El 2016 fue un año difícil para la mayoría de los argentinos y argentinas. Desempleo, despidos, inflación, tarifazos a los servicios públicos, aumento de la pobreza, inseguridad que no cesa, entre otras malas noticias inevitablemente conocidas.

Fue un año de logros y deudas, de transición con tropiezos, de promesas incumplidas, pero también de renovadas esperanzas y de construcción lenta de puentes de diálogo y búsqueda de consensos, sabiendo que las diferencias y la diversidad enriquecen los ámbitos de la política si pensamos en el bien común.

El 2016 también nos deja una seguidilla de detenciones a ex funcionarios y a empresarios amigos del poder, otros tantos procesamientos y la apertura y avance de un sinfín de causas por corrupción a personas vinculadas con cargos públicos; situaciones éstas que generaron en algunos desilusión y en otros la confirmación de su existencia, acompañada por el reproche a una justicia lenta y negligente que no estuvo a la altura.

Comenzamos este 2017 con las convicciones de siempre; acompañar y defender los derechos de los trabajadores, de los sectores medios y de todos aquellos que día a día luchan por sobrevivir más allá de la agenda de un gobierno y de un sector de la política que en ocasiones no responde a las necesidades de los más desfavorecidos.

Para este nuevo año no queremos planes sociales, queremos planes de empleo. Y vamos a continuar protegiendo a las pequeñas y medianas empresas que son el verdadero motor de nuestra economía. Impulsaremos igualmente medidas para resguardar el trabajo de los más jóvenes y de los adultos mayores, constantemente postergados.

Queremos una política de lucha contra la corrupción en serio, con una estructura integral de rendición de cuentas y un sistema de control independiente, eficiente y eficaz, más allá del gobierno de turno. Necesitamos también normas que regulen el accionar judicial, respetando como siempre la independencia de los poderes y tenemos además el desafío de pensar y construir un sistema de convocatoria, contratación, retención, promoción y jubilación de empleados públicos fuerte y transparente.

Asimismo, la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y las organizaciones con base en la comunidad, deben involucrarse en la prevención y la lucha contra la corrupción. Es nuestro trabajo sensibilizar a la opinión pública sobre la gravedad y la amenaza que representa y un elemento indispensable para   ortalecer las instituciones de nuestra democracia.

Confiamos al mismo tiempo en la construcción de alianzas regionales e internacionales para luchar contra el delito, como así también en la necesaria profesionalización de nuestras fuerzas de seguridad.

El género seguirá en nuestra agenda. No solo para consagrar la paridad en los cargos electivos sino como paso imprescindible en el logro de una sociedad de iguales, donde el acceso a la vivienda, la salud y la educación de calidad, sean derechos garantizados por el Estado, sin privilegios para unos pocos.

Estamos fortaleciendo una oposición que construye y una alternativa política amplia pero sólida, con la madurez democrática para romper con la lógica intolerante de amigo- enemigo.

Nosotros respetamos y cumplimos nuestros compromisos políticos. Nuestras prioridades son claras. En 2017 no habrá campaña que nos impida continuar trabajando por lo que verdaderamente nos importa los problemas de los ciudadanos a quienes representamos. Esa es nuestra responsabilidad y debemos honrarla.