Massa abrió la puerta a ser candidato y cruzó al albertismo por las PASO
El ministro de Economía habló en dos turnos frente a empresarios y sindicalistas, pidió consensos para los próximos años y planteó una plataforma de prioridades políticas. Deslizó que, si no hay PASO, podría ser.
En la semana en que se conocerá el IPC del mes de la corrida cambiaria, que mediciones institucionales (CABA) y privadas ubican en torno al 7,8% - 8%, y un día después de que se conociera la probation con aceptación de culpabilidad de 10 personas que en tribunales reconocieron haber amenazado de muerte a Sergio Massa y a su familia, el titular de Economía dio este martes importantes pistas sobre cuál podría ser su futuro político. Primero en una mesa con sindicalistas, funcionarios e importantes empresarios del país, y más tarde cerrando la “AMCHAM SUMMIT” organizada por la Cámara de Comercio de EEUU en Argentina, Massa deslizó con mayor claridad que en ningún otro momento hasta ahora la posibilidad de ser candidato y de qué dependería.
“A veces no es solo lo que uno quiere sino el contexto” comenzó respondiendo el ministro a la pregunta sobre si sería candidato, inmediatamente al término de su discurso. En ese contexto, Massa ubicó la cuestión familiar en primer orden, “la familia que tengo es lo más importante que construí en mi vida”, pero luego se refirió al gran debate actual en el FdT que tiene que ver con las PASO, fuertemente defendidas por el sector de Alberto Fernández. “Creo que un gobierno, por más que sea un gobierno de coalición, tiene la obligación de dar certidumbre, y parte de esa certidumbre es no exponer a la sociedad sus debates internos. Nosotros nos tenemos que pelear puertas adentro. Esto de querer exponer en una primaria si el gobierno tiene diferencias o no las tiene, la verdad que me parece un gravísimo error. Nosotros estamos para decirle a la gente cómo va a ser el mañana y no para llenarlos de preguntas al que ya tiene mil preguntas el día a día de su vida” lanzó con contundencia Massa, en un cruce directo a las posiciones del Presidente y sus alfiles que vienen intentando instalar las PASO como via de resolución de las diferencias internas del FdT.
“Yo soy parte de una coalición de gobierno. Quiero que mi coalición de gobierno siga gobernando, y para eso lo que tenemos que decirle a la gente es lo que nos tocó resolver, lo que no pudimos resolver y hacia dónde vamos, no poner a pelearnos sobre diferencias que tienen más que ver con posicionamientos individuales” agregó el ministro. Y cerró su respuesta dejando en claro su postura: “si es eso prefiero mirar de costado y colaborar en todo caso con aquello que crea que desde el posicionamiento individual es lo mejor para el país y el futuro”.
De esta forma, Massa deslizó por primera vez la posibilidad de ser el candidato de consenso del FdT, algo que hoy por hoy aparece también como una opción fuerte en el campamento liderado por CFK. A su vez, también dio a entender que no se sometería a una PASO contra un candidato de Alberto Fernández prestándose a que esa interna funcione como la instancia para dirimir las diferencias entre el kirchnerismo y el sector del Presidente.
El ministro tuvo una jornada de despliegue político que enmarca sus declaraciones. Por la mañana su equipo de comunicación difundió un informe sobre allanamientos en 20 bancos para obtener información de empresas truchas que giraron dólares al exterior a valor oficial y luego los vendían en el mercado blue. Luego mantuvo una reunión con Flavia Royón y la Confederación Argentina de Trabajadores y Empleados de los Hidrocarburos, Energía y Combustibles, un sector estratégico para la gestión del ministro. PYa durante la tarde, Massa mantuvo un encuentro con importantes sindicalistas y empresarios en el que planteó cuatro puntos para acuerdo, en una exposición económica y política que más tarde repetiría ante los empresarios convocados por la Cámara de Comercio de EEUU en Argentina.
De ese primer encuentro participaron Héctor Daer, Carlos Acuña, Andrés Rodríguez, Gerardo Martínez y otros representantes gremiales, junto a los banqueros Jorge Brito y Sebastián Eskenazi, el Presidente de Aluar y Fate, Javier Madanes Quintanilla, el Presidente de la Unión Industrial Bahía Blanca, Gustavo Elías, el Presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales, Gustavo Idigoras y el Presidente FECOBA Vicepresidente CAME, Fabián Xavier Castillo entre otros empresarios. Massa estuvo acompañado por funcionarios como José Ignacio de Mendiguren, Gabriel Rubinstein, y el Presidente de YPF, Pablo González.
Ante sindicalistas y empresarios Massa habló de la situación de las reservas y resaltó el fuerte impacto de la sequía en las cuentas nacionales. El ministro citó al FMI y su calificación de “game changer” respecto a la sequía, que obliga a repensar todo el escenario económico. También, y dando cuenta de sus contactos políticos, mencionó que el Presidente de la Sociedad Rural le compartió un informe que da cuenta de la gravedad histórica de la situación. En un escenario por el que pasaron distintos presidenciables esta tarde, Massa jugó sus cartas mostrando su amplio abanico de relaciones.
