El variopinto de los sectores progresistas del FdT quedó ayer bien reflejado en el Club Platense de la Ciudad de La Plata. La excusa era la presentación del libro “Los Peores”, un alegato jurídico con el que Juan Grabois plantea una defensa conceptual y política de quienes integran los movimientos populares frente a las acusaciones más comunes que reciben a diario, su mirada sobre los problemas de fondo de la sociedad argentina y sus propuestas para resolverlos. El fondo, fue entablar un profundo debate entre dos exponentes del cristinismo, el primer precandidato presidencial declarado y el Gobernador bonaerense, sobre el diagnóstico de la etapa actual y el rumbo a seguir. El horizonte, el tantas veces invocado trasvasamiento generacional del movimiento popular y una síntesis entre sus diversas posiciones.

La calle 21 entre las avenidas 51 y 53 estuvo cortada desde temprano, y para las 17, hora de la convocatoria, todavía había un nutrido grupo de militantes en las puertas del club preparando banderas y haciendo sonar los bombos. “Juan XXIII” era la leyenda que destacaba en uno de los trapos que se notaba recién salido horno, al lado de otro ya con más recorrido: “Frete Patria Grande”. Se preparaba la fiesta.

Adentro del gimnasio Julio Costa del club no cabía un alfiler y no había una gota de aire. La expectativa y los movimientos de los centenares de personas que coparon hasta el último lugar disponible en las gradas y las sillas dispuestas en el campo, hacían subir una temperatura que rozaba lo intolerable. Pero ni el calor aplastante cambiaba el ánimo de los asistentes, a los que poco a poco se les fue sumando la primera plana del FdT platense. Florencia Saintout, los diputados provinciales Lucía Iáñez y Ariel Archanco, las concejalas Yanina Lamberti y Ana Negrete fueron algunos de los que dieron el presente, junto al intendente de Berisso, Fabián Cagliardi.

La elección de la capital de la provincia como el lugar para presentar su libro ya fue todo un signo por parte de Grabois. La presencia de la dirigencia platense del FdT ayer, sin el sector de Victoria Tolosa Paz, referenciada con el Presidente, suma un elemento. El dirigente social, por otro lado, volverá la semana que viene a La Plata a una actividad en la Universidad. Pero, sin dudas, el punto central desde lo político fue la invitación a Kicillof a compartir el escenario y el ok del Gobernador a un convite que lo haría transpirar, no sólo por el microclima del gimnasio sino por el tono y los ejes del debate.

Grabois y Kicillof tuvieron y tienen diferencias, desde lo conceptual y desde lo político. La línea Berni y sus ejecuciones como en el desalojo de Guernica, por citar un ejemplo, son un punto irreconciliable entre ambos. Mientras el Gobernador defendió a capa y espada a su ministro frente a críticas más pesadas que la de Grabois, las de los intendentes del PJ, en la fuerza política que el dirigente social expresa Berni suele aparecer como un límite. “Hubo tensiones en algunos momentos, pero que hoy sea la presentación del libro de Juan acá es un reconocimiento a la gestión de Axel y a su lugar en el kirchnerismo” sintetizó a Diagonales un referente de Patria Grande.

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UN DEBATE HACIA ADELANTE EN EL FRENTE DE TODOS

Kicillof llegó cerca de las 17:30 y subió al escenario junto a Grabois en medio de una explosión de aplausos y vitoreos. “Unidad, de los trabajadores, y al que no les gusta, se jode, se jode” fue por lejos el hit de la jornada. Tras la formalidad de las presentaciones, comenzó un ida y vuelta con momentos de flores entre los disertantes y fragmentos con un buen contenido de picante.

