Massa domó a Milei a una semana del balotaje
El candidato de Unión por la Patria expuso al libertario en sus inconsistencias argumentales y su inestabilidad emocional. Metió propuestas y la habló a todos los sectores. Disparó preguntas que le arrancaron a Milei declaraciones fuertísimas. Triunfo de punta a punta.
Estratégico. Agresivo cuando tenía que serlo, y medido cuando era necesario aplacar. Proponiendo cuando se agotaba el palo por palo, y atento a desequilibrar a su oponente en los temas en lo que tenía que lucirse. Zorro para hacerle perder tiempo a su adversario y preciso para usar el suyo, terminando casi todos los ejes con la palabra. Sergio Massa tuvo un debate impecable, desequilibró a Milei con preguntas que sacaron al libertario, manejó los tiempos, impuso las tendencias y los memes en la conversación digital y salió del último cruce cara a cara antes de las urnas con claro clima de ganador. Como frutilla del postre, superó la discusión kirchnerismo-antikirchnerismo, sacó a CFK y Macri de la cancha, y llevó la discusión a un mano a mano con Milei en el que el libertario quedó muy debilitado. “Ellos ya tuvieron su oportunidad, ahora es vos o yo” disparó Massa, desarmando la base de la estrategia de La Libertad Avanza e imponiendo el centro de la discusión a su conveniencia.
En la presentación personal de los candidatos ya pudo verse a un Massa más suelto desde lo gestual, que utilizó el espacio para moverse y mirar a cámara de cerca, mientras Milei quedó petrificado en su atril enunciando sus líneas casi como una estatua. El libertario estaba duro de los nervios y se notaba, mientras que Massa comenzó a hacerse dueño de la noche.
El ministro candidato arrancó a pleno. El primer eje del debate era el económico y se presumía que allí Milei debía sacar su gran ventaja, pero ocurrió todo lo contrario. Massa sorprendió a Milei con una serie de preguntas que se hicieron meme y llegaron a las primeras tendencias en Twitter: “por sí o por no” inquirió el candidato de UP al de LLA por los mucho temas en los que Milei tuvo polémicas declaraciones en el pasado: eliminar subsidios, privatizar vaca muerta, los ríos y mares, aerolíneas, terminar con el Banco Central, la dolarización, fueron parte del menú de dardo que Massa lanzó uno tras otro y que descolocaron al libertario.
Milei comenzó a intentar una respuesta que no salía del enredo, y Massa aprovechaba cualquier resquicio para meter una repregunta que volvía a sacar al libertario. Milei terminó reconociendo que traerá devuelta a las AFJP, planea eliminar el Banco Central y dolarizar la economía, y recién allí Massa corrió el eje y comenzó a expresar sus propuestas a partir de responder a ese modelo planteado por el candidato de LLA. Para ese momento, Milei había consumido 4:30 minutos de sus 6, en gran medida con respuestas infructuosas a las preguntas de Massa, mientras el candidato de UP aún tenía casi 4 minutos para exponer. Estratégicamente, el ministro candidato acorraló a Milei y lo hizo perder el tiempo de exposición en el eje en el que más debería haberlo dañado.
Massa concluyó el eje económico hablando él y enumerando propuestas. No recibió ataques por la inflación y la crisis económica, y hasta logró mostrarse más serio y sólido en el tema en el que a priori estaba más débil.
Milei, además, perdió la compostura a los dos minutos de debate. Las preguntas de Massa lo sacaron de eje, elevó el tono como en sus momentos más desequilibrados y propinó múltiples insultos a un Massa que ni siquiera lo miraba a los ojos. “No te pongas agresivo, porque la gente espera respuestas” fue uno de los estiletazos del ministro candidato, que en otro momento disparó “hiciste carrera más que como economista como standapero de televisión”.
En el segundo eje, la inserción de la Argentina en el mundo, Massa también aprovechó para exponer a Milei en sus peores contradicciones. Milei no pudo responder ante los ataques sobre si rompería relaciones comerciales con Brasil y China, los principales socios comerciales argentinos. La respuesta del libertario era que el Estado no se metería en negocios privados, y Massa lo expuso recurrentemente mencionando los acuerdos entre países que enmarcan los negocios entre privados. Mostrar al libertario com alguien que no conoce el funcionamiento del Estado y, por ende, no está preparado para ser presidente, fue otro de los focos que encaró el candidatos de UP y en el que sacó un gran rédito a lo largo de los distintos temas.
Pero no sería lo único. Massa se tenía preparado un bombazo y lo lanzó con precisión. Acorraló a Milei preguntándole por su opinión sobre Margaret Thatcher, y el libertario terminó hablando de la dama de hierro como una gran figura política y la comparó con Mbapé y Kruif. Thatcher fue la responsable de la agresión de Gran Bretaña contra la Argentina en Malvinas y quien dio la órden de hundir el buque General Belgrano en zona de exclusión, una de las máximas ofensas que recibió el país en su historia. A eso quedó pegado Milei por su dogmatismo ideológico, que Massa supo tocar con uñas de guitarrero.
En educación y salud Massa arremetió con la misma estrategia. Aprovechó uno de los ejes en los que UP tiene propuestas más concretas para desplegar una agenda positiva, pero llegado el turno volvió a poner al libertario contra las cuerdas. “¿Vas a arancelar las universidades?” preguntó una y otra vez Massa hasta lograr que Milei se enredara en explicaciones de reformas de primera y tercera generación, cuando había quedado más que sobre la mesa que su visión es la de privatizar la educación.
