En la previa, Alberto Fernández buscó jugarse un pleno. Días antes de su presentación ante el Congreso de la Nación para abrir las sesiones ordinarias, la última de su primer mandato, circuló la imagen del afiche con el que se empapelarían los alrededores del palacio legislativo este primero de marzo. Bajo el sello “A23”, se lo ve al Presidente en pose triunfalista con la leyenda “Alberto 2023. Por lo que hicimos y por lo que falta hacer”. En plena puja por las candidaturas y la discusión sobre su posibilidad de presentarse o no a su reelección, la jugada le salió mal.

Si el Presidente buscaba de alguna manera asociar la jornada a una posible candidatura, lo único que consiguió fue profundizar el escenario de soledad en el que navega los últimos meses de su gestión. Esto quedó en evidencia luego del vacío que le hicieron quienes hasta ayer nomás eran sus principales aliados en el FdT, y frente al cual tuvo que desplegar un operativo de último momento para evitar una foto que podría ser demoledora: la de un Presidente frente a una plaza vacía en un día tan relevante para la política nacional. Por caso, quien tiene en su haber una de esas es el ex presidente Mauricio Macri.

El intento del Presidente por consolidar un polo propio al interior del FdT para contrapesar al kirchnerismo durante estos años tuvo dos pilares fundamentales: el sindicalismo de la CGT y los movimientos sociales oficialistas, como el Movimiento Evita y Barrios de Pie. Ambos sectores, alejados de Alberto Fernández en los últimos tiempos por motivos particulares pero no tan diferentes entre sí, le soltaron la mano para este 1M provocando movimientos de último momento por parte de las cabezas del Ejecutivo para evitar el vacío.

El Movimiento Evita mantiene una fuerte tensión con el Presidente, fundamentalmente a partir de la designación de Victoria Tolosa Paz al frente del Ministerio de Desarrollo Social y la línea que le imprimió al mismo, marcada por la baja de programas Potenciar Trabajo. En ese contexto, el líder del Evita, Emilio Pérsico, había declarado ya el viernes pasado en el lanzamiento del nuevo partido de las organizaciones sociales, La Patria de los Comunes, que no tenían un candidato a presidente y que los “une el espanto” frente al macrismo.

En esa misma línea, Gildo Onorato, cuadro político y vocero del principal movimiento social oficialista, marcó la cancha en los medios este lunes avisando que el Evita y sus aliados no movilizarían a la apertura de sesiones “porque es un escenario que intenta convalidar una candidatura de Alberto y eso hoy divide al Frente de Todos”.

Según pudo saber Diagonales, el Presidente sintió el golpe y desplegó un operativo “evitar el vacío”, que incluyó llamados “llamados desesperados” por parte suya y del Jefe de Gabinete, Agustín Rossi, a los principales referentes del Evita como Pérsico y “el chino” Navarro para que movilizaran este miércoles.

A partir de ello, los movimientos sociales definieron asistir a la convocatoria y el día de ayer ensayaron piruetas discursivas en los medios para justificar su cambio de planes. La argumentación pasó por el hecho de evitar una plaza vacía, que significaría un debilitamiento del Gobierno en general, aunque no dejaron de aclarar que “no hay un gran entusiasmo” en su militancia y que su asistencia “no implica un apoyo a la reelección de Alberto, estamos lejos de eso” expresó una fuente del Movimiento a Diagonales.

La CGT, por su parte, ya avisó que no movilizará a las puertas del Congreso. En el caso del sindicalismo, opera por un lado la insatisfacción de las bases con la gestión del Presidente, algo que le hicieron saber en la mesa del FdT de hace unas semanas, pero también y fundamentalmente que el albertismo no los haya incluido de manera más contundente en la discusión por la conformación de listas. Para ese proceso, los popes sindicales también conformaron su propio espacio político en octubre de laño pasado.

Lo que queda en evidencia a partir de estas idas y venidas de último momento es la debilidad y la soledad con la que llega Alberto Fernández a la última apertura de sesiones de su primer mandato. Quienes lo sostuvieron en su interna con el kirchnerismo, hoy le sueltan la mano y lo presionan para obtener mejores posiciones en la discusión por las listas que se viene. Los movimientos sociales, por caso, buscarán competir en internas en unos 20 municipios bonaerenses y unas 3 provincias, algo que sin dudas está detrás del cómo le marcaron la cancha esta semana al Presidente, así como también lo están las tensiones y negociaciones que mantienen con Desarrollo Social.

🇦🇷 ASAMBLEA LEGISLATIVA EN VIVO: Congreso de la Nación Argentina - 1 de marzo de 2023

En ese contexto, Alberto Fernández tendrá hoy que enfrentar además la mirada fulminante e impugnadora de CFK, que lo recibirá en el Congreso y estará a su lado durante un discurso en el que Presidente ya dejó trascender que no hablará de proscripción, hoy por hoy la principal línea discursiva del kirchnerismo. Fernández considera, tal como expresó en la mesa del FdT, que es prioritario resaltar la inocencia de la Vicepresidenta antes que hablar de una proscripción que entiende difícil de argumentar desde un punto de vista legal y no político, como pretende el campamento K. Luego de las bombas que lanzó uno de sus principales laderos al respecto, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, sería todo un gesto que el Presidente siquiera mencione la palabra proscripción.

Alberto Fernández tampoco se meterá en el barro electoral con su discurso de hoy, otra de las expectativas que muchos actores del FdT mantienen por estas horas. Las presiones para que el Presidente defina  por sí o por no su candidatura en el mensaje de apertura de sesiones no tendrán sus frutos, según dejaron trascender desde la Rosada, y el primer mandatario no hará referencias al tema.

Acorralado por propios y extraños, Alberto Fernández ensayará hoy un intento de reivindicación de lo que fue su gestión en estos más de tres años al frente del país. Indicadores macroeconómicos de crecimiento, obras públicas, inversión y exportaciones, renegociación de la deuda y proyectos estratégicos a futuro serán algunos de sus ejes. Allí habrá que afinar la lectura para ver los mensajes entrelíneas que deje el discurso presidencial en el que, a pesar de no hablar de candidaturas, se espera que materialice el slogan de “por lo que hicimos y por lo que falta hacer”.

Cuánto se colará el tono reeleccionista es esas palabras es uno de los interrogantes de la jornada. También, como cada uno de los últimos primeros de marzo, habrá que observar las reacciones de la Vicepresidenta frente a esas expresiones de Alberto Fernández para anticipar las repercusiones al interior del FdT. Lo que no deja lugar a dudas es la debilidad y el poco respaldo interno con el que el Presidente llega al que quizás pueda ser su último gran discurso, sin sostenes para su sueño reeleccionista y aplastado por enormes presiones para que se baje del mismo, convirtiéndose así en un caso excepcional de la historia política reciente del país.