Fidel Castro y su papel en la historia
Columna de opinión por Facundo Aguirre
Fidel Castro fue la cabeza y la voz de la única revolución socialista triunfante de nuestra América Latina y un símbolo de la resistencia frente al imperialismo. Un verdadero mito que concitó la veneración de más de una generación de luchadores sociales y el odio visceral de los gobiernos norteamericanos y de la contrarrevolución cubana exiliada en Miami. Sobrevivió más de 600 atentados orquestados por la CIA y resistió un bloqueo criminal de más de 50 años.
Fidel sobrevivió al asalto al Moncada en 1953 e increpó a sus jueces, desafiándolos "Condenadme, no importa, la historia me absolverá". En 1956 se lanzó, como parte de un fallido plan insurreccional, a la aventura del Granma. Combatió junto a Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos, desde la Sierra Maestra a la brutal dictadura de Fulgencio Batista. Al calor de esta
lucha se fue ganado el apoyo de los guajiros y también la simpatía de la prensa imperialista que veía en los barbudos a los héroes de la libertad.
Fidel fue un demócrata burgués que se vio obligado a llevar adelante un programa socialista, protagonizando una "revolución de contragolpe", como la definiera el Che Guevara. La destrucción del Ejército burgués dio paso a las milicias del Ejército Rebelde. Peones rurales, obreros y campesinos, empujaron el proceso revolucionario hacia la expropiación de la burguesía
y los terratenientes. Cuba demostró que la lucha por la tierra y por la independencia nacional sólo podía ser llevada adelante mediante una revolución socialista.
Pero también Fidel fue la cabeza de un régimen que bloqueó el surgimiento de órganos de autogobierno de obreros y campesinos y concentró el poder en un partido único. Con el tiempo el régimen fue ahogando las libertades políticas. La alianza con la URSS ensombreció la luz que irradiaba la revolución cubana. La persecución a los homosexuales mostró el carácter opresivo de la burocracia que ejercía el poder. Fidel apoyó la represión del Ejército Rojo a la Primavera de Praga en 1968 y fue un importante apoyo de la Unidad Popular en Chile que se planteaba asimismo como la "vía pacífica al socialismo". Una conclusión opuesta a la de la Revolución Cubana que se impuso derrotando las fuerzas militares del Estado burgués.
Fidel fue el último sobreviviente de un mundo que dejó de existir en el año 1989, cuando los regímenes del mal llamado "socialismo real" se desplomaban como castillos de naipes. En aquellos acontecimientos Fidel tomó partido por la burocracia stalinista. En 1981 apoyó el golpe del general Jaruselzky en Polonia para acabar con el sindicato Solidaridad, en 1989 defendió al régimen de la Stassi (policía secreta) de Alemania Oriental. La URSS, estallaba en pedazos dejando sin ayuda material a la Isla y la revolución cubana pendía de un hilo. Fidel había optado por la alianza con la burocracia del Kremlin y desechado el planteo de Ernesto Che Guevara de llevar a cabo un programa de industrialización y de extender la revolución más allá del territorio cubano. En 1997 impulsa la apertura y un giro a la restauración del capital.
Luego de 47 años, Fidel abandonó el poder en el 2006. Desde entonces Raúl Castro tomó el mando. Fidel se mantuvo como baluarte moral de la revolución y fue un apoyo fundamental para la profundización del giro restauracionista de la burocracia cubana, como para la histórica apertura de negociaciones con los EEUU, donde el Papa Bergoglio jugó un rol fundamental.
Fidel ocupa sin dudas un lugar en la historia del siglo XX. Deja como legado haber resistido los intentos del imperialismo por derrocarlo, pero también una Cuba asfixiada, con una burocracia privilegiada y fuerzas restauracionistas que avanzan sobre las conquistas que obreros y campesinos lograron con su revolución en 1959.