“Mi trabajo actual no me permite este tipo de eventos, no sé si otro más que Juan podría haberme convencido de esto” empezó el Gobernador, en referencia a la instancia de presentar un libro que, avisó, leyó por completo en la previa. “Juan tiene algo entre cálido y provocador” sumó Kicillof al argumento, justo antes de recordar su época de militancia universitaria y los debates que tenía con Itai Hagman, el diputado nacional de Patria Grande presente en el evento y que el primer mencionado por el Gobernador desde el escenario. Junto a Hagman estaban los otros dos diputados del frente, Natalia Zaracho y Federico Fagioli.

Pero los mimos duraron poco, y luego de resaltar la caracterización que el libro hace de las acusaciones hacia los trabajadores de la economía popular, Kicillof fue al hueso. “Juan esboza algunas cosas con las que yo no estoy de acuerdo sobre la etapa actual del capitalismo” soltó el Gobernador en referencia al planteo, no solo de Grabois sino de todo un sector de los movimientos sociales, sobre lo inevitable de que en la etapa actual de la economía mundial cada vez más personas vayan quedando excluidas del sistema formal de trabajo. “Si buscamos transformar el mundo en un sentido que no es posible se genera mucha frustración” sentenció.

“Invité a Axel porque obviamente no está de acuerdo con lo que planteo en el libro, se puede decir que tenemos una contradicción Keynesiana” respondió Grabois a su turno. Pero también devolvió los elogios: “Axel va bien, es un funcionario que más o menos funciona” dijo en tono socarrón, y agregó “es un compañero necesario para construir la síntesis del movimiento popular en el siglo XXI. Algo que Perón no pudo hacer, y espero que Cristina sí, es construir un trasvasamiento generacional para garantizar un piso de derechos. Axel representa la esperanza, o no, de que ese trasvasamiento pueda darse”.

Luego, llegaría el grueso de la argumentación del dirigente social en cuanto a su planteo y las diferencias con el del kirchnerismo clásico. “El poder político se va encapsulando y pierde contacto con la realidad” soltó Grabois, y pidió “una nueva composición del movimiento popular” donde estén representados no sólo la juventud y el sindicalismo tradicional, “sino también los representantes de los trabajadores excluidos, que hoy son por lo menos el 40%”. En ese sentido, Grabois recordó una anécdota: “la primera vez que vi a Cristina me dijo que me dejara de joder y que hiciera política. Bueno, hoy soy precandidato a presidente, pero me agarran dudas, no sé si me aconsejó bien” dijo entre risas y una de las primeras ovaciones de la tarde.

El planteo de Grabois y de todo un sector de los movimientos sociales es que el modelo clásico del mundo del trabajo capitalista está agotado, lo cual sustentan en números de trabajadores cuentapropistas y de la economía popular. En esta idea, es necesario encarar con fuerza desde el Estado una “economía tripartita”, que conjugue al sector público y el privado con un sector cooperativo al que Gabois le adjudicó la posibilidad de una “productividad alternativa”, relacionada con el “derecho a ser felices”. Sin adoptar este camino, se tardarían décadas, incluso a importantes ritmos de crecimiento económico, para poder incluir a toda la población que ya fue excluida del mundo del trabajo tradicional.

En ese sentido fue una de las frases más picantes del dirigente social durante la tarde. “Transformar los planes sociales en puestos de trabajo es un slogan demagógico de los que estigmatizan a nuestros compañeros. Los planes son un ingreso más de las personas que trabajan” fulminó a toda potencia de su voz en un momento del debate que encaró el tema del Salario Universal, tema al cual Kicillof evitó referirse y posicionarse.

La mirada del Gobernador, basada en la experiencia del kirchnerismo, tiene que ver con buscar una reindustrialización del país para revertir el ciclo neoliberal, a partir del aprovechamiento de los recursos naturales y la redistribución de una masa de riqueza que hoy está concentrada y extranjerizada. Para eso, Kicillof destacó al Estado como “un territorio de disputa”, respondiendo a la idea de un Estado impotente y que depende de las organizaciones sociales para llegar a todos los sectores que Grabois expresa en su libro. Coincidieron en que la comunidad organizada en las organizaciones libres del pueblo es el vértice necesario para dar esa disputa por el Estado.

