Las altas horas de la noche, y sobre todo las de la madrugada, suelen ser el momento predilecto para que el gobierno nacional anuncie sus medidas más trascendentales de gestión. En esa misma línea, Javier Milei apostó una de sus mayores fichas en el tablero geopolítico: la subordinación plena a los Estados Unidos.

Luego de un extraño acto en el que sonó el himno nacional del país del norte y en el que el ministro de Defensa Luis Petri se rehusó a hablar cuando se lo llamaba a hacerlo, los representantes de ambos países anunciaron la creación de “un gran centro logístico que constituirá el puerto de desarrollo más cercano a la Antártida”, luego del encuentro que Milei mantuvo con Richardson en Ushuaia.

Según el presidente, este convenio, del que aún no hay más precisiones, “convertirá a nuestros países en la puerta de entrada al continente blanco”, además de ser una obra que “permitirá desarrollar la economía local” y brindar “apoyo logístico real al desarrollo científico de los diversos programas antárticos internacionales”. De todas maneras, por lo bajo, el oficialismo sigue agitando el fantasma del supuesto interés chino por financiar infraestructura portuaria

Durante la cita institucional con la general cuatro estrellas, el gobierno buscó una clara señal diplomática contra las intenciones de China en Tierra del Fuego. Además busca ratificar su posición en “defensa” de la soberanía nacional en las Islas Malvinas, mientras el Reino Unido continúa violando normas internacionales y antecedentes históricos.

Fuentes oficiales consultadas por Diagonales hicieron hincapié en que este pacto rubricado entre Argentina y Estados Unidos implica un “avance hacia una mayor cooperación internacional y seguridad regional”. Destacan que la presencia militar conjunta “podría no solo fortalecer las capacidades de defensa, sino también disuadir las amenazas que enfrentan ambas naciones".

“Este es el camino para seguir asegurando nuestro derecho soberano en la Antártida, territorio en el que fuimos el primer país en haber plantado bandera. El país con más bases permanentes y el único que tiene ciudadanos viviendo en el fin del mundo desde hace más de un siglo”, explicó Milei. Momentos antes, sonaba el himno de los Estados Unidos.

El presidente “libertario” siguió con sus fundamentos. “La falta de una base de este tipo en las últimas décadas, ha tenido por efecto que el nexo logístico entre el continente y la Antártida haya sido de nuestro país hermano de Chile, haciéndole perder a la Argentina una oportunidad comercial y estratégica durante años y debilitando nuestro rol protagónico en el Atlántico Sur”, advirtió.

AL ENTUSIASMO DEL GOBIERNO, LLEGÓ LA POLÉMICA

Luego de conocerse las tratativas del gobierno nacional con la administración estadounidense comenzaron a llegar las críticas, que ya se cocinaban desde que se conoció que Richardson pisaría suelo fueguino.

Tanto el gobernador de Tierra del Fuego Gustavo Melella, uno de los mandatarios provinciales más severos en la crítica al ajuste fiscal de parte de la administración de Milei, como el intendente de Ushuaia Walter Vuoto desistieron de participar de la actividad programada de Richardson con las autoridades de la base naval de la capital fueguina. Melella había redoblado la apuesta y la había calificado como persona “no grata” en la provincia austral.

El objetivo de la enviada militar del Gobierno de Joe Biden era interiorizarse de las misiones navales y el papel de las autoridades de la Base Naval provincial para salvaguardar las rutas marítimas. Una vez conocida la negativa del peronismo, desde la administración libertaria accionaron y resolvieron viajar para evitar el desplante total. En el entorno de Melella plantean que no sabían de la presencia de Milei en su tierra.

Pero también hubo resistencia tanto desde el sindicato docente provincial (SUTEF), la CGT y otras entidades e instituciones civiles que realizaron una manifestación en la vía pública en rechazo a la presencia de Laura Richardson y del presidente de la Nación en la provincia.

De hecho, un excombatiente y editor del sitio de noticias Agenda Malvinas, Daniel Guzmán, le había enviado una nota formal al capitán Garro, solicitándole que se abstuviera de “propiciar, incentivar, o permitir que la mencionada militar estadounidense, vaya el Monumento a los Caídos en Malvinas” de la ciudad. Lo interpeló a que se posicione contra la idea del gobierno estadounidense de “visitar, conocer y/o rendir falsos honores a nuestros héroes muertos en batalla durante la guerra contra Gran Bretaña en el año 1982”.

Desde su cuenta de Twitter X, el abogado y secretario general del Frente Patriota, César Bondini, despotricó contra el acuerdo. “La síntesis de la conferencia de Milei es que le van a entregar a EEUU la construcción y control de una nueva base naval integrada en Tierra del Fuego que será la puerta de entrada a la Antártida y un centro de operaciones para las flotas yanquis en el Atlántico Sur. Todo esto, por supuesto, en nombre de la defensa del "Occidente" anglosajón que usurpa nuestras Malvinas y que desde hace décadas nos ataca política y económicamente. Seguramente habrá más pactos y se negociarán esta noche con el Comando Sur, a la hora de las brujas”.

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X de César Biondini

Richardson llegó al país el martes 2 de abril, en su tercera visita a la Argentina, luego de también haberse reunido en 2023 con la exvicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. El miércoles había oficializado la transferencia de un nuevo avión Hércules C-130H a la Fuerza Aérea tras una reunión con Petri, y luego, fue recibida por Posse y una delegación de funcionarios.

Este acuerdo plantea importantes interrogantes sobre el equilibrio que debe adoptar la Argentina entre la cooperación internacional y la defensa de los intereses nacionales. En un momento crucial para la geopolítica regional y global, Milei pone todos los huevos en una canasta, a cualquier precio.