Hubo un tiempo en el que el Trabajo era un valor. En el que la política laboral de nuestro país era la centralidad del proyecto del Gobierno.

Era un tiempo en el que el empleo crecía. En el que la desocupación y la informalidad bajaban. En el que la negociación salarial tenía el objetivo irrenunciable de defender los salarios. En el que las paritarias eran el instrumento democrático fundamental para mejorar las condiciones laborales. Y así se fortaleció el crecimiento. Se priorizó la producción. Y el consumo fue un mecanismo de inclusión. De construcción de igualdad y equidad.

Lamentablemente ese tiempo terminó. Hace apenas nueve meses.

La nueva política que se está implementando en Argentina, prioriza otras cuestiones. Es obvio que se dedica más a la macroeconomía que a la micro. Decisiones sin ningún reflejo de sensibilidad social. Con un presente de improvisaciones y de "desempoderamiento" popular. Buscando descalificar y demonizar el pasado. Y con un futuro prometido sin ningún asidero en la realidad o en los actos de Gobierno.

Lo grave es que hablamos de trabajo. Es decir de trabajadores. De hombres, mujeres, jóvenes y adultos. Que tienen un pasado que los impulsó, un presente amenazado que cuidar y un futuro que construir. Que lo hacen con sus esfuerzos, con sus salarios y con sus empleos.

Los despidos se iniciaron en forma salvaje y discriminatoria en el Estado. Y le abrieron la puerta a lo que masivamente está ocurriendo desde los privados. También dañaron el poder adquisitivo. Buscando que las remuneraciones estén por debajo de una inflación que se les desbocó. Con precios descontrolados. Y tarifazos increíbles. Todo apuntando a "enfriar" la economía e impactando en el tejido social

Se impone un cambio de rumbo. De nada les va a servir insistir en culpar al pasado. O tergiversarlo con interpretaciones inconsistentes sin rigor estadístico.

Es necesario que el Gobierno ponga en marcha, de verdad, el diálogo prometido. Que retome las promesas de campaña de no despedir y favorecer el  empleo. Que no quepa duda los actores laborales, gremiales y sociales van a defender los puestos de trabajo y los salarios. Tal como la mayoría de la sociedad se defendió frente a los tarifazos y los frenó. Porque solo así el trabajo seguirá teniendo valor.