Los orígenes del yoga están relacionados principalmente a Oriente y datan de hace miles de años por lo cual pasó de ser un conjunto de técnicas para sanar y equilibrar el cuerpo y la mente a un arte y ciencia de la vida estudiado y probado a través del tiempo, que consta básicamente de ejercicios físicos y mentales, de una respiración consciente y una filosofía del conocimiento en la que se avanza a medida que se adentra en esta práctica.

El entendimiento total del yoga lleva una dedicación larga y un grado de disciplina alto, los necesarios para lograr los mayores estados que se pueden alcanzar en este arte milenario o para enseñarla o transmitirla, pero iniciarse y notar los resultados físicos y mentales está al alcance de muchos o de casi todos. Para conocer esta disciplina Diagonales entrevistó a David Lifar, director de la Fundación Indra Devi, que dicta clases desde 1988.

David es uno de los discípulos y sucesores de Indra Devi, una de las maestras más reconocidas en el país que se formó en la meca del yoga la India, y fue precursora del yoga en China y otras partes de Occidente hasta llegar a Argentina y elegirla para vivir sencillamente porque le gustaba, y crear la fundación que lleva su nombre,  con varias sedes en la Capital Federal, bajo el lema Yoga, Arte y Ciencia de la Vida". 

Hoy en día la mayor parte de la gente viene porque cree, siente o le dijeron, que en las prácticas de yoga va a poder encontrar paz. Otro grupo de gente importante es derivado por el médico, no quiere darle tranquilizantes, tiene que mejorar un poco la postura o la respiración, tiene que mejorar la calidad del sueño entonces viene a yoga. Y en un rango que va desde los 13 años en adelante , empieza relatando David Lifar.

Con 24 horas de clase se verán los resultados. Lo ideal es no tomar más de dos o tres clases a la semana. La enfermedad o el desequilibrio no vinieron del día a la noche, fue un proceso que se fue acumulando y por lo tanto necesitamos tiempo para restablecer un nuevo equilibrio, para eso una de las cosas que tengo que tratar de desarrollar es la paciencia , continúa describiendo el maestro en relación al tiempo de práctica mínimo.

Pueden escucharse varios tipos de yoga porque en su contacto con Occidente se han ido abriendo distintas escuelas y depende de cada una qué técnicas utiliza para llegar al objetivo general del yoga, que originariamente fue uno solo, que es aquietar la mente y llevarla a  un estado de balance, siempre manteniendo la filosofía de esta práctica que es troncal y una característica distintiva.  

  Son ocho pasos, y en las clases se practican los primeros siete la filosofía,  las asanas posturas con propiedades curativas y preventivas, después el control del aliento o Pranayama cómo a través del manejo consciente de nuestra respiración podemos equilibrar los estados de ánimo, el Pratyahara, el control de los sentidos, el Dharana la concentración, la meditación o Dhyana el aquietamiento de la mente,  y por último un trabajo aparte que es el de la iluminación que se llama Samadhi , explica David en relación a las clases de yoga clásico.

Indudablemente si estamos hablando de posturas, estamos hablando de respiración. Cuando hacemos las posturas vamos a acompañarlas con la respiración que tiene la particularidad de ser una respiración consciente, tengo que darme cuenta que estoy respirando. Es nasal, consciente y rítmica. Esto ayuda a que la persona aprenda a concentrarse y al concentrarse está haciendo una utilización eficiente de la energía. La concentración ayuda a la persona  a mejorar la capacidad de relajarse, descansar y de aquietar su mente , concluyó.