En el Frente de Todos cada quien juega su juego y para ello es indispensable tener claro a qué sectores se representa. Sergio Massa definió su target principal en los sectores comerciantes y asalariados de la clase media para arriba hace ya un tiempo, y esta semana se anotó una importante victoria en esa dirección. Mientras el kirchnerismo y los movimientos sociales ponen su foco en los sectores más golpeados por la crisis, y el Ejecutivo intenta infructuosamente hacer equilibrio entre la base de la sociedad y el empresariado, la estrategia del titular de la Cámara Baja sigue siendo intervenir en las batallas que sabe que puede ganar.

Hoy consiguió lo que hace dos semanas empezó a empujar y que desde el Ministerio de Economía tildaron de una “obviedad”. El piso de ganancias se elevó para los salarios de junio a los $280.792, $5.000 más que el pedido original de Massa, y líder del Frente Renovador se anotó así una victoria tanto de cara a su base electoral como política al interior del oficialismo. El adelantamiento del aumento del piso de ganancias, inicialmente pautado para septiembre, evitará además que los aguinaldos queden alcanzados por el impuesto, lo que significará un importante alivio al bolsillo del sector de la sociedad al que Massa busca representar. Quedó también establecido que en un segundo tramo el piso se elevará a los $324.000, aunque no se precisó cuándo se implementará.

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EL ANUNCIO

Apenas pasadas las 13:05 se vio al Presidente de Diputados y al Ministro de Economía descender por las escalinatas de la Rosada, sonrientes y en gesto de complicidad. Ambos estuvieron reunidos desde el mediodía junto al Presidente Alberto Fernández y la cúpula de la CGT, Héctor Daer, Pablo Moyano y Carlos Acuña para definir los detalles del anuncio. La intención de bajar la espuma de las tensiones que se vivieron desde la primera carta con la que Massa puso en agenda el tema hace unas dos semanas quedó de manifiesto también en los discursos.

Palabras de Martín Guzmán, Sergio Massa y Héctor Daer sobre el impuesto a las ganancias

El primero en tomar la palabra fue Martín Guzmán, quien afirmó que “durante el Gobierno anterior aumentó la cantidad de trabajadores y trabajadoras que pagan impuestos a las ganancias en más de un millón de personas. Más de 2.100.000 llegaron a tributar el impuesto en un contexto en el cual cayó el empleo y el salario real”. El Ministro explicó que con la elevación del piso serán 1.200.000 trabajadores menos que en 2019 los que tributen ganancias. “Nuestro Gobierno es un Gobierno que lleva adelante políticas para defender los intereses de los trabajadores y trabajadoras” expresó Guzmán, para luego complementar la idea de que esas políticas “transforman realidades de trabajadores y trabajadoras para que la Argentina siga en la senda de recuperación”.

El siguiente orador fue el Secretario General de la CGT, Héctor Daer, quien lo primero que expresó fue que la medida anunciada era un paso más en un camino que comenzó con la propuesta que la central de trabajadores le llevara al Gobierno para adelantar las paritarias como forma de enfrentar el contexto inflacionario. Daer reconoció a Massa como el actor dentro del oficialismo que viene impulsando el tema ganancias para mantener una misma base de contribuyentes que no aumento con el tiempo. “Esta iniciativa (de Massa) no es de ahora, es de siempre” soltó Daer, quien también afirmó que “la recuperación del salario tiene que ser el objetivo que se mantenga permanentemente en nuestro país para tener un círculo virtuoso que genere mayor trabajo y mayor consumo”.

Ahí le llegó el turno al titular de Diputados, que cerró la tanda de intervenciones quedando como la cara final del anuncio por el venía empujando. “El Presidente tomó la decisión de que el ingreso se vaya recuperando paulatinamente después de casi cinco años de caída real del peso del salario en el ingreso” dijo Massa en su primer gesto de la jornada hacia el Ejecutivo, en una postura muy definida por bajar el tono de la interna.

