Santiago Oría, la mente detrás del video negacionista del Gobierno
El cineasta y publicista de Javier Milei se metió en el barro de la discusión por la cifra de los desaparecidos durante la última dictadura. Retrato de esta pieza clave para el relato del Gobierno frente al genocidio.
En pleno 24 de marzo, cuando miles de personas salieron a las calles de todo el país, en conmemoración por los 48 años del último y más sangriento golpe de Estado de la historia argentina, el Gobierno salió a contar “su relato”.
En su spot de caso quince minutos, se hacía hincapié, con una visión enfáticamente negacionista de los crímenes de Estado, y rechazaron el trabajo de los organismos de Derechos Humanos que enjuiciaron a las cabezas del proceso y a los responsables materiales de los secuestros, torturas, desapariciones y asesinatos a lo largo de todo el país entre 1976 y 1983. Quienes aparecen en el cortometraje se mostraron críticos de las políticas contra los crímenes de lesa humanidad que tomaron los gobiernos democráticos hasta la fecha, y mantuvieron sus alusiones a la corrupción y a una supuesta impunidad de la guerrilla armada setentista.
Uno de ellos fue el exmontonero Luis Labraña que, volvió a afirmar, que fue él el que deliberadamente fijó el número de desaparecidos en 30 mil, para que los crímenes de la dictadura fueran reconocidos por los organismos internacionales de Derechos Humanos. Ya lo había hecho en tiempos del gobierno de Mauricio Macri, que afirmó que en los años `70 había habido una “guerra sucia” en la Argentina.
Otra persona incluida en el video es María Fernanda Viola, una de las más activas luchadoras por la denominada “verdad completa”, una corriente que reclama que se contemple a las víctimas de la guerrilla. “Mientras estaban los Kirchner se habían prohibido hasta los actos que se hacían en el cementerio en homenaje a mi papá. Tengo la esperanza de que se haga justicia, este año van a ser 50 años desde que mataron a mi papá”, recordó la hija del capitán Humberto Viola, asesinado por la guerrilla civil del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), en San Miguel de Tucumán.
LUZ, CÁMARA Y DERECHIZACIÓN
Hay un personaje central en la bajada de línea oficial. Se trata del cineasta y seguidor del presidente Javier Milei, Santiago Oría.
Desde la irrupción del economista mediático como candidato a diputado, primero, y luego como aspirante a la presidencia, Oría tiene una decena de spots de campaña e incluso tiene algunos cortometrajes de poco relieve como uno de seis minutos titulado “Economía de Guerra”.
“Yo trabajaba haciendo videoclips. Más que nada de trap, de reggaeton; Tini Stoessel, esa onda. Es la principal salida laboral en este momento. Hasta que con algunas personas que conocí ahí hice 'Economía de Guerra', un cortometraje que ganó muchos premios. Incluso, llegó al festival de Cannes”, planteaba a La Nación en 2022. Este elemental corto contaba la historia del dueño de una empresa que envenenaba a su trabajador, aunque finalmente el empresario era víctima de una estafa por el arreglo entre el médico que decretaba el deceso y el obrero.
Nunca se certificó que efectivamente haya estado en el aclamado festival internacional. Tampoco trabajó en videoclips de la artista ícono del pop juvenil, esto no está presente en su filmografía en YouTube.
Cuando este egresado de la Fundación Universidad del Cine (FUC) de 38 años regresó al país en 2020 como repatriado, por los vuelos que el Gobierno argentino emprendió para los varados por la pandemia de Covid-19, conoció a Milei.
Desde allí se formó un vínculo más que intenso, en el que Oría comenzó a seguir los pasos del economista de la Escuela Austriaca en la política y también de otros referentes del espacio de La Libertad Avanza (LLA), como el ahora distanciado Carlos Maslatón.
De ese vínculo surgió, en 2020, “Pandemonics”, en el que Milei se sienta en una mesa escoltado por sus fanáticos, en una tonalidad gótica y con inspiración en los cineastas soviéticos, y en el que el por entonces mediático despotricaba contra las políticas sanitarias del Gobierno de Alberto Fernández.
El año pasado, Oría publicó “La revolución liberal”, un documental sobre Milei, LLA, y el fenómeno cultural del avance de las ideas extremas de derecha que penetraban en la sociedad, durante la campaña legislativa de 2021, en la que Milei y Victoria Villarruel resultarían electos.
Cabe destacar que es la única persona autorizada por Milei para que lo registren, y lo hace bajo parámetro muy férreos: angulación desde arriba, luz en semipenumbra, tonalidades sepia, y calidades visual que contrastan con las que tradicionalmente se usan en la televisión.
Oría también puntos de conexión con Mauricio Macri y el PRO. Egresado de la primaria y secundaria del colegio Cardenal Newman, donde también fue el expresidente, se sumó a las filas del elenco amarillo luego de la “crisis del campo” de 2008, militando en el espacio de Esteban Bullrich.
Luego desistió y se fue del espacio por las ideas “demócratas” de una parte del partido. “Soy liberal de toda la vida”, sintetiza el también egresado de abogacía por la Universidad Austral.
De su árbol genealógico se desprende esa tradición liberal de derecha pero también converge con expresiones autoritarias. Su bisabuelo Salvador Oría Mestres fue un histórico de la “casta”. Trabajó en Hacienda, en el área de impuestos, durante el gobierno de Roque Sáenz Peña. Ocupó la misma cartera durante el gobierno de Marcelo Torcuato de Alvear, y también dirigió el Banco Hipotecario. Estuvo al frente de varias secretarías en la parte económica durante la década infame de 1930 con los sucesivos gobiernos militares. Tras su paso por Obras públicas en la década del `40, con el gobierno de Ramón Castillo, se jubiló.
El abuelo del publicista, Jorge Salvador Maria Oria Carreto, fue exalumno del colegio Champagnat, y un abogado y político vinculado con los dictadores Pedro Eugenio Aramburu y Juan Carlos Onganía. Formó parte de la Acción Coordinadora de Instituciones Empresarias Libres (ACIEL) y en 1983 acompañó la fórmula presidencial del ultraliberal Álvaro Alzogaray por la UCEDÉ.
Hoy Oría tiene un lugar en la Casa Rosada con un despacho propio, a pesar de no contar con un rol oficial en el esquema de Gobierno.
Ha sido muy prolífico en sus primeras semanas teniendo un rol decisivo para cuestiones estéticas como el logo de la Oficina de la Presidencia y del Salón de la Presidencia. También participó en el video del anuncio fundacional en lo económico del ministro Luis “Toto” Caputo, en el que anunciaba la devaluación de más del 120 por ciento.
Además acompañó a Milei, su hermana Karina y la comitiva oficial en los viajes presidenciales a Davos, en Suiza; Israel; Italia y el Vaticano; y, a Estados Unidos. Todavía sigue siendo un enigma para Oría cómo contestará cuando alguien le pregunte quién paga sus viajes si no tiene un cargo designado en el Ejecutivo.