Este viernes al mediodía, en la parroquia Inmaculado Corazón de María, en Constitución, se celebraba una misa por el padre Mauricio Silva, que mientras trabajaba como barrendero, el 14 de junio de 1977, fue detenido-desaparecido por la última dictadura cívico militar. La misa estaba siendo oficiada por el vicario general del Arzobispado y obispo auxiliar, monseñor Gustavo Carrara, cuando una mujer irrumpió con el ya clásico cántico de las protestas contra el Gobierno nacional de “la Patria no se vende”.

El momento quedó registrado en los celulares de los presentes, y se viralizó frente a cómo se sumaron al canto de protesta casi la totalidad de los asistentes a la misa. El hecho generó tal revuelo que Carrara salió a dar sus explicaciones sobre lo acontecido.

“Hoy [por el viernes] en la Iglesia Inmaculado Corazón de María en el barrio de Constitución, al mediodía, celebramos la misa por el padre Mauricio Silva, hermanito del Evangelio, que mientras trabajaba como barrendero, el 14 de junio de 1977, fue detenido-desaparecido. A su vez hoy se conmemora el día del barrendero, por eso muchos trabajadores participaron de la Eucaristía”, afirmó Carrara en un comunicado.

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El vicario general del Arzobispado continuó y se metió de lleno en el hecho de la polémica: “Antes de la bendición final fui sorprendido por una señora que empezó a cantar ‘la patria no se vende’. Muchos de los presentes en el templo continuaron el canto por un minuto. Interrumpí, hice la oración, y di la bendición y el saludo final”, explicó.

Pero, lejos de desentenderse de la situación y de la expresión popular de los asistentes a la misa, Carrara dio su opinión de la relación entre la religión y la política: “Entiendo que algún fiel sencillo podría verse confundido o incluso molesto por esta situación, que puede interpretarse como politizar partidariamente la celebración de la Eucaristía, que es sacramento de unidad. Ahora bien, celebrar la Eucaristía es celebrar el amor, y es necesario que ese amor salga más allá del templo, también en la acción política. Me parece importante señalarlo porque: ‘Para muchos la política hoy es una mala palabra, y no se puede ignorar que detrás de este hecho están a menudo los errores, la corrupción, la ineficiencia de algunos políticos. A esto se añaden las estrategias que buscan debilitarla, reemplazarla por la economía o dominarla con alguna ideología. Pero, ¿puede funcionar el mundo sin política? ¿Puede haber un camino eficaz hacia la fraternidad universal y la paz social sin una buena política?”, concluyó.

El hecho se da en un contexto en el que este tipo de manifestaciones empiezan a surgir espontáneamente en distintos contextos. El domingo pasado, el mismo cántico sonó en una misa en la Iglesia de la Santa Cruz, en el barrio porteño de San Cristóbal.