Milei y Macri profundizan su distancia por una importante determinación del Gobierno
Desde el oficialismo no le darán facultades ni a la Oficina Anticorrupción (OA) ni a la Unidad de Investigación Financiera (UIF) para que sean querellantes, y esto marca un nuevo episodio de tensión con el expresidente, que se acerca a la vicepresidenta Victoria Villarruel.
A pesar de las buenas noticias en las últimas horas en el terreno judicial para el expresidente Mauricio Macri y su operador en la Justicia Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, la relación entre el exmandatario y el actual presidente Javier Milei llegó a un punto de congelamiento casi total. Las últimas determinaciones del Gobierno en este frente rompen ese hielo, pero por la furia del ala del extinto Juntos por el Cambio (JxC).
Así lo manifestaron varios interlocutores judiciales del macrismo cuando se enteraron que el ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona avanzaría con la quita de facultades de querella hacia la Oficina Anticorrupción (OA) y la Unidad de Investigación Financiera (UIF) en causas ligadas al lavado de dinero y la corrupción, cosa que fue ratificada en la Ley Ómnibus que Milei envió al Congreso.
Esta medida profundiza la acción tomada por el extitular de la OA durante el albertismo Félix Crous, que habia determinado que la oficina se retirase de los expedientes penales, argumentando que esa tarea era responsabilidad del Ministerio Publico Fiscal y que las funciones se “superponían”.
El grito en el cielo de los operadores macristas se sustentaba en que las causas en las que el organismo no tomaría más acción de querella eran vinculadas con la corrupción del periodo kirchnerista y especialmente en las que tenían como investigada a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
“Los organismos del Estado, la UIF y OA, no son organismos de persecución. No es tarea del Ministerio de Justicia salir a buscar delitos. Acá se desnaturalizaron a los organismos, y terminaron siendo querellantes la UIF, la OA y la AFIP”, planteó el ministro de extensa trayectoria como abogado penalista y que fue panelista de Animales Sueltos. “No vamos a hacer operaciones políticas para perjudicar o perseguir a alguien”, soltó.
Esta línea de acción de está en plena consonancia con lo que repite el propio Milei. “En cuanto a la clase política argentina, quiero decirle que no venimos a perseguir a nadie, no venimos a saldar viejas vendettas ni a discutir espacios de poder. Nuestro proyecto, no es proyecto de poder. Nuestro proyecto es un proyecto de país”, había señalado el líder de La Libertad Avanza (LLA) en su discurso de asunción presidencial el 10 de diciembre.
En sucesivas entrevistas, Cuneo Libarona afirmó que es este ánimo del mandatario el que lo hizo aceptar el cargo como ministro. Y quedó rubricado cuando a finales de diciembre el flamante ministro hizo un ágape con todos los extitulares del área desde la restauración democrática.
Allí se podían ver desde el exfuncionario de Macri Germán Garavano, pasando por León Arslanian y el actual titular de la Procuración del Tesoro Rodolfo Barra, hasta figuras del peronismo como Julio Alak y Aníbal Fernández. En el ministerio resaltaron que se buscaron “compartir experiencias, intercambiar opiniones y recibir consejos”.
Los posicionamientos “pacifistas” del oficialismo en torno a la gestión de las causas por corrupción, que durante el mandato de Macri estuvieron en el centro de la escena, con fuerte trabajo de los organismos públicos chocan de lleno con la visión de varias de las figuras de ala cambiemista que no ocultan su desagrado.
Las primeros dardos de la oposición/ alianza de JxC con los “libertarios” se produjeron solo unos días después del comienzo de la nueva presidencia cuando la excandidata a senadora por el espacio de Ricardo López Murphy y exvicepresidenta de la UIF María Eugenia Talerico manifestó sus reparos sobre la política mileista contra la corrupción.
Y esto fue replicado con virulencia por Laura Alonso, extitular de la OA durante el gobierno de Macri. “Para ser libres, hay que vivir en la verdad. No acuerdo con los que avalan el invento ideológico kirchnerista del “lawfare”. No hubo una guerra en los tribunales. No la hay. Hay investigaciones y causas de corrupción que fueron y todavía deben ir a juicio”, salió a contestarle a Cuneo Libarona.
Desde la exgestión de la UIF fueron más a fondo y le marcaron la cancha al ministro. “No puedo dejar pasar el comentario del actual Ministro de Justicia utilizando los mismos argumentos de las defensas de los acusados de corrupción (la persecución política, la guerra judicial, etc.) como fundamentos para eliminar la facultad de querellar del organismo”, señaló el exdirector de la UIF Mariano Federici, indignado.
“El argumento de la 'persecución' no es más que la construcción de un relato falso, carente de toda razón y moral, donde quienes protagonizaron uno de los periodos más corruptos de la historia argentina, pretenden hacer creer que son víctimas inocentes por razones meramente políticas”, planteó.
Talerico, que a pocos días del triunfo de Milei estuvo a punto de convertirse en la titular de Migraciones pero desistió del cargo, se sumó a las críticas de Federici. “Fuimos una dupla que nunca claudicó del rol que debíamos cumplir para cumplir la misión de la UIF. En un país con grandes dificultades a la hora de enfrentar estos problemas hay omertá, encubrimiento, complicidad. Incluso más, como lo señalé haberme bajado de Migraciones, es el precio a pagar por mi comportamiento en materia de lucha contra la corrupción. Jamás claudicaré”.
El Gobierno ahora reitera que la omisión de las facultades de la OA será subsanada y que en un próximo decreto será incluida. Podrá “constituirse en parte querellante en los procesos en que se encuentre afectado el patrimonio del Estado, dentro del ámbito de su competencia. Ejercer todas las acciones necesarias para el mejor cumplimiento de sus funciones", se plantea. Esto fue lo que en esta megaLey no figura.
Se verá si el oficialismo entonces busca congraciarse con su aliado para el balotaje presidencial o, si en su defecto, esto forma parte de un nuevo capítulo de desentendimientos que marcan el alejamiento definitivo entre el presidente y un Mauricio Macri que sigue con las conversaciones por lo bajo con Victoria Villarruel.