Hay elementos en común para todas las fuerzas políticas opositoras a la administración de la Libertad Avanza (LLA), y que se potencian negativamente con el correr de los meses de la gestión “libertaria”. La heterogeneidad de los espacios los lleva a la dispersión, y el magnetismo de Javier Milei y su equipo resulta un factor decisivo para las fracturas de los bloques que fueron votados hace menos de un año en el Parlamento para contrarrestar los planes del Gobierno.

Las diferencias se hacen insalvables, y todo vuela por los aires. Pero esto no solo les pasó a los gobernadores electos por el peronismo que dieron el salto hace meses a las huestes de LLA junto a los legisladores que les responden.

En las últimas horas, el bloque de diputados por la UCR se fracturó, dejando en evidencia al bando acuerdista y a quienes definitivamente se alejan en contra de la táctica de seguidismo al Gobierno.

En vano quedaron los intentos de bajar las tensiones que se exasperaron hace algunas semanas con el voto afirmativo de cinco diputados partidarios, que aseguraron los vetos de la reforma jubilatoria y de la ley de financiamiento universitario. La mesa de unidad, que solo les haría ganar tiempo antes del final anunciado, duró menos de 24 horas.

La salida de un grupo liderado por Facundo Manes y del sector de Evolución, identificado con Martín Lousteau, dejaron a la bancada que conduce el exladero de Lousteau, Rodrigo de Loredo, con 21 miembros que responden directamente a los gobernadores “dialoguistas” y los sectores más conciliadores con el gobierno dentro de la Cámara baja.

De Loredo había intentado conformar a todos pero se quedó corto. Los diputados conversos Mariano Campero, Martín Arjol, Federico Tournier, Pablo Cervi y Luis Picat habían dado su palabra para comprometerse a respetar las determinaciones del bloque como conjunto, a cambio de mantenerse en el espacio. Pero mantenian su beligerancia para que se respetaran las máximas de Milei: “déficit cero” y equilibrio fiscal, con información detallada de desde donde surgiría el financiamiento para cada nueva ley.

Los “rebeldes” los miraban de reojo, y en la última semana se acrecentaron los rumores de una inminente fractura, tras conocerse la decisión de la conducción del bloque de mantenerlos en el espacio.

LA FOTO QUE PRECIPITÓ LA FRACTURA

La decisión de la conducción del bloque radical de asistir a la mesa legislativa del Gobierno en la Casa Rosada junto a sus cinco diputados “acuerdistas” y el resto de su comitiva, a la par que otros espacios políticos “hermanados” con LLA como el PRO y el MID, fue la gota que derramó el vaso.

La movida del titular de la Cámara de Diputados Martin Menem de ampliar esta reunión había dado sus frutos. También fueron de la partida el jefe de Gabinete Guillermo Francos y el asesor estrella- sin cargo Santiago Caputo.   

“Claramente había ya una decisión de llevar al bloque de la UCR hacia el bando oficialista”, señaló la diputada bonaerense por el espacio Evolución Danya Tavela a Diagonales. Otro correligionario que rompió con la conducción fue más a fondo aún contra los “colaboracionistas”. “Le van a financiar sus campañas en sus provincias”, planteó Hernán Rossi al periodista Ramón Indart.

CÓMO QUEDÓ DISTRIBUIDA LA UCR Y SU DESPRENDIMIENTO EN DIPUTADOS

Aunque al Gobierno no le alcance con el “sinceramiento” radical para hacerse de mayorías, lo que sí se pudo asegurar es el blindaje de votos para mantener activa su agenda parlamentaria.  

Por el lado del institucional UCR conducido por De Loredo, 7 de los 21 diputados son proclives a mantener el seguidismo a la bancada oficialista. A los cinco conversos mencionados se les suman el catamarqueño Francisco Monti y la santacruceña Roxana Reyes que responden directamente a los gobernadores Raúl Jalil y Claudio Vidal, respectivamente.  

Los mandatarios provinciales por la UCR juegan su propio partido y se mantienen en el bando institucional luego de la explosión del partido. Lisandro Nieri y Pamela Verasay responden al mendocino Alfredo Cornejo, Gerardo Cipolini al chaqueño Leandro Zdero, Natalia Sarapura al jujeño Carlos Sadir y el ya converso Tournier con el correntino Gustavo Valdés.

Otros, como el propio De Loredo, dan un paso más hacia la “cordialidad” extrema con el Gobierno pero con más cautela. Ellos son: los bonaerenses Karina Banfi y Fabio Quetglas; las cordobesas Soledad Carrizo y Gabriela Brouwer de Koning; el entrerriano Atilio Benedetti; el exvicepresidente mendocino Julio Cobos; el santafecino Mario Barletta; el tucumano Roberto Sánchez; y, por la Ciudad de Buenos Aires Martín Tetaz.

Del bando de los salientes, en representación del espacio de Facundo Manes, quedó como presidente el bonaerense Pablo Juliano. Lo acompañan Fernando Carbajal (Formosa), Marcela Coli (La Pampa), Juan Carlos Polini (Chaco), Jorge Rizotti (Jujuy) y Manuel Aguirre (Corrientes).

Se les integran, de parte del espacio Evolución de Lousteau: Danya Tavela (Buenos Aires), Marcela Antola (Entre Ríos), Mariela Coletta (Caba), Carla Carrizo (Caba) y Melina Giorgi (Santa Fe).