Amenazas la delgada línea entre terrorismo y broma boba
Columna opinión por Alfredo E. Grimaldi
Las amenazas contra el Presidente de la Nación, ejercidas por dos muchachos, que luego dicen que se trató de una broma, disparó el movimiento de las fuerzas de seguridad e inteligencia estatales y los mismos fueron detenidos y están siendo procesados, sin concederles la libertad provisional. Visto en forma ligera parecería una exageración mantener en prisión a estos jóvenes.
Pero para entender el proceder de la jueza debemos leer el art. 41 quinquies del Código Penal "Cuando algunos de los delitos previstos en este código hubiere sido cometido con la finalidad de aterrorizar a la población u obligar a las autoridades públicas nacionales o gobiernos extrabnjeros o agentes de una organización internacional a realizar un acto o abstenerse de hacerlo, la escala se incrementará en el doble del mismo y el máximo".
Resulta evidente, que estos ciudadanos, con su accionar, obligaron a las autoridades nacionales a actuar para desactivar o desestimar la "amenaza". Es posible que se trate de una "broma boba", pero también se puede tratar de un plan para desgastar la operacionalidad de las instituciones específicas o puede ser un método para observar la reacción y el movimiento de las mismas.
Podemos estar seguros o por lo menos es lo que se informó, que estas personas no pertenecen a ninguna célula terrorista; pero cómo saber si la ideología de los mismos coincide o no con alguna de las tantas agrupaciones existentes y sin ser militantes activos actuaron en forma individual e impulsivamente, lo que los pondría dentro de lo que estipula la ley, o sea que sería un acto terrorista.
El magistrado interventor no puede ni debe descartar ninguna posibilidad sino la sociedad quedaría en una zona oscura y peligrosa. Por otro lado, se complica la situación de estos irresponsables porque si bien podrían esperar el proceso en libertad, cabe la posibilidad y por la notoriedad mediática que alcanzó el caso, que sus vidas corran serio peligro, alguien o algunos interesados en perturbar el orden social podrían intentar realizar algún acto temerario.
Las diversas amenazas que nos anoticiamos diariamente, deben ser todas investigadas, lo que produce un desgaste inmenso sin tener en cuenta el gasto económico; por eso creo que una medida ejemplar ayudaría a frenar la ola de amenazas. Además sabemos que los temas de "seguridad" históricamente son usados como alarma social y tapan temas no menos importantes, aunque la inseguridad es real y cotidiana, no siempre se la pone en "primera plana".