Terminando ese eje llegó uno de los momentos más picantes de la noche. Milei tiraba con el kirchnerismo y Massa metió la primera gran gambeta: “Vos o yo, no vine a discutir ni a Macri, ni a Cristina, ni al pasado. Lo que tiene que decir la Argentina es quién tiene tiene el temple y la estabilidad para gobernar” dijo el ministro candidato, y Milei pisó el palito. “¿Vos los tenés?” replicó eufórico el libertario, y Massa aprovechó para meter el puñal: “Hagámonos un psicotécnico juntos, vos te negás”, le enrostró a un impávido libertario que no sabían qué cara poner.
La mano de Massa entró pesada, y mientras Milei buscaba cómo salir del mal momento, Massa lo siguió apurando recordando los tiempos en lo que trabajó en el Banco Central y una pasantía que no le renovaron, dando a entender que había sido por un psicotécnico que Milei no logró pasar. El libertario no pudo responder, y la primera mitad del debate terminó con una sensación de sorpresa por la gran diferencia entre una y otra performance.
Ya en la segunda parte, el evidente cambio de estrategia de Massa lo llevó a bajar los niveles de ataque para no dejarle servida una victimización a Milei, que a esa altura era la única herramienta que parecía quedarle a un libertario vapuleado en los primeros tres ejes.
En producción y trabajo Massa desplegó una agenda en la que se siente cómodo y habló de ser el presidente del trabajo, un título que se auto atribuye desde el inicio de la campaña. Las propuestas concretas del candidato de UP contrastaban con las abstracciones en las que divagaba Milei, que no acertaba en planteos sencillos de entender para la audiencia. Allí, Massa le arrancó otros dos grandes puntos a su contrincante.
“¿Qué es el GDE?” le tiró Massa varias veces a un Milei que no pudo responder el significado de la sigla, Gestión Documental Electrónica, demostrando que no conoce el sistema básico de gestión de expedientes estatales. Massa aprovechó para enrostrarle que por eso no presentó proyectos de ley en su rol de diputado. Nuevamente, Massa expuso a Milei como alguien que desconoce el Estado y su funcionamiento, algo básico para poder mostrarse como presidenciable.
El otro tema en que Massa hizo entrar a Milei fue la disparidad salarial entre hombres y mujeres. Como antes de las generales, Massa viene apuntando al voto femenino y puso sobre la mesa esa problemática y algunas propuestas para encararla. Milei volvió a negar la disparidad salarial, en un movimiento que seguramente no le haya sido favorable en uno de los sectores donde más debería ir a buscar nuevos votos.
Massa se lució en el eje seguridad. Desplegó su experiencia en Tigre y hasta logró que Milei le reconociera su buena gestión en ese punto y que afirmara que le parecen bien las propuestas del candidato de UP para la nación en esa materia. “Me comprometo a ser un presidente a ser un presidente absolutamente comprometido con la lucha contra la inseguridad” sentenció Massa aprovechando el clima de ganador, y eligió ese momento para hablarle a una de las tantas provincias a las que se refirió en la noche: “Si tengo que poner todos los recursos federales con los rosarinos y santafacinos lo voy a hacer, ese es mi compromiso con Santa Fe” concluyó.
El último eje fue Derechos Humanos y convivencia, y allí Massa insistió en su planteo de un gobierno de unidad nacional, en su capacidad para el diálogo y la construcción de consensos, a la vez que expuso a Milei por querellar frente a periodistas por sus opiniones, en alusión a su poca tolerancia por la divergencia en las opiniones y su poco apego a la libertad de expresión. Milei no planteó propuestas concretas y el ida y vuelta entre los candidatos volvió al eje económico, las AFJP y la casta.
Massa chicaneó a Milei con su pasado como trabajador de un empresario prebendario del Estado como Eurnekian, volvió a recordarle los tiempos en que “me acompañabas en el Frente Renovador”, y metió su último gran movimiento de la noche. Ante los embates de Milei, que buscaba por todos los medios instalar un eje de discusión en torno al kirchnerismo, Massa volvió a despegarse y a centrar la discusión entre los dos candidatos.
“Ellos ya tuvieron su oportunidad, ahora es vos o yo” lanzó en referencia a CFK y Macri. El objetivo de que la discusión no kirchnerismo sí o no era uno de los objetivos vitales para ambos candidatos. En esa pelea también Massa ganó por goleada. El libertario no pudo llevar la discusión hacia todas las debilidades del kirchnerismo instaladas en el sentido común, mientras que el ministro candidato logró mostrarse como una opción propia, distintiva, que sin negar el espacio al que representa consiguió poner su impronta en la candidatura y la propuesta que presentó de cara a la sociedad.
“Vengo a plantear un gran cambio para la Argentina, un gobierno de diálogo y consenso, respeto a los que piensan distinto”. Así había empezado Massa el debate en su introducción, y al término de las dos horas de mano a mano con Milei consiguió que esa idea quedara refrendada. El candidato de UP esquivó quedar pegado al pasado, incluso al propio gobierno del FDT, y se mostró como la opción más seria y consistente para liderar un cambio hacia adelante. Todo ante un Milei que no logró acorralarlo, no lo expuso ante las dificultades de la actualidad, y además pasó mucho momentos de zozobra antes los quirúrgicos disparos de Massa que lo hirieron más de la cuenta.
Queda una semana para las elecciones, y en el último cruce mano a mano Sergio Massa pudo anotarse todos los puntos imaginables en la previa. Domó al león en vivo y en directo para los millones que lo miraban por televisión, y se mostró como el candidato más idóneo frente a la difícil tarea de gobernar una Argentina en crisis. Un paso más en una gran campaña, que deja a Unión por la Patria cerca de un objetivo que parecía imposible en muchos pasajes del año.