Desde la mirada del peronismo o de lo sectores que hemos intentado siempre priorizar los intereses de las mayorías populares, advertimos acerca de la alarmante situación económica y social en la que se encuentra sumergido nuestro país. Un gobierno que ha llegado legítima y democráticamente al poder, también lo ha hecho engañando al electorado.

Las medidas tomadas hasta ahora han generado mayor desigualdad, concentración de la riqueza, pérdida de trabajos y caída del salario real, recesión, inflación, destrucción de aparato productivo, intento de reprimarización de la economía. Con las recetas de la vieja ortodoxia neoliberal, con el eufemismo de "metas de inflación" y con la prepotencia del patrón de estancia, además se ha endeudado como nunca. El resultado es un país con ricos cada vez más ricos y mayor desigualdad con más pobres y desempleados. Como consecuencia de ello, la primera definición importante, la contradicción principal es la siguiente Para el peronismo el adversario es Macri y las políticas de Cambiemos.

Sin embargo, en un año electoral si el peronismo quiere mostrarse como alternativa frente a la sociedad tiene que resolver una contradicción secundaria pero no menos importante. Debemos pasar por un proceso de reconstrucción y renovación. Es necesario asumir públicamente que el pueblo dio la espalda a nuestra propuesta electoral y eso lo hizo por diversas razones. Un poco por errores de fondo, o de forma o por desgaste, lo cierto es que perdimos. Perdimos en 2013 y en 2015. La humildad y el reconocimiento frente a la derrota de los responsables y protagonistas más visibles son el germen de la reconstrucción.

Luego debe renovar sus estructuras y cuadros dirigentes. Para ello es imprescindible devolverle a la sociedad la potestad de decidir sobre sus candidatos como lo marca la ley. En 2015 (también en 2013) ya eligieron los dirigentes y la consecuencia fue una catastrófica derrota. Es necesario poner esa decisión en el conjunto de la sociedad.

Algunos sectores que fueron beneficiados oportunamente con el dedo pretenden esgrimir el argumento de la unidad para evitar este proceso de reconstrucción y renovación del movimiento que no solo es inevitable sino que es necesario para volver a interpelar a la sociedad y recomponer el vínculo con ella. La mejor herramienta para lograrlo son las PASO. Es un instrumento que la ley nos da para superar esta etapa y alcanzar la unidad, pero yendo hacia adelante. Entonces, la verdadera unidad se transforma en síntesis. Lo más saludable en democracia es resolver la contradicción con una contienda electoral. Con todos adentro. Y cuando se hable de candidaturas, que elija la gente y no los dirigentes.

El peronismo en un formato ampliado, de manera urgente debe generar las condiciones para ser alternativa. Pero una opción ganadora. El objetivo debe ser construir mayorías. El peronismo reconstruido y renovado, con una unidad y vigor emergente de una primaria, lo demandan los sectores populares. Quienes acompañamos a Florencio Randazzo, y muchos más, pensamos que puede expresar junto a otros dirigentes esa síntesis. Nadie debe estar excluido, pero los protagonistas deben cambiar

La sociedad mira para adelante y necesita ser interpelada de ese modo. Randazzo encarna en los hechos la demanda social "gestión", que es la transformación de la realidad a través de las políticas públicas y "palabra", la coincidencia entre lo que se dice y hace, dos pilares estructurales donde ha fracasado el gobierno y el lugar desde el cual un peronismo ampliado, debe hacerse fuerte para ser opción ganadora. 

La fuerza de la gestión demostrada con los ferrocarriles, la política de documentación y la reforma política, así como el valor de la palabra empeñada, algo que debería ser habitual pero extraño en estos tiempos son atributos que la gente reconoce en Florencio Randazzo.

A ello habrá que sumarle una agenda propositiva, que debe ir de la mano de insistir con el rol del Estado en los rubros de equilibrador social, promotor de desarrollo y de la actividad económica diversa. El trabajo como el gran articulador social, sosteniéndolo como el eje del ideario de un proyecto popular. Lo mismo vale para lo que se llama bienes comunes. La gestión de recursos estratégicos como agua, tierra, minería, energía que deben ser una prioridad en un proyecto de país para todos y no para algunos. Pero esto ya es parte de la contradicción principal. Antes, en las PASO, queremos que el futuro del peronismo lo decida la gente y no los dirigentes. Como debe ser.