El peronismo atraviesa un proceso de recomposición en el que busca encontrar una nueva forma para oponerse al Gobierno de Milei, y la provincia de Buenos Aires viene siendo el epicentro de esos movimientos. Con uno de los máximos referentes del movimiento sentado en el Sillón de Dardo Rocha y con la responsabilidad de gestionar una provincia asfixiada económicamente por la Nación, la principal organización del peronismo al frente de 12 distritos y del PJ provincial, y una buena cantidad de dirigentes con trayectoria, votos, construcción y peso territorial propio buscando su posicionamiento, lo que suceda en la PBA irradiará irremediablemente al nuevo orden peronista en construcción.

La principal tensión en suelo bonaerense y con ramificaciones hacia la política nacional es la que existe entre el gobernador, Axel Kicillof, y el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner. Con arrastre histórico y distintos episodios pico, lo cierto es que hace semanas que la relación entre el camporismo y el kicillofismo transita una calma silenciosa. No es poca cosa en el contexto de fragmentación actual.

Ejemplo de ello fue la cálida relación que se vio este miércoles entre Kicillof y CFK, luego de que la ex presidenta declarara en Comodoro Py en la causa que investiga el atentado en su contra. El gobernador recibió a CFK a su salida de los tribunales y los gestos continuaron más tarde en el Instituto Patria, donde la ex presidenta reunió a una tropa de dirigentes de distintas tribus en una pequeña reunión. CFK sentó a Kicillof a su lado y los gestos de armonía fueron mutuos. Máximo Kirchner no estuvo presente, aunque sí importantes cuadros de la primera línea camporista. Por su parte, el kicillofismo aportó movilización de su militancia a través de la organización del Cuervo Larroque, La Patria es el Otro.

TENSIÓN SUBTERRÁNEA Y DE ARRASTRE

Pero por debajo de esa superficie la armonía entre sectores resulta más costosa. Los últimos episodios de alta tensión entre La Cámpora y Kicillof tuvieron que ver con los movimientos de un actor que, en las últimas horas, volvió a tomar velocidad en una carrera en la que parecía haber bajado la marcha. En aquel momento, un plenario de Jorge Ferraresi en el municipio de Quilmes y bajo la bandera kicillofista de “La Patria no de Vende” desató la furia de Mayra Mendoza, que pocos días después descargó su descontento cara a cara con Kicillof en un acto oficial en La Plata.

Tras un impasse de unas semanas, nuevamente el intendente de Avellaneda retoma sus actividades políticas a lo largo de la provincia, las mismas que ya le generaron rispideces no sólo con La Cámpora, sino también con otros sectores como el Frente Renovador. Este jueves el destino fue el municipio de Luján, donde gobierna Leonardo Boto, que ese mismo día participó junto a más de 90 intendentes de la firma de un nuevo desembolso del Fondo de Fortalecimiento Fiscal Municipal en La Plata con el gobernador Kicillof. Boto se mueve cerca de Wado de Pedro, estuvo el miércoles en Comodoro Py con el anillo de intendentes que llevó La Cámpora a respaldar a CFK, y compartió en la última semana la agenda de la organización de Máximo Kirchner en relación a la causa por el atentado contra la ex presidenta.

La actividad de Ferraresi en Luján fue en línea con las anteriores que llevó a distritos como Quilmes o San Fernando. Se trata de plenarios de la militancia, donde distintos armados peronistas, muchas veces no alineados con las jefaturas locales, se reúnen a discutir la reorganización y los horizontes del movimiento y el partido. “Renovando nuestro compromiso” fue el título del plenario en Luján, que el intendente de Avellaneda promocionó en sus redes y que contó con presencias particulares desde lo político.

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X de Jorge Ferraresi

Uno de los asistentes fue Juan Zabaleta, ex intendente de Hurlingham, históricamente enfrentado con La Cámpora y que el año pasado perdió la interna con el dirigente de esa organización Damián Selci. Desde ese momento Zabaleta orbita los muchos peronismos anti k que quedaron flotando, sobre todo en la PBA, con las perspectivas de consolidar nuevos armados con esa línea. El otro fue Ariel Notta, un dirigente peronista de Luján que aún conserva en su foto de perfil una imagen junto a Alberto Fernández, y que el año pasado empujó las candidaturas de Daniel Scioli y Victoria Tolosa Paz para competir por entonces con Wado de Pedro y Kicillof.