Apostando a mostrar gestión, Massa resaltó que “dejamos de importar casi 1.900 millones de dólares porque decidimos avanzar a fondo con la construcción del gasoducto”. En ese sentido, anunció que el viernes a las 14 se realizará la última soldadura, justo unas horas antes de que se conozca la inflación de abril que seguramente marcará un nuevo golpe para la gestión económica del ministro. Casualidad o detalle planificado al extremo, lo cierto es que Massa intentará mitigar la foto de la inflación con la la principal obra de infraestructura en la historia reciente del país, que significará “pasar de menos 10 a más 22 en cinco años”, tal como expresó el tigrense. Massa también rescató la compra anualizada de energía al final del invierno europeo, que hoy se paga mensualmente y permitió un ahorro de unos dos mil millones de dólares.
El ministro se refirió al SWAP con China y al acuerdo con el FMI, dos vértices de la disputa geoestratégica en la que la Argentina representa un territorio muy codiciado para las potencias en pugna. Massa afirmó que el acuerdo con China representará unos 5 mil millones de dólares que se pagarán en yuanes hasta agosto, con la posibilidad de extender ese monto hasta 19 mil millones. Con respecto al FMI, expresó que el front load, término técnico para hablar de los adelantos de desembolsos, es una herramienta que se está evaluando. “Está todo sobre la mesa en la discusión con el Fondo, absolutamente todo” dijo el ministro, y luego agregó algo que habrá sonado como música en los oídos de quien puede ser su principal promotora como candidato: “hay una cuestión que para nosotros es central, que es la capacidad de intervención del Banco Central, que es irrenunciable”.
Justamente la intervención del BCRA para frenar la corrida unas semanas atrás, rompiendo de hecho el acuerdo con el FMI, fue una decisión que CFK avaló en su última aparición pública en La Plata. Massa se consolida así como el vínculo elegido por la Vicepresidenta con el FMI y los términos de la negociación permanente del ministro parecen ser mucho más del gusto de CFK que los de su antecesor Martín Guzmán. Esto es, sin dudas, el elemento determinante en la posibilidad de una candidatura de Massa apoyada por la estructura del kirchnerismo.
Massa también se refirió a la inflación, aunque sin dar demasiada claridad sobre cómo seguir enfrentando el principal problema que afecta a la economía y al bolsillo de los argentinos. Señaló la emisión monetaria durante la pandemia como una causa, producto de la falta de acceso al crédito heredada del macrismo y su dilapidación del préstamos del Fondo, pero se refirió a la necesidad de sostener los niveles de actividad y expresó que “el gran desafío que enfrenta el gobierno es resolver el problema que tenemos en términos del valor del ingreso”. Más alineamiento discursivo con el planteo del kirchnerismo, que hoy por hoy no se ve concretado en la realidad económica del país pero que sugiere que el vínculo entre ambos campamentos parece sólido.
Para completar su performance de posible candidato, Massa esquivó una pregunta sobre cuáles serían sus medidas como Presidente pero planteó una plataforma de cinco prioridades económicas y políticas que el nuevo gobierno debería encarar para poner al país en una senda de crecimiento. El ministro se refirió a la producción de alimentos, marcando que Argentina es uno de los grandes productores mundiales de proteínas y una de las reservas más importantes de agua. Luego planteó la seguridad energética, refiriéndose a un “cambio de paradigma económico en términos del PBI argentino” a partir del desarrollo de los yacimientos nacionales. Después se refirió al recurso mineral, donde destacó al litio y el cobre y la posibilidad de “pasar de 3.000 millones de dólares de exportaciones de mineras 2021 a casi 19.000 en el 2030”. Su cuarto eje fue la economía del conocimiento, sobre la que afirmó que “lo mejor que puede hacer el próximo gobierno es obligar que en la escuela secundaria la programación sea parte del aprendizaje de los alumnos”.
Finalmente, Massa se metió en otro de los temas centrales para el kirchnerismo. Aunque no se refirió directamente al escándalo de las suspensiones de las elecciones en Tucumán y San Juan por decisión de la Corte, el ministro deslizó que “cuando un gobierno elige un rumbo y aparecen a defender intereses prebendarios con instrumentos de la justicia que terminan, desde la idea de la emergencia, siendo instrumentos permanentes, estamos frente a un problema”. Ante eso, fue contundente: “Los instrumentos de emergencia que tiene para aplicar la justicia deben ser de emergencia, y los remedios de fondo son los fallos de fondo, pero no podemos seguir en un esquema en el cual los remedios transitorios para evitar abusos del Estado se terminen transformando en medidas permanentes de protección de intereses prebendarios de sectores económicos”.
El alineamiento político entre Massa y CFK se va mostrando cada vez con mayor nitidez. La Vicepresidenta necesita no sólo un candidato fuerte y que le amplíe su base propia, algo que no encuentra con mucha contundencia en su propia tropa más allá Axel Kicillof, encomendado a retener la PBA, sino también un gestor de las relaciones con el FMI, que hoy por hoy tiene atada a sus decisiones la economía y la estabilidad político social del país. Massa, que siempre jugó en ese terreno, necesita a su vez el respaldo de CFK para tener una mejor llegada al núcleo duro K, elemento central del voto del FdT, así como también para frenar las aspiraciones de Alberto Fernández a unas PASO que sirvan como ordenador del peronismo. En esa senda de coincidencias, el ministro mostró cartas más concretas este martes abandonando su estrategia previa de negar una posible candidatura. Quedará por ver cómo resiste el dato inflacionario del viernes, y cuáles siguen siendo los movimientos de la interna oficialista, a un mes y medio del cierre de listas.