El femicidio de Mendoza después de las pericias
Por Olga Fernández Chávez
La coordinadora del Ministerio Público Fiscal de la Provincia, María Teresa Day, informó que la discusión que desembocó en un asesinato múltiple se inició cuando "Zalazar ingresó al domicilio en la madrugada, fue entonces cuando discutió con su pareja por un tema de la filiación de la bebé -que sería su hija-, y luego se desató el enojo y la violencia". Hay que destacar que la menor "no estaba inscripta como su hija" y, al parecer, ese fue el desencadenante de dicha situación que despertó su furia.
En el caso de homicidio intrafamiliar, el FBI postula que el sujeto utiliza armas improvisadas halladas en el lugar, cuchillos o elementos contundentes, y que el ataque es repentino.
El sujeto tiene típicamente una alta agresividad y bajo control de los impulsos, lo que coincide con testimonios, cuando afirman Daniel siempre tuvo problemas de abuso desde muy chico. Era impulsivo y temperamental. Aún recuerdo el día que le rompieron el tabique nasal en una pelea en el boliche "El Divino". Lo cargaban; le decían tartamudo", describió una persona que lo conoció de cerca.
Ello no implica que no tenga conciencia de la criminalidad de sus actos sino al contrario, sus intentos de ocultamiento demuestran lo contrario.
Coincide con ello el testimonio de la representante del Ministerio Público quien remarcó que ante el informe psiquiátrico, el presunto autor del homicidio múltiple "estaba ubicado en tiempo y espacio. La persona estaba consciente porque ha sido imputada, fue al hospital y declaró".
Si bien informa que el imputado no tenía denuncias previas por agresión ni antecedentes penales, según se observó en las distintas bases de datos que se analizaron, no implica la ausencia de dicha tendencia sino que no se ha judicializado.
Tras perpetrar los homicidios y atacar a los menores, dejó las hornallas de gas de la cocina abierta y una vela encendida, habría descartado las prendas y el cuchillo tipo "Tramontina" usado en el crimen, tras lo cual concurrió al hospital a curarse una herida en un brazo y quedó detenido.
Las víctimas fatales, todas ellas mujeres, se tratan de su ex pareja Claudia Lorena Arias, de 30 años; la tía de la joven, Marta Susana Ortiz, de 45 años; y la abuela de Arias, Silda Vicenta Díaz, de 90 años. No puede dejar de analizarse el hecho que las víctimas fatales sean todas mujeres adultas.
Por su parte respecto a los menores, cabe mencionar que hirió gravemente a su hija de siete meses que logró ser reanimada por los médicos y a su hermano de 11 años, quien fue intervenido quirúrgicamente, porque presentaba una herida de arma blanca en el tórax y cabeza, en gran cantidad. Otro de los menores, de 9 años, habría se habría escapado y escondido en el interior de un baúl. Todo lo anterior resulta significativo toda vez que todos ellos sobreviven, es decir, a diferencia de los adultos, si bien muestra un intento de eliminar rastros totalmente del hecho, quizá una forma de borrar su existencia.