Luego de la ceremonia de renombramiento del Centro Cultural Kirchner, ahora conocido como Centro Cultural Palacio Libertad Domingo Faustino Sarmiento, donde el presidente Javier Milei arremetió contra las universidades públicas del país, llegaron las respuestas. “El presidente cambia las mentiras con las que argumenta, pero el fin sigue siendo el mismo: desfinanciar y desprestigiar las universidades públicas”, aseguraron. 

Este sábado, Milei criticó abiertamente el sistema universitario, justo después de haber vetado una ley que asignaba mayores fondos a estas instituciones. “La Universidad Pública Nacional hoy no le sirve a nadie más que a los hijos de la clase alta”, declaró con vehemencia, poniendo en jaque el papel de estas casas de estudio en la sociedad argentina. Su afirmación de que las universidades actúan como “un subsidio de los pobres hacia los ricos” resonó en los pasillos académicos, encendiendo un debate que ya estaba latente.

Desde el sector educativo, el vicerrector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Emiliano Yacobitti, se alzó como una de las voces más críticas. “El presidente cambia las mentiras con las que argumenta, pero el fin sigue siendo el mismo: desfinanciar y desprestigiar las universidades públicas”, expresó Yacobitti, evidenciando el malestar que sus palabras habían generado. En un tono de desafío, invitó a Milei a conocer la realidad de los estudiantes, recordando que “más de la mitad de nuestros estudiantes son los primeros en sus familias en acceder a estudios superiores”.

Franco Bartolacci, rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), también se sumó a las críticas. En una entrevista con el periodista Nelson Castro, Bartolacci cuestionó la veracidad de las afirmaciones del presidente, señalando que se trataba de información “tergiversada intencionalmente”. En particular, se refirió a una acusación sobre un contrato de 13 millones de pesos para un chofer, aclarando que se trataba de un acuerdo por kilómetros recorridos, destinado a traslados institucionales y no personales. Esta explicación dejó claro que las universidades buscan ser responsables y eficaces en la gestión de sus recursos.

El rector de la UNR también se defendió de otras afirmaciones de Milei, como la proporción de empleados por estudiante. Reconoció que la universidad tiene un empleado cada ocho alumnos, pero enfatizó que esto responde a las necesidades de un sistema que demanda atención tanto administrativa como académica. Además, Bartolacci recordó que las universidades públicas ya están sujetas a múltiples auditorías, subrayando que “somos auditados por la Auditoría General de la Nación (AGN), y si se quieren intensificar los controles, bienvenido sea. No tenemos nada que ocultar”.

En el ámbito político, las palabras de Milei también generaron reacciones. El presidente de la UCR, Martín Lousteau, no tardó en refutar las afirmaciones del mandatario. “El presidente Milei inventa, sin ningún fundamento, que las universidades públicas son un subsidio de pobres a ricos”, escribió en redes sociales, respaldando su argumento con datos del INDEC que indican que el 48,5% de los estudiantes universitarios provienen de hogares considerados pobres. “Cuidemos entre todos lo que funciona bien”, instó Lousteau, cerrando el debate con un llamado a la unidad en defensa de la educación pública.