Escala la tensión entre La Cámpora y Kicillof: “No puede estar ajeno a estas movidas, son provocaciones”
Mayra Mendoza expresó su enojo por la convocatoria a un acto de gestión por parte de la provincia en el que se cruzó con Ferraresi tras el evento en Quilmes. “Nos llaman para sacarnos una foto como si nada hubiera pasado, todo esto es un error político”, dicen desde el distrito.
Este martes se vivió un día de alto voltaje en la Gobernación bonaerense. Lo que fue pensado como un acto más de gestión por parte de la provincia, terminó en un pase de facturas de parte de una de las principales referencias de La Cámpora para con el gobernador Axel Kicillof. El trasfondo, un acto de Ferraresi en Quilmes y una foto en la que los jefes comunales de los distritos linderos debieron cruzarse, con las heridas aún calientes.
El gobernador participó esta mañana de la firma de contratos de leasing de la “Línea Municipios 2024” que entrega el Banco Provincia, por un total de $3.973 millones para 10 municipios. Como en todos los actos de esta naturaleza, la firma se realizó en La Plata y con la presencia de Kicillof y los y las intendentes en cuestión.
El problema estuvo en que, junto a Gastón Granados (Ezeiza), Mariel Fernández (Moreno), Luis Pugnaloni (Hipólito Yrigoyen), Fernando Rodríguez (General Pinto), José Luis Salomón (Saladillo), Arturo Rojas (Necochea), Daniel Stadnik (Carlos Casares), y Walter Wischnivetzky (Mar Chiquita), también fueron convocados para esta tanda Jorge Ferraresi y Mayra Mendoza. La firma, además, sucedió un día después del acto que el jefe comunal de Avellaneda realizó este lunes en Quilmes, junto a un grupo de referentes no alineados a la conducción de Mendoza y bajo dos lemas kicillofista: “La Patria no se vende” y “Todos con Axel”.
Como contó Diagonales, el evento cayó muy mal en las filas de Mayra Mendoza y el descontento terminó de explotar este martes, cuando la jefa comunal se cruzó con su par de Avellaneda y con Kicillof en el acto en la Gobernación. Mayra le reprochó al gobernador la convocatoria justo un día después de ese acto en el momento de tomarse la foto de rigor por la firma del acuerdo, y más tarde se cruzó con Ferraresi a la salida del evento sin que mediara saludo entre ambos.
En Quilmes explotan de bronca ya no sólo contra Ferraresi, con quien La Cámpora mantiene una disputa encarnizada hace tiempo y que ya nadie oculta, sino ahora también con el gobernador. “Kicillof no puede estar ajeno a estas movidas. Son provocaciones. Arman un acto contra Mayra (sin invitarla) en Quilmes, con Ferraresi y la foto del gobernador diciendo 'Todos con Axel', hablando mal de otros sectores del peronismo y promoviendo divisiones. Al otro día nos llaman para sacarnos una foto como si nada hubiera pasado”, expresaron a Diagonales remarcando que el enojo es con la Gobernación bonaerense.
Desde las filas de Mendoza interpretan a su vez que “no es sólo contra Mayra o contra La Cámpora. Lo mismo le hicieron al Frente Renovador en San Fernando y a Menéndez en Merlo”. En esas líneas se lee algo de los nuevos reagrupamientos que se van gestando en el peronismo bonaerense, donde la tropa de Máximo Kirchner sintoniza más con la de Sergio Massa que con el Kicillofismo, que en su proceso de expansión y la construcción de una estructura propia, algo que no encaró en su primer mandato, provoca recelos en otras estructuras.
Desde la Gobernación restaron importancia al suceso y prefirieron no responder a enojo planteado por la jefa comunal quilmeña, quien se encargó de hacerlo trascender. “La gestión no se puede detener”, expresaron a Diagonales desde el riñón del gobernador, enmarcando el acto de este martes en un hecho más de gestión de los tantos similares que Kicillof viene encarando en los últimos meses, en los que se lo vio abocado tanto a confrontar políticamente con Milei como a respaldar con sus logros de gestión esas posiciones políticas antagónicas a las del Gobierno nacional que, justamente, casi no tiene resultados ni acuerdos para mostrar como éxitos propios.
Sin embargo, desde el campamento camporista el hecho es visto con otra óptica. “Todo esto es un error político porque lo único que hace es romper el peronismo de la provincia y distanciar a los intendentes”, señalaron, y agregaron: “En vez de estar unidos enfrentando a un Gobierno nacional que está hambreando al pueblo y destruyendo el aparato productivo, tenemos que estar soportando discusiones internas extemporáneas y absurdas a tres años de las próximas elecciones”.
La tensión escala y no aparecen en el horizonte elementos que hagan pensar que pueda aplacarse en el corto plazo. La tan esperada foto entre Kicillof y Máximo Kirchner, que surgió como un hecho a concretarse hace ya varias semanas luego de las primeras escaladas entre los comandantes kicillofistas y algunas de las principales referencias camporistas, continúa sin aparecer y da la nota de cómo están las relaciones en un peronismo bonaerense que sigue atravesando su proceso de reordenamiento interno. De no saldarse muchas de estas discusiones, habrá que ver cómo avanza el segundo semestre hacia una fecha clave: el 17 de noviembre, día en que se celebrarán las elecciones del PJ que conduce Kirchner. En el camino hacia allí, cada sector arma lo suyo, dejando en claro las diferencias pero, por ahora, sosteniendo la unidad.