Massa reconoció la importancia del adelantamiento de las paritarias en la pelea del salario frente a la inflación, y explicó su decisión de intervenir activamente en el adelantamiento del piso de ganancias: “ese esfuerzo de trabajadores y empresarios de sentarse a la mesa a partir de la decisión política del Presidente y el Ministerio de Economía de adelantar paritarias, de alguna manera requiere de un esfuerzo adicional, y ese esfuerzo es el que tenemos que hacer como Estado para que lo que el trabajador gana en la paritaria no lo pierda frente al Estado al momento de cobrar los impuestos” expresó.

Finalmente, el líder del Frente Renovador repitió el mensaje con el que apunta con mira telescópica a un sector  del electorado hace años. Massa afirmó que la decisión política adoptada “nos permite mantener la idea de que, más allá de que hay un grupo de altos ingresos, el esfuerzo del trabajador tiene como resultado su salario y es una remuneración, no es ganancia, y por lo tanto nuestra actitud como Estado, como legisladores, tiene que ser la de propender a defender el poder de compra de los salarios”.

UN GANADOR MEDIDO

Más allá de la foto de hoy, el camino hacia este anuncio estuvo inmerso en el contexto de las tensiones internas del oficialismo. Con el Presidente y el Ministro de Economía funcionando en tándem y alejados del resto de la coalición, Massa tuvo que instalar la discusión en la agenda pública para obligar a Guzmán a tomar el tema, un Guzmán que aparecía más preocupado porque le cerraran los números para las revisiones del FMI que por atender al sector que se verá beneficiado por esta medida. La discusión concreta pasaba porque Guzmán pretendía demorar la actualización del piso hasta después de junio para que los aguinaldos de los trabajadores y trabajadoras hoy afectados por el impuesto tributaran y le permitieran un mayor aire fiscal.

La novela pública empezó con la primera carta de Massa a mediados de mes, en la que pedía adelantar la actualización del piso. Guzmán respondió diciendo que ese adelantamiento era “una obviedad”, pero no avanzó para concretarlo. La respuesta de Massa fue doble: luego de esperar una semana en la que no obtuvo respuestas de Economía, preparó un proyecto de ley para sacar por Diputados la actualización, lo dejó trascender a los medios y emitió una segunda carta como ultimátum.

El deadline era la semana que viene, ya que para que los aguinaldos no quedaran afectados por el tributo la medida debía salir para los sueldos de junio. Guzmán tuvo que apurarse y así se llegó a la reunión y el anuncio de hoy, con el que el Presidente de la Cámara Baja se anota un poroto importante de cara a su base de representación y hacia el interior del FDT.

Con el triunfo bajo el brazo, Massa buscó enfriar tensiones. Ante la pregunta de un periodista en la mini conferencia de prensa de este mediodía, en la que se le consultó por las dos cartas enviadas al Ejecutivo, el titular de Diputados fue taxativo: “Quiero hacer una aclaración, en las últimas horas leí las palabras presión, extorsión, apriete. En un Gobierno cada uno tiene una responsabilidad y una tarea. Y acá no se trata de que gana uno o gana otro, acá ganaron los trabajadores que van a pagar menos impuesto a las ganancias a partir del trabajo coordinado del Presidente de la nación con el Ministerio de Economía, con el Congreso y con cada uno de los que somos parte del Gobierno y tenemos la responsabilidad de darle respuestas a la gente” afirmó. Después, y para terminar, se subió a la línea expresada por CFK en Chaco, al expresar que “debatir, discutir soluciones para resolver problemas de los argentinos no es ni malo ni es pelea, es simplemente marcar un camino para encontrar la mejor respuesta al problema de los argentinos”.

De esta forma, el Ejecutivo terminó por convalidar dos reclamos de las otras dos patas del FDT que apuntan a sectores diferentes. Guzmán respondió de la misma manera a la iniciativa de Máximo Kirchner para adelantar el salario mínimo vital y móvil y a la de Massa para adelantar la actualización del piso de ganancias. Primero se mostró reticente en los medios y luego terminó cediendo. Si a esos casos se le suma el otorgamiento de bonos a los sectores de más bajos ingresos y algunas promesas legislativas que Guzmán le hizo a los movimientos sociales luego de la masiva concentración del primero de mayo, pareciera configurarse una dinámica en el oficialismo donde el que no llora no mama y en la cual el Ejecutivo termina accionando solo después de que otro sector del frente lo presiona. ¿Así hasta 2023?