LA PELEA DEL SUR

Este sábado la cosa tomará aún más temperatura cuando Ferraresi vuelva a otro de los municipios epicentro de la interna, el Lanús gobernado por el camporista Julián Álvarez. Será la tercera actividad política del año del jefe comunal de Avellaneda en territorio lanusense, aunque vale destacar también que esta semana Ferraresi participó del ciclo de conferencias de la Universidad de Lanús, “Ideario, obra y legado de Juan Domingo Perón”. Ferraresi tiene una pata permanente en Lanús a través de la concejala local Belén Barrueco, que a fines del año pasado rompió el bloque oficialista en el HCD y armó su propio monobloque. La semana pasada, la jefa de Gabinete de Avellaneda, Magdalena Sierra, y la diputada Mariana Larroque, hermana del ministro bonaerense, visitaron el HCD lanunense en un gesto que reflotó las tensiones.

El plenario del sábado se desarrollará en la Unidad Básica 4 de Junio, en el barrio Los Ceibos de Monte Chingolo. Nuevamente, la consigna será “La Patria no se Vende”. Como era de esperarse, la nueva incursión de Ferraresi al distrito no pasó desapercibida en La Cámpora y suscitó una respuesta por parte del jefe comunal Julián Álvarez.

El intendente publicó un video el día de ayer en el que se expresó en su carácter de Director del Consorcio del puerto de Dock Sud, en representación de Lanús y Quilmes. En el mismo, Álvarez explicó que ambas ciudades conforman la región del puerto “que exporta el 42% de los containers de la Argentina al exterior”, y que se presentó ante el consorcio “a reclamar una deuda histórica, que es la deuda que el puerto tiene con nuestros municipios”.

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X de Julián Álvarez

Julián Álvarez expresó que “los vecinos y vecinas de Lanús y Quilmes vemos todos los días a los camiones de tránsito pesado romper nuestras calles, nuestras avenidas principales, y eso se debe fundamentalmente a que esos camiones se dirigen con mercadería hacia este puerto. Por eso venimos a plantear la importancia de generar una red de tránsito pesado en nuestro distrito de Lanús, y también en el de Quilmes, de que este puerto genere los recursos para volver a hacer que nuestras calles estén como corresponde, y que se pueda realizar la logística en términos eficientes y que le sirva a toda la comunidad”.

El Consorcio que administra el puerto de Dock Sud tiene distintos representantes, pero es controlado por Ferraresi, por lo que el reclamo apunta directamente contra el jefe comunal de Avellaneda. “¿Fin de la tregua?”, consultó Diagonales a fuentes camporistas de la provincia, que dejaron una respuesta contundente y que aplica a los movimientos de ambos campamentos: “Nunca hubo tregua”.

AXEL Y MÁXIMO

La pregunta de fondo es en qué medida las jugadas de Ferraresi y las respuestas de La Cámpora responden a una tensión más arriba entre el gobernador y el diputado nacional y líder de la organización kirchnerista. Por caso, Ferraresi se mueve por la provincia empujando la figura de Kicillof como la punta de lanza de la renovación y el nuevo liderazgo del peronismo. Así lo expresó, por ejemplo, en Luján, donde afirmó: “El gobernador Kicillof es la cara y la esperanza del futuro, para generar transformaciones en el Estado, dar seguridad y distribuir los recursos de manera correcta y eficiente”.

¿Kicillof avala estos movimientos de uno de sus intendentes más cercanos o Ferraresi se corta solo empujando su propia agenda y librando sus propias batallas?. Tanto en el entorno del gobernador como en La Cámpora, la percepción se acerca más a la segunda hipótesis.

“Los movimientos de Ferraresi son de Ferraresi”, dijeron a Diagonales cerca de Kicillof. “Para nosotros hacer esto en este momento es torpe, funcional a Milei y debilita al gobernador porque divide al peronismo. Con esta estrategia se pierde el 2025 en la PBA seguro”, habían expresado desde las filas de Máximo Kirchner semanas atrás, cuando la visita del jefe comunal de Avellaneda a Quilmes había recalentado la interna.

Con o sin el apoyo explícito de Kicillof, lo concreto es que Ferraresi se muestra decidido a profundizar su estrategia de recorrer distritos de la PBA pasando la ambulancia para levantar a heridos del kirchnerismo, y utilizando como bandera la figura del gobernador para la renovación peronista. La Cámpora no  pretende escalar el conflicto pero tampoco se queda de brazos cruzados y responde a los movimientos del intendente de Avellaneda. Lo único que puede darse por sentado es que la novela tendrá nuevas entregas.