CANDIDATURA A FONDO

“Cuando lo anunciamos muchos lo tomaron en joda, hoy está acá el Gobernador de Buenos Aires” expresó un militante de Patria Grande a Diagonales una vez terminadas las casi dos horas de intenso debate, que a su última intervención tuvo a un Grabois en modo precandidato. El dirigente habló de un nuevo ALCA  (agua, litio, combustibles y alimentos) del imperialismo para Latinoamérica, y rescató el modelo de nacionalización de YPF de CFK y Kicillof como el modelo con el cual enfrentar esa avanzada. Además, afirmó “como candidato a presidente les aseguro que en cinco años resolvemos el millón y medio de lotes y quintas que se necesitan para terminar con el problema de acceso a la tierra”.

Grabois contó también que antes del evento habló con Máximo Kirchner, a quien se refirió como “un gran compañero”. La charla, dijo, incluyó la metáfora del canto de sirenas de la Odisea, y la idea de que el poste al que hay que atarse para no caer en esa confusión es el pueblo. “Yo no quiero que esta generación militante se resigne el año que viene a tener otro mediocre, tibio o cobarde que no haga las reformas que hay que hacer” lanzó Grabois en otra frase provocadora que tenía varios destinatarios en el FdT, por caso Alberto Fernández o Sergio Massa, de quien el dirigente social se distancia cada vez que tiene la ocasión.

Al término del acto, Kicillof bajó del escenario y se paseó unos 15 minutos en un caos de gente que buscaba abrazarlo y sacarse fotos. Ni la temperatura infernal ni las dos horas de debate impidieron que el Gobernador fuera para adelante con ese contacto con su pueblo, que es ya una constante en cada una de sus actividades. “Lo sacamos?” preguntó uno de la seguridad. La respuesta de su compañero fue taxativa: “naa, dejalo, si es lo que a él le gusta”.

En esa pequeña pero intensa marea que se movía alrededor del Gobernador, Diagonales llegó a arrojarle la pregunta de qué significa para el FdT una candidatura como la de Grabois. “Lo que dijo Cristina, tomar el bastón de mariscal, y eso quiere decir que cada uno se ponga en la posición que cree que le corresponde y que empiece a pelear por los derechos de todos y todas” respondió Kicillof en exclusiva.

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En el entorno de Grabois quedaron muy conformes con la actividad y el debate a fondo que se planteó con el Gobernador. Consideran que la candidatura del dirigente de Patria Grande puede crecer a medida que avancen las semanas y gane en exposición. De alguna manera, Grabois puede ocupar en el debate público que irá creciendo en intensidad un lugar en espejo al que ocupan, por ejemplo, Javier Milei o el ala dura de JxC. Si la derecha tiene sus voceros para correr los límites de lo discutible, el FdT necesitará también quien apueste a romper el posibilisimo de lo establecido como una forma de contener a una enorme porción de su electorado, hoy desencantado no solo con los resultados del Gobierno sino también con la falta de horizonte.

Grabois ocupa un espacio político y tiene público propio. Sofía, una asistente al acto que fue por su cuenta y no forma parte de Patria Grande, le dijo a Diagonales “vine porque banco a Juan, me gusta porque tiene planteos firmes y concretos, aborda problemas que otros no hablan y lo hace proponiendo soluciones creativas”.

En ese sentido, aunque muchos sectores no la tomaron en serio, Grabois tiene pensado ir con su candidatura lo más lejos que pueda llegar. El referente ya manifestó que una presentación de Wado de Pedro sería un motivo para bajarse, así como también que él no se opone a las PASO, incluso con una candidatura de Alberto Fernández, punto nodal de diferencia con La Cámpora y Kicillof. Una postura de un militante de Patria Grande resumió la cuestión: “si Cristina cierra con Massa, estamos para ir a una interna”.