¿Tiene sentido la prisión?
Columna de opinión por José Luís Ferrari
Casi transcurrido gran parte del año 2016, me formulo esta pregunta ¿tiene sentido la prisión?, y me la hago de cara a los preceptos constitucionales, que nos indican cómo deben ser las cárceles y sobre el trato a darle a las personas allí alojadas; reintegración, reinserción, reeducación, por el contario la práctica profesional me enseño que nada de esto se cumple, y que tras los altos muros perimetrales se esconde, lo que nadie quiere ver, personas reducidas a su mínima expresión, pobreza, corrupción y todas las miserias humanas que uno pueda imaginarse.
Y como vienen señalando quienes han estudiado en profundidad la prisión, la contradicción nace en que es inútil preparar para la libertad a una persona, en un ámbito opresivo, cerrado y violento. Tal cual son nuestras cárceles.
Entiendo con una mirada profunda y cristiana, que si pretendemos recuperar a una persona, debemos tratarla como tal&
Entiendo que sería prudente intentar incursionar en otras formas alternativas a la prisión actual; es necesario transformarla ya, hacerla más digna y humana. Entiendo que en nuestra sociedad actual esta alternativa seguramente no sea viable, debido al estado permanente de tensión (miedo, angustia, irritabilidad en las personas) que genera la falta de políticas de seguridad por parte del Estado. Ciertamente la sensación de inseguridad, típica de las sociedades posindustriales, la permanente aparición de nuevos riesgos (tecnológicos o no) que si existen y se encuentran en nuestra realidad actual y en todas partes, en algunos sitios más en otros menos.
Pero creo importante señalar que la propia diversidad y complejidad social, con una enorme cantidad de opciones, con la existencia de sobreinformación, a la que se le debe agregar la ausencia de criterios para poder elegir entre lo bueno y lo malo, lo correcto o lo incorrecto, en que confiar y en que no, este enorme cantidad de dudas, es lo que genera incertidumbre, ansiedad e inseguridad en la vida cotidiana de las personas.
El artículo 18 de la Constitución Nacional prescribe & las cárceles serán sanas y limpias& & hará responsable al Juez que las autorice .
De cara a estos preceptos, creo que es tarea del poder político (o sea de todos nosotros) y de los jueces, abrir puertas de salida, que permitan a quienes se encuentran depositados, recuperar su dignidad, disminuir la violencia institucional, erradicar los nichos de corrupción, educar, fomentar el trabajo útil (escuela de artes y oficios), creo que este el momento para la transformación y el Cambio; y entiendo que esto no es un utopía y este debe ser el compromiso de todos los sectores Institucionales, para aspirar a tener una sociedad más justa e igualitaria.