A mitad de sus cincuenta y tres, el cantautor y productor dejó más de cien millones de discos en la calle y un recuerdo sensible en un camino que empezó en los 80 con el duo Wham! que ofreció temas como Careless Whisper, ese susurro que inmensidades de oídos apreciaron y concibieron a través el amor o revivieron una ilusión, cuando en inglés escuchaban en sus cuerpos ¿Qué soy yo sin tu amor? O ¿Quién vendrá a bailar ahora conmigo?

Si me amas dímelo, o si no, déjame ir, decía en One more try con un carácter sensorial a través de matices e intensidades que lograban una profundidad y transparencia capaces de comenzar una búsqueda interior a través de los sueños o transportar los cuerpos a romances por cualquier época, dentro de un estilo pop sutil que se adaptó a cada época y tuvo a la mujer y la sociedad en lugares destacados.

George hablaba de despedidas, encuentros y compromisos, dolores y de Dios. Atardeceres, noches y lugares propiedades de sus protagonistas, que con una cadencia agradable y delicada despertaba la percepción de oyentes y acompañantes, de nuevos y repitentes, de los que habían estado y de los que estaban siendo esperados, con alusiones sentidas de afectos y distintas partes del cuerpo que generaban miradas  y guiños inmediatos.

Acostumbrado a los primeros puestos de los charts internacionales durante dos décadas con clásicos y una discografía muy amplia, siempre permitió descubrir un simple o notar las variaciones del cantante a través de otros estados de ánimo con sonidos más fuertes, pero siempre envolventes, que ameritaban el festejo o trataban el amor con rapidez y soltura, como Fastlove, Amazing, An Easier Affair, o Club Tropicana con Wham!

Durante 2006 y 2008 realizó su última gira de éxitos denominada 25 live, para en 2012 verse por última vez en el escenario grande y recluirse en su mansión inglesa, entre otras cuestiones, para escribir un nuevo disco que no alcanzó a lanzar y quién sabe qué melodías y aspectos tendrá de su nueva vida, que le había dado una segunda oportunidad tras un estado de coma por una neumonía que fue curada en Viena.

La adolescencia lo inspiró y fue convirtiéndolo en estrella pop y símbolo sexual para luego en el camino de las experiencias dejarlo en el caballero señorial que plasmaría en sus discos los momentos vividos y su imaginario, y una intervención en la sociedad que lo mantendría en las primeras planas y lo dejarían pensando cada vez más dentro de las paredes de su residencia en la que fue encontrado por última vez.