El bajo fondo de la estructura productiva se extrema en períodos del COVID19
La necesidad de respuestas laborales que permitan mejorar los ingresos, en el avizorado camino de transición postpandémico
El conurbano bonaerense se destaca por ciertas particularidades muy disímiles al resto del país, elementos que conocemos con tan solo leer los diarios, escuchar programas por circuitos diversos, las opiniones técnicas, políticas, académicas, que ponen el acento en variadas facetas prototípicas: inseguridad, pobreza, contaminación entre otras que caracterizan de cierta forma preocupante y otras malintencionadas para esgrimir, reduciéndolas, a las características principales de la Argentina plebeya, que suele expresarse en el conurbano bonaerense.
Situada o excluida de la “modernidad” porteña, ya sea por la General Paz o el Riachuelo, el conurbano con sus casi 11 millones de habitantes presenta unas características socio-económicas muy particulares, que entre las múltiples caracterizaciones posibles, hay algunas que valen la pensar resaltar en estas líneas dejando otras variables oscurecidas: el mayor distrito industrial del país, la mayor aglomeración absoluta de población sin servicios básicos completos, y una fuerte heterogeneidad social expresada en cierta segregación residencial.
Ese carácter industrial, difiere claramente de la vecina ciudad de Buenos Aires, donde las actividades de servicios, vinculadas al sector educativo, financiero, comercial, y administrativo tiene una gran proporción de su población ocupada en dichos sectores. Al contrario, el conurbano concentra actividades industriales y manuales, donde la proporción de población activa alcanza al 35,8% realizando actividades operativas, ante el 13,2% de la Ciudad de Buenos Aires. De allí, se destacan las actividades de baja productividad ya sea por tecnologías atrasadas o bajo nivel de productividad que permita acrecentar la riqueza y posteriormente distribuirla. En el conurbano el 44% de la población económicamente activa, según la última base disponible de la EPH IV Trimestre 2019, se encuentra en las posiciones de clase ocupacional que presentan mayores problemas de ingresos, protección laboral y obviamente de capacidad organizativa, que generalmente funciona como herramienta indispensable a la hora de las pujas distributivas con el sector empresarial y el Estado.
Tal magnitud presenta características propias de la edad, el género y el espacio residencial donde viven, y si sumamos a ello el porcentaje de desocupados, nos presenta un poco más de la mitad de población con severos riesgos de sus condiciones laborales y de ingresos. Por ello ha sido tan importante la batería de ingresos generados por las políticas de transferencias gubernamentales ya sea a través del IFE, ATP o el programa ALIMENTAR. Pero si miramos con lupa aparece un porcentaje de población de trabajadoras y trabajadores precarizados, no protegidos y pauperizados, síntoma extremado con los 4 años anteriores del gobierno macrista.
En aquellos barrios del conurbano donde el cumplimiento del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio es parcial o bajo, las situaciones para detener o morigerar el impacto de la pandemia en la población, se manifiestan en un excelente trabajo realizado por Instituto del conurbano de la Universidad Nacional de General Sarmiento, coordinado por la Dra. Verónica Maceira, en el que se observa que 4 de los 6 motivos principales se debe a la dificultad de lograr ingresos adecuados para reproducir sus hogares:
- un mayor movimiento en los últimos meses, vinculado con el cobro de transferencias de ingresos sociales y otros trámites;
- el movimiento vinculado a la mayor cantidad de actividades económicas exceptuadas en las fases de la pandemia;
- el aumento de la búsqueda de changas en las últimas semanas;
- las familias permanecen fuera de las viviendas porque las condiciones de las mismas no permiten el cumplimiento del aislamiento en su interior;
- la necesidad de movilizarse con asiduidad para buscar asistencia alimentaria y para compras de alimentos en pequeña escala;
- los y las adolescentes, jóvenes, niñas y niños, que salen a reunirse con sus pares o a jugar en la vereda durante el día.
Bajo esas condiciones, la eficacia gubernamental ha estado en la generación de mecanismos de transferencias de ingresos, pero bajo condiciones de reproducción económica muy débiles y en muchos casos con muchas dificultades productivas para los propios pequeños empresarios, sus asalariadas y asalariados y las y los cuentapropistas. El bastión electoral del gobierno actual, principalmente joven, del conurbano bonaerense, necesita además respuestas laborales que permitan mejorar sus condiciones laborales y de ingresos, en el avizorado camino de transición postpandémico.
*Dr. en Ciencias Sociales, director del Departamento de Sociología de la Universidad Nacional de Mar del Plata, e investigador del Instituto Gino Germani/UBA