Paños fríos a la tensión entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof

En una semana en la que el oficialismo copó la agenda con medidas positivas, descolocó a la oposición y generó una sensación de optimismo en la campaña, un episodio encendió las alertas. El miércoles, desde La Plata y en una reunión del PJ provincial, Máximo Kirchner tuvo un nuevo gesto en el que dejó traslucir que su relación política con Axel Kicillof no es la mejor.

Consultado sobre los dichos del Gobernador, que había pedido "componer una canción nueva", en una metáfora referida a la necesidad de renovar el peronismo y el campo popular de cara a la nueva etapa que se abre en el país, Kirchner replicó "no me dedico a la música, soy militante y dirigente". A su vez, Máximo planteó frente a la prensa que "más allá del pentagrama, lo que hay que fijarse bien es la gestión del gobierno".

No fue el primer desplante público de diputado nacional y líder de La Cámpora para con Kicillof. En lo que fuera lanzado como el kilómetro cero del operativo clamor por la candidatura de CFK, el plenario "luche y vuelve" que organizó Andrés Larroque a través de su armado, La Patria es el Otro, en marzo de este año, Kirchner sacudió al Gobernador ante miles de militantes en el acto de cierre. "Si queremos que nuestro pueblo batalle, que pelee, que genere, que imagine y piense, hay que escucharlo y empoderarlo. No hay que bajar al territorio compañero Gobernador, hay que subir al pueblo a los espacios de decisión", fueron las picantes declaraciones de Máximo ante un Kicillof que aplaudía atónito. Minutos antes, el mandatario provincial había pedido a la dirigencia bajar al territorio para incorporar las demandas de la sociedad.

La tensión entre ambos no es nueva y se expresó, también, en la discusión por las candidaturas de este año. Máximo Kirchner insistía en que Kicillof fuera el candidato presidencial de UP, argumentando que era quien mejor medía y más transferencia de votos de CFK tiene. El pedido no era ingenuo. Detrás de la posiblemente genuina perspectiva del diputado también hay que mencionar su alianza estratégica con Martín Insaurralde, líder de una fracción de intendentes del PJ que siempre tuvieron una cierta resistencia para con Kicillof, y eterno aspirante a la gobernación bonaerense, candidatura que hubiera sido suya si el Gobernador saltaba a la nación.

Pero lo novedoso de esta semana fue que Kirchner no fue el único dirigente de La Cámpora que le picó el boleto a Kicillof. La intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, le contestó en una entrevista al periodista Diego Iglesias que la nueva canción que pedía Kicillof para dejar de ser nostálgicos de Perón, Evita, Néstor Kirchner y CFK, podría incluir una estrofa de un tema del Indio Solari con la letra "juegan a primero yo, y después a también yo".

Ante la repregunta por si Kicillof estaba queriendo jugar solo, Mayra agregó "sin duda la derecha quiere deshistorizar, entonces, lo ha dicho Máximo, hay que construir lo que viene pero no es dejando de lado nada de lo que nos hizo llegar hasta acá, porque Mayra no sería intendenta ni Axel Gobernador, así que hay que ser muy respetuoso siempre con lo que se dice porque genera sentido".

Dichas en la misma semana que los dirigentes de La Cámpora y el PJ provincial se reunieron en La Plata y junto al planteo de Máximo Kirchner, las palabras de Mayra Mendoza rebotaron el doble al interior de UP y sumaron a instalar una sensación de interna entre la organización kirchnerista y el Gobernador. “Es una frase en medio de un montón de reivindicaciones que hizo Mayra, no hay que darle mayor entidad”, respondieron desde el entorno quilmeño a la consulta de Diagonales, y bajaron la persiana a la polémica: "tema terminado".

En el entorno de Kicillof tampoco quisieron hacer crecer la cuestión, y la ronda de consultas de este medio a funcionarios y miembros del equipo del Gobernador se chocó con mayoría de negativas a opinar. Quienes lo hicieron, manifestaron que "para nosotros lo más importante es que estamos todos trabajando para ganar la elección en la PBA y para que Massa entre al ballotage".

Incluso fueron más allá desde la gobernación en el intento por quitarle peso al episodio. "En la misma entrevista puso en valor la gestión de Axel, la destacó por sobre todas las cosas", expresaron en torno a los dichos de Mayra Mendoza. Con respecto a Kirchner, opinaron que "en algún punto, como bien dijo Máximo, hay que transformar, y eso también es hacer una nueva canción. Nos quedamos con eso".

En ese marco, Kicillof buscó apaciguar tensiones personalmente y este viernes viajó a Mar del Plata donde apoyó la candidatura a intendenta de la dirigente camporista y actual titular del ANSES, Fernanda Raverta. 

“Mar del Plata siempre ha sido una de las mayores víctimas de las políticas neoliberales, ya que deterioran el entramado productivo y dificultan el turismo de las clases populares. El municipio ya perdió muchas oportunidades en materia de diversificación productiva e inclusión social: necesitamos que todas las políticas públicas lleguen a los barrios y eso solo lo puede garantizar Fernanda Raverta”, sostuvo el Gobernador bonaerense en un encuentro con dirigentes y representantes de gremios y asociaciones vecinales de la ciudad costera.

Por su parte, la candidata local afirmó que la “enorme responsabilidad política” que tiene Unión por la Patria "es hacer que Sergio Massa sea el próximo presidente de la Argentina, que Axel Kicillof siga transformando la realidad de la provincia y que por primera vez en Mar del Plata nos den la oportunidad de gobernar y demostrar que cuando el peronismo asume el compromiso resuelve los problemas del pueblo”. 

Unión por la Patria está en un buen momento de su campaña, quizás el mejor desde que arrancó la carrera electoral. Kicillof se encamina en todas las mediciones a retener la provincia de Buenos Aires y el posible crecimiento de su performance electoral podría empujar hacia arriba a Massa. El ministro candidato, a su vez, va alineando cada vez a más sectores de UP en un nuevo sprint que lo encuentra en el centro de la agenda y con iniciativa política positiva que retroalimenta el entusiasmo de la militancia.

En ese contexto, nadie quiere desenfocar los esfuerzos y las tensiones que afloraron esta semana y que existen hace tiempo quedan en segundo plano. Sin embargo, la sucesión en el kirchnerismo sigue siendo un signo de alerta para la nueva etapa que se abrirá para el peronismo, salgan como salgan las elecciones. Las nuevas canciones se van imponiendo por sí mismas, con el riesgo de que las protagonicen opciones de derecha y conservadoras como marca hoy el escenario político y social. De la madurez política de la dirigencia del peronismo dependerá el lugar del ranking al que lleguen sus composiciones en el tiempo que se viene.