año, el ingreso promedio de un trabajador del sector informal estaba en 55 mil pesos, muy cerca del límite.
El ISEPCi también elaboró un ranking de los productos alimenticios que más subieron en lo que va del año. Encabeza el kilo de pan, con un 93,3 por ciento: pasó de $150 en diciembre de 2021 a $290 en julio de este año.