Las relaciones a distancia son difíciles – lo saben todos menos el presidente Javier Milei, quien se pasó todo el día llamando por teléfono a su flamante par Donald Trump tras su triunfo en las elecciones de Estados Unidos anoche. Pero los persistentes intentos del líder libertario de contactarse con la estrella republicana fueron en vano: una y otra vez, la contestadora del otro lado le dijo que la línea estaba ocupada o, simplemente, no había respuesta. Día duro para el “León”.

El teléfono del magnate norteamericano no está roto, tampoco se quedó sin batería -lo estuvo usando todo el miércoles-, y definitivamente tiene señal, a diferencia del de algunos dirigentes argentinos. Lo que pasa es que Trump tendrá cosas más importantes que hacer y charlas más urgentes que tener que con el jefe de La Libertad Avanza (LLA), uno de los más destacados referentes de la derecha liberal en Latinoamérica. Aun así, en la Casa Rosada no entienden por qué el mandatario electo no atiende.

Milei estuvo llamando todo el día. Cerca de 20 horas después de ratificarse la victoria del Partido Republicano en Estados Unidos, Trump todavía no le levantó el teléfono. El desencuentro provoca desilusión en un Poder Ejecutivo que estaba motivadísimo por el triunfo del empresario y que incluso dio la orden esta mañana de que los funcionarios vistan corbatas rojas a modo de festejo por el resultado electoral. Mientras tanto, “Tero Violado” fue tendencia en redes sociales durante todo el día.

Es que Trump podrá ser la prioridad del Gobierno argentino, pero el Gobierno argentino no parece ser la prioridad de Trump. El enamoramiento no es recíproco; lejos de ello, las horas que pasó Milei colgado del teléfono con desazón en Olivos demuestran que tal vez los comentarios eufóricos del dirigente republicano sobre su colega liberal no fueron más que movidas políticas para el armado de un frente de derecha continental. Que el “León” juega un rol crucial en esa estrategia, nadie lo niega; que no es el protagonista que se cree, tampoco.