Kicillof supera tensiones del cierre de listas con una mesa 100% bonaerense y territorial
El gobernador ya tiene equipo de campaña. No será, como en Nación, una jefatura única sino una composición entre la gobernación, intendentes y La Cámpora. Los principales distritos de la provincia incluidos. La presencia del mismo asesor de la campaña del Clío.
Tras un cierre de listas que, como siempre, estuvo marcado por tensiones que vienen de arrastre y que dejaron heridos en el proceso, la tropa bonaerense comienza a acomodarse para pelear unificada por la reelección de Axel Kicillof. Este miércoles el gobernador recibió en la residencia de la gobernación a Máximo Kirchner, a Andrés “el cuervo” Larroque y a un grupo de exponentes de los distritos de mayor peso específico del conurbano en lo que resultó el debut de la mesa política que ordenará la campaña en la provincia. La amplitud de los sectores del PJ provincial convocados, y la presencia de Kirchner y Larroque como representantes de La Cámpora y el cristinismo bonaerense, dan cuenta de un saldo de todo tipo de internas y el foco puesto en el trabajo territorial para lograr una victoria contundente en agosto que allane el camino hacia octubre.
Los jefes comunales que participaron del encuentro fueron Fernando Espinoza (La Matanza), Jorge Ferraresi (Avellaneda), y los mandatarios en uso de licencia Gustavo Menéndez (Merlo) y Gabriel Katopodis (San Martín). Por parte del gobierno bonaerense pero también por su peso territorial estuvieron la vicegobernadora, Verónica Magario y el Jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, además de Larroque que acudió no sólo en carácter de dirigente de La Patria es el Otro sino también como ministro de Desarrollo de la Comunidad.
El primer nivel de análisis sobre el encuentro lo dicta el título con el que se difundió el breve comunicado sobre el mismo: “la unidad de la unidad”. “Se pasó la página del cierre de listas”, sintetizaron a Diagonales desde el entorno de uno de los asistentes. Por otro lado, a diferencia de lo que se definió para la campaña nacional de UP, para la cual se designó a Wado de Pedro como jefe, en la provincia la decisión fue que la diversidad del peronismo quedara expresada en la conducción de la campaña mediante la mesa que se reunió este miércoles. “La conformación de esta mesa reafirma la decisión de trabajar de forma conjunta en la campaña. No hay un jefe único, es La Mesa”, señalaron a este medio desde el peronismo provincial.
De esta forma, Kicillof refuerza la actitud que mostró frente al cierre de listas. El gobernador no se metió en las internas ni a pedir lugares propios, apostando a contener al conjunto. Quizás su única batalla haya sido sostener a Verónica Magario como su compañera de fórmula, cuando otros sectores del PJ aspiraban a ese lugar, y así mantener una alianza con el distrito de mayor peso electoral de la provincia. La presencia de Espinoza y de Magario en el encuentro del miércoles refuerza el resultado positivo de esa negociación para el gobernador.
Magario y Espinoza se reunieron también el día martes con Máximo Kirchner en La Matanza. El acercamiento entre ambos actores no es de relevancia menor, puesto que dos gestos de Kirchner en el cierre de listas habían generado tensión con el gigante bonaerense: la habilitación de unas PASO al Movimiento Evita con su candidata, la diputada provincial y pareja de Emilio Pérsico, Patricia Cubría, y la pretensión de Martín Insaurralde, aliado de Kirchner, por quedarse con la vicegobernación para alguien de su armado.
En ese sentido, la presencia conjunta de La Matanza y Lomas de Zamora en la mesa de campaña marca una tregua en quizás la mayor interna del PJ provincial, que no es nueva pero se vio recalentada en la previa al cierre de listas. Tener alineados a dos de los principales territorios de la provincia resulta crucial para el gobernador y el peronismo en un contexto donde cada voto sumado es un triunfo.
Otro gesto en esa línea fue la inclusión de Gabriel Katopodis. El ministro de Obras Públicas viene acercando posiciones con el kirchnerismo hace tiempo luego de ser, junto a su par de Hurlingham, Juan Zabaleta, una de las principales referencias bonaerense del albertismo que no fue. Ese acercamiento se expresó como nunca en el reconocimiento público de CFK en Río Gallegos, donde catalogó a Katopodis como “uno de los funcionarios que sí funcionan”. Ya lejos de Alberto Fernández, el peso político de una figura como Katopodis en la Primera Sección electoral es una ficha estratégica para las aspiraciones de UP en la provincia.
Katopodis también comparte un elemento importante con Espinoza. Al igual que en La Matanza, el kirchnerismo habilitó en San Martín unas PASO para que el diputado nacional del Movimiento Evita y amigo de Máximo Kirchner, Leonardo Grosso, compita contra el intendente Fernando Moreira. En ese sentido, desde el peronismo bonaerense expresaron a Diagonales que “queda claro que las internas no le pesan a UP, en la mesa no está nadie de ningún movimiento social, por lo tanto es claro donde se recuesta la búsqueda de los votos, que es sobre el poder territorial de los intendentes. No se les presta atención a las internas insignificantes para la coordinación de la campaña, porque se sabe que esto es más un capricho del Evita que otra cosa”.
La idea del peso territorial medido en votos es la determinante para la conformación de la mesa bonaerense de UP. La Primera y la Tercera secciones electorales son el principal reservorio de los votos peronistas, y son justamente esos territorios los que tienen su silla en la mesa de campaña. Katopodis y Menéndez por San Martín y Merlo de la Primera, y Espinoza, Ferraresi e Insaurralde por La Matanza, Avellaneda y Lomas de Zamora de la Tercera.
La presencia de Máximo Kirchner y Andrés Larroque expresan la pata cristinista. El líder de La Cámpora es, además, el presidente del PJ provincial. El “cuervo”, por su parte, se alejó hace unos meses de la organización conducida por Kirchner y se concentró en su nuevo armado, La Patria es el Otro, un espacio en el que confluyen distintas expresiones cristinistas que no se sienten contenidas por La Cámpora y que además fue el principal impulsor del operativo clamor por la candidatura de CFK desde principios de este año. A la unidad territorial que expresan los intendentes, Kirchner y Larroque le suman una unidad política determinante para un desarrollo armónico y consensuado de la campaña, tanto en los distritos como las distintas organizaciones del kirchnerismo.
La puesta a punto de la campaña abre un interrogante sobre cuáles serán los ejes y los tonos elegidos. Sin dudas se buscará levantar la gestión de Kicillof a través de las obras realizadas y la llegada a los 135 municipios. Pero, además, el gobernador tiene una carta para jugar en cuanto a su cercanía con la gente, una marca distintiva que lleva a cada territorio que visita y que, por caso, resultó fundamental en la campaña ganadora del 2019.
En ese sentido, el dato es que el consultor político Ignacio Ramírez es parte de las conversaciones en UP bonaerense. Ramírez es sociólogo egresado de la UBA y DEA en Comunicación, cultura y política por la Universidad Complutense de Madrid, dirige un posgrado de Opinión Pública y Comunicación Política en FLACSO y fue uno de los ideólogos de la famosa campaña del Clío de Carlos Bianco, que pasó a la historia como la campaña en la que “el Clío le ganó al Big Data”. El perfil de cercanía con el pueblo bonaerense, la idea de recorrer los 135 municipios de la provincia, la sencillez y la fuerza de las ideas políticas versus el poderoso marketing publicitario del PRO fueron clivajes determinantes de esa exitosa campaña. Ahora Kicillof deberá defender su gestión pero, en un contexto en el que crece el desencanto de la población para con la política en general, el gobernador cuenta con un activo invalorable en el afecto que la gente le demuestra en cada recorrida territorial y seguramente eso sea un elemento que UP busque capitalizar en las urnas.