En los últimos días, el gobierno nacional, sus principales referentes y en especial el presidente de la Nación, luego del vergonzoso veto y su aprobación por parte de los diputados libertarios, del PRO, algunos radicales, provinciales y peronistas, se han dedicado a atacar al sistema universitario y lo han elegido como culpable de muchos males en la Argentina. Lo último y más controvertido lo planteó el propio Milei el último sábado. El sistema universitario impide el ascenso social y es una especie de Hood Robin, le da a los ricos para sacarle a los pobres. En estas páginas trataremos de pensar el problema, siendo que somos protagonistas del mismo. 

TODOS SON EMPOBRECEDORES, MENOS YO

El presidente generalizó un sistema de categorizaciones infundadas. Una de sus categorías preferidas es la empobrecedora. La misma es utilizada en regímenes políticos no “liberales” (comunismo, socialismo, socialdemócratas, populismo) a través de distintos roles de la sociedad moderna (empleados públicos, políticos, economistas, etc.), de instituciones (el Congreso, gobernaciones, intendencias, etc.) y ahora, con la liviandad que lo caracteriza, la utiliza también para la Educación Pública. Claro, él lo dice desde su experiencia de haber atravesado toda su educación en el sistema privado. Pero ¿cómo es posible que una institución que genera “valor agregado” y capacidad de estudiar, analizar, transformar la realidad mejorando las condiciones de la sociedad genere “empobrecimiento”? Porque ese “valor agregado” que genera,  no sirve en la sociedad que piensa el Presidente. No sirve porque no sirve la ciencia argentina, la arquitectura argentina, la ingeniería argentina, la física argentina, la sociología argentina y demás ciencias argentinas. Porque lo que no importa es la Argentina, solo importan los individuos que habitan en ella, siendo más preciso, sólo importan los individuos que beneficia el gobierno con sus políticas.

LA UNIVERSIDAD ES PARA LOS RICOS

El presidente Milei  dijo en la inauguración del Palacio Libertad Domingo Faustino Sarmiento (que contradictorio para un liberal ponerle el nombre de Palacio a un edificio, siendo que nos remite al sistema feudal) que el sistema universitario solo beneficia a los ricos (dijo algo así como ricos y clases medias altas). Y que, por lo tanto, son los pobres los que la mantienen. O sea que en la afirmación del Presidente podemos deducir dos reflexiones. Primero que él considera que los pobres mantienen “las cosas” de los ricos (en este caso la educación); “pero qué reflexión zurda”, diría él, sobre su afirmación. Por otro lado, su afirmación revela un pensamiento profundo del Presidente, que es que justamente la Universidad solo es para los ricos, es decir, para la clase social que beneficia con su política. Independientemente de esta reflexión, en donde nosotros “analizamos” al Presidente (si es que este humilde aspirante a escritor puede analizar tamaña personalidad), la mirada del Presidente intenta que no haya más universidad pública para ningún sector social. Lo que él llama “ricos” son hijos de trabajadores formales y profesionales, que inundan nuestras universidades y que de otra manera no podrían estudiar en la universidad. Por supuesto, en la sociedad que vivimos, que es el capitalismo financiero e individualista y que tanto le gusta al Presidente, los que menos llegan a la universidad son los llamados pobres. Pero decir que son los que menos llegan, no es decir que no llegan. La sociedad desigual que naturaliza el gobierno, genera desigualdades en todos lados. La universidad y la educación pública en general, son instituciones contracíclicas, corrigen un poco la desigualdad. Pero a la vez si no existieran universidades públicas, no existirían, ni hijos de pobres, ni hijos de trabajadores, ni hijos de profesionales en la universidad. Volvemos arriba, la universidad solo sería para ricos. 

LA UNIVERSIDAD EN LA ARGENTINA, ES UN PROYECTO DE PAÍS 

El modelo de Universidad del gobierno de Milei es la generación de abogados, economistas, contadores, ingenieros, agrónomos, uno que otro arquitecto para las multinacionales y/o grandes empresarios que extraen nuestra riquezas. Es una universidad previa a la Reforma del 18, en donde no hay participación de los claustros en las decisiones. Pero tampoco ingresan en ellas las clases populares (trabajadores formales e informales, pequeños comerciantes). Porque en el proyecto de país de libertarismo mileiano hay 30 millones de personas que sobran, y por eso también sobran profesionales. Una economía extractiva de la minería y del campo, sin valor agregado nacional. Porque los estudiantes, que terminan o no sus trayectos formativos pero igual atraviesan la universidad pública, pueden terminar siendo liberales, peronistas, radicales, socialistas o comunistas en lo ideológico, pero todos saben de la importancia del mercado interno argentino, de la necesidad de cuidar el trabajo y la producción argentina, la conciencia del mundo en el que se vive. En síntesis un elemento incómodo, que no va a permitir avanzar en la destrucción de la República Argentina por parte del gobierno actual.

ALGO HUELE MAL EN DINAMARCA 

El gobierno presupone que el sistema universitario, es un sistema cerrado, con pocos vasos comunicantes con la sociedad argentina. Que solo beneficia a unos pocos politiqueros y que por eso, si insiste en su ataque sobre todo presupuestario, pero también ideológico, el sistema universitario se caerá solo. Eso demuestra el poco conocimiento que tienen los funcionarios que están en la secretaría de educación. Solo conocen un mundito chiquito, de pequeñas roscas y entreveros, pero no conocen el espacio ampliado que abarca no solo las instancias académicas de las universidades, sino la extensión y la vinculación, que día a día crecen en el Sistema Universitario. No solo se forman profesionales, se investiga y se aplica para mejorar la vida de los argentinos. En muchos casos mejorando la productividad del trabajo, en otros resolviendo temas que el mercado no puede o no quiere, en otras posicionando al país en la vanguardia de determinados temas. Se equivoca el Presidente pensando que la Universidad Pública Argentina está “aislada”, o que es solo un lugar de beneficios para pocos. El problema de la universidad es que niega el proyecto de país que el Presidente tiene. 

PARA MUESTRA SOLO UN EJEMPLO 

El que aquí escribe es docente en la Universidad Nacional de Avellaneda, en la materia Trabajo Social Comunitario. Dicha materia es la curricularización de la extensión universitaria ¿qué significa eso? Que una vez por año, los estudiantes de todas las carreras cursan dicha materia que los vincula con el territorio, para ser más específicos, con las organizaciones del territorio, clubes de barrio, colegios, organizaciones sociales, sindicatos, cooperativas, empresas recuperadas, entes estatales (municipales, provinciales y/o nacionales). En dicha materia los estudiantes aprenden las problemáticas por las que atraviesan dichas organizaciones, que son también las suyas. Pueden pensar los problemas y soluciones para las mismas. Piensan colectivamente y multidisciplinariamente cómo generar proyectos que contribuyan a su comunidad. Por supuesto, se esfuerzan por obtener un título para obtener un mejor trabajo pero en un marco colaborativo que nos proyecta a un destino común. Todo el sistema universitario argentino está en “esa”. No es una institución aislada, como otrora era la universidad para mantener el status quo. Es una institución que está pensando cómo cambiarlo para mejorar las condiciones de la sociedad en donde está inserto.

¿CÓMO TERMINARÁ ESTE CONFLICTO?

Como el Presidente tiene su hipótesis de trabajo, el que aquí escribe tiene la suya. El sistema universitario argentino atraviesa toda la sociedad, todas las instituciones, todas las clases y por lo tanto, tiene la posibilidad de sintetizar las demandas de la sociedad que hoy en día está siendo atacada por las políticas del gobierno de Milei. El gobierno solo, por su ideologismo cerrado, ha activado a un sujeto, que puede aglutinar a toda la sociedad agredida. No hablaremos de los delirios setentistas de los ministros “casta pura” Francos y Bullrich. Solo decimos que si el sistema universitario (rectores, docentes, no docentes, estudiantes y graduados) puede profundizar la relación con toda la sociedad, también podrá pensar en cómo responder al gobierno nacional, de una forma contundente y efectiva que pueda torcer las políticas vigentes.