En medio de las polémicas surgidas en torno a las medidas de flexibilidad de Horacio Rodríguez Larreta, desde Provincia comienzan a barajar diferentes opciones para pararse frente a los riesgos de contagios hacia el conurbano. En ese sentido, ya comenzaron a emerger posiciones encontradas hacia adentro de la gestión de Kicillof.

Fue el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, quien deslizó la posibilidad de “aislar” a la provincia de Buenos Aires respecto de la Capital Federal. Según el funcionario, ambas jurisdicciones tienen “realidades sanitarias distintas”. “Hoy no hace falta blindar a la Capital, mañana no sé”, fueron las palabras de Berni en diálogo con el canal América, donde presentó la opción de una eventual clausura de accesos entre ambos distritos.

No obstante, en contraposición con esa idea, la ministra de Gobierno, Teresa García, aclaró que tal propuesta no está entre los planes Kicillof, sino avanzar con el desarrollo de controles sanitarios más estrictos. “No está considerado cerrar accesos con la Ciudad. Lo que ha pedido el gobernador es mayor control en el transporte público y en los accesos. Supongo que Sergio Berni se habrá referido a eso”, expresó García en diálogo con Radio La Red.

Entre sus argumentos, Sergio Berni sostuvo que “la actividad económica de la Capital es totalmente distinta a la de la Provincia” y que “la Ciudad vive del comercio” pero “la Provincia vive de la industria manufacturera. Entonces, la Capital Federal pone los comercios y la provincia pone la gente que va a trabajar”.

Tras conocerse las declaraciones del titular de Seguridad bonaerense, la ministra de Gobierno salió a bajarle la temperatura a esos comentarios y aclaró que no está entre los proyectos del gobierno de Kicillof.

En los últimos días, las fricciones entre Provincia y Ciudad crecieron en torno a las flexibilizaciones de Larreta. El malestar se manifestó, de manera principal, entre los intendentes del conurbano que temen una “contaminación” de sus distritos a raíz de la gran cantidad de bonaerenses que entran y salen de CABA por motivos laborales. Asimismo, desde el Gobierno porteño han criticado el supuesto “uso político” del oficialismo respecto de los índices de contagio en villas y barrios vulnerables de la Ciudad.