La semana que comienza tendrá un eje gravitacional ineludible. El miércoles 13, la Cámara de Casación dictará sentencia en torno al fallo de primera instancia del TOF II, que condenó a 6 años de prisión e inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos a CFK en la causa vialidad. La ex presidenta enfrenta la difícil situación de que la condena quede ratificada en segunda instancia, lo que la dejaría con la última instancia de apelación ante la Corte Suprema.

Desde lo político, la bomba es que el fallo caería junto cuando CFK decidió levantar notoriamente su perfil, ganando la presidencia del PJ nacional y prefigurando una posible participación electoral el año que viene, en el camino que conduce hacia las presidenciales del 2027. Allí otro de los poderes del Estado también jugará su parte: el proyecto de ley de “ficha limpia” que espera ser tratado en el Congreso estipula que ninguna persona condenada en segunda instancia por causas de corrupción puede ejercer cargos públicos. Es esperable que el oficialismo reflote ese proyecto si la sentencia sobre CFK se confirma, obligando al peronismo a la incómoda situación de trabar en el parlamento un tema difícil de cuestionar.

Con ese contexto, los movimientos del kirchnerismo vienen apuntando a dar una respuesta desde lo político y la propia CFK multiplica sus apariciones públicas en distintos territorios. Sólo la semana pasada la ex presidenta visitó dos importantes distritos de la Tercera Sección Electoral, Avellaneda y Lomas de Zamora, en una dinámica que continuará en esta nueva versión de la ex presidenta, que el fin de semana asumirá la titularidad del Partido Justicialista a nivel nacional.

Con la novela del PJ ya concluida, la cuestión en el peronismo hoy por hoy es cómo se suturan las heridas de una interna que escaló hasta niveles impensados. En ese sentido, desde el entorno de Kicillof vienen dando pasos para volver a acercarse al núcleo cristinista, que todavía le factura al gobernador el hecho de no haberse pronunciado a favor de la candidatura de CFK en su disputa con el riojano Ricardo Quintela. Pero el tema judicial parece ser la vía elegida por el kicillofismo para tender puentes de acercamiento.

Ya Kicillof había expresado un fuerte respaldo el 17 de octubre pasado, en su discurso en Ensenada. Aquel día, el núcleo cristinista esperaba una definición en la interna, el gobernador dejó fuertes muestras de apoyo político para  CFK, afirmando que “los días más felices siempre fueron con Cristina”, y que “un tribunal de la vergüenza” intentaría convencer a la sociedad con un fallo que consideró como escandaloso y falso. Eso que sonó a poco en el cristinismo en ese momento, cobra otra potencia esta semana y la estructura política del gobernador salió desde temprano este lunes a jugar esa carta.

El propio Kicillof expresó en la conferencia de prensa en la que presentó el presupuesto bonaerense para el 2025 que “se está por consumar este miércoles este escándalo jurídico que tiene una gravedad institucional inmensa, porque inaugura un nuevo género que yo llamaría derecho fantasía, o derechos ficción, que es que se sacan dicátmenes judiciales donde no hay una sola prueba, un solo delito en los expedientes, y donde a quien se acusa, en este caso Cristina, no tiene posibilidad material de llevarlos a cabo".

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X de Axel Kicillof

"Un delito que no existió y que se le achaca a una persona que nunca hubiera podido cometerlo por la función administrativa que tenía”, añadió.

El Gobernador fue más a fondo y dijo que “todo lo que se va a decir el miércoles no existió, no ocurrió y sin embargo se va a dar por hecho con el objetivo de lograr una estrategia de disciplinamiento”. Kicillof calificó de “juicio falso y trucho” y de condena “absolutamente ficticia” a lo que acontecerá el miércoles en Casación. Además, sumó “el agravante de que en la condena se incluye la prohibición del desempeño de cargos públicos, así que se convierte directamente en un caso de persecusión político judicial, y finalmente proscripción”. Kicillof no dejó lugar a dudas en su posición y sentenció: “Cristina es inocente”.

Kicillof estuvo acompañado en la conferencia por su primer anillo político, el ministro de Gobierno, Carlos Bianco, el de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque, y la vicegobernadora, Verónica Magario, que junto a Fernando Espinoza fueron los primeros del entorno kicillofista en bancar a CFK para el PJ cuando Quintela recurrió a la justicia electoral. Pero el gobernador también sentó a su lado este lunes al ministro de Justicia y DDHH bonaerense, Juan Martín Mena, uno de los ministros que La Cámpora tiene en el gabinete, en otro gesto de acercamiento.

Las palabras de Kicillof no fueron el único movimiento en esa línea de respaldo a CFK. La agrupación La Patria es el Otro, que responde a Larroque y es uno de los principales brazos ejecutores del kicillofismo, publicó un comunicado esta mañana con una fuerte posición sobre la inminente sentencia de Casación. “Basta de persecusión judicial a Cristina Fernández de Kirchner”, se titula el texto que el propio Larroque subió a su cuenta de X.

“Desde La Patria es el Otro denunciamos la persecución judicial que enfrenta CFK en el marco del inminente fallo de la Cámara Federal de Casación. Este nuevo embate no sólo responde a una vendetta política orquestada por sectores de poder concentrado sino que también constituye un ataque directo al sistema democrático y al derechos de todos los argentinos y argentinas”, señalaron.

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X de Diagonales

La organización de Larroque enmarcó el hecho en una sucesión histórica de ataques al peronismo “por parte de sectores que se oponen a los intereses del pueblo” y manifestó un “compromiso con la defensa irrestricta de los derechos políticos de nuestro pueblo”. “Por la historia del peronismo y por el futuro de la Patria, no claudicaremos en defender la democracia y a nuestros compañeros y compañeras”, concluyeron.

Para el miércoles, algunos sectores del kirchnerismo preparan una movilización a Tribunales en repudio a lo que será el fallo de Casación. Habrá que ver si alguna de las organizaciones o sectores que se encuadran hoy con Kicillof aportan a esa instancia. Lo que queda claro es que el gobernador y su núcleo no titubearon en plantarse en este tema, refrendando una posición que históricamente sostuvieron y, a la vez, ensayando un tendido de puentes con el cristinismo luego de las heridas abiertas por la interna.