Un frente electoral de centro debe canalizar la opción del “cordón sanitario” para enfrentar a Milei
La estrategia francesa para evitar el triunfo de la extrema derecha podría encontrar su versión argentina
La falta de liderazgos propios tienta a algunos dirigentes a que enfrentar a Milei pueda encauzar y hacer competitivo un frente electoral. En caso de lograrse debe buscar diferenciarse tanto de la Alianza como de Cambiemos, experiencias políticas más bien enmarcadas por fracasos políticos. En este artículo sostengo que estamos en un momento inédito, de mucha confusión y turbulencia, pero inédita para la construcción de un centro político competitivo que puede diferenciarse tanto de Milei como del kirchnerismo.
En su último artículo publicado en Revista Seúl, Alejo Shapire explica muy bien el funcionamiento del ´cordón sanitario´. “Los principales partidos habían retirado a sus candidatos para que sólo quedara en esta segunda vuelta de las legislativas el que estuviera mejor posicionado para ganarle la banca a Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés). Es decir, si el balotaje en una de las 577 circunscripciones tenía a un candidato del partido de Le Pen, sólo debía quedar enfrente el más fuerte del “frente republicano”, el que hubiera obtenido más votos en la primera vuelta. Ocurrió entonces que un neoliberal se sacrificó para darle una chance a un comunista y que un candidato del partido de Jean-Luc Mélenchon se bajara para permitirle ganar a un hombre de la coalición de Emmanuel Macron”.
Pues bien, esta estrategia toma color en un país donde hasta el momento Milei no ve con preocupación ninguna formación política que lo inquiete, claro está siguiendo las encuestas. Veamos algunas ideas fuerza que habilitan esta estrategia.
El peronismo todavía no se repone del golpe de la derrota mientras el resto de las fuerzas están expectantes. Es por eso que al momento florecen pocas ideas y pocos liderazgos.
Milei es como Le Pen, representante de una extrema derecha que atenta contra la democracia tradicional. Ahí hay un objetivo en común. Pero atenti que a finales de los ´90 el enemigo había sido la corrupción menemista y en su camino había unido actores políticos que luego fueron un espanto, generando una de las peores crisis económicas del país. Por su parte, el ex presidente Mauricio Macri cuenta con importantes márgenes de imagen negativa, con lo cual su gobierno tampoco forma parte mayormente del éxito en la memoria colectiva.
Otra cuestión es que hay mediciones que marcan que la “nueva grieta” gira en función del apoyo o no al primer mandatario. En esa línea, están quienes creen viable juntar a un radical con un kirchnerista por ejemplo. Esta cuestión vista desde la vista de la clase política habrá que ver qué nivel de tolerancia encuentra en el electorado. Honestamente dudo que sea lineal el apoyo.
Hasta aquí hay cierta lógica pero la pregunta entonces es: ¿Quién puede o debería conducir el “cordón sanitario”? Curiosamente en medio de la turbulencia y de la falta de claridad veo un escenario fructífero y propicio para pensar en el surgimiento de un frente político moderado, propiamente de centro (o partido de Centro Programático – en palabras de Scully -) con postura de centro, que logra canalizar el mayor descontento frente a los arbitrios y destratos presidenciales pero que tampoco sea parte de opciones kirchneristas que todavía son motivo de rechazo de un importante sector del electorado.
Por cierto, hay un electorado votante de Juntos por el Cambio que “prestó” sus votos en el balotaje. Gran parte él se encuentra en modo pendular asustado o rechazando lo que efectivamente está viendo ahora. Pero este electorado, que puede ser el plus que necesita las fuerzas moderadas para ganar, tampoco está dispuesto a votar al kirchnerismo.
Dependerá mucho de la capacidad y astucia política dirigencial para construir armados políticos competitivos si se quiere que el cordón sanitario sea exitoso como